La Novia del Billonario (#1)

Capítulo 46: 8 Meses Sin Fin

Aquí veremos más sobre no solo el embarazo de Lu, sino también varias cositas que pasarán durante este.

Att. Valerie de Presley 💋

 

 

Mes 2 

Habían pasado unos cuantos días cuando todo el drama de los Kane empezó a desvanecerse.

Andrew estaba en la cárcel cumpliendo su condena de años.

Los padres de Henry se comunicaban de vez en cuando conmigo para ver cómo iba mi vida personal. Nunca pude haber pensado que llegaría a importarles tanto, la verdad.

Briane empezó en su nuevo puesto en la Corporación Kane agradeciéndome cada día por ello.

Kirsten seguía con sus problemas de pareja los cuales se resumían en no ver un anillo de boda en su dedo.

Lucas y su hermana llegaban a visitarme de vez en cuando, ya ambos sabiendo sobre mi estado. Samara me reprendió una y otra vez por ello pero aún así se alegró de saber que el pequeño que venía en camino no estaría solo.

Papá y yo habíamos hablado las cosas. Supe detalladamente de su plan mientras no dejaba de reprenderle llorando porque no me había tan siquiera avisado para no haberme secado de llorar tanto por su presunta muerte.

Al sentir que lo perdía pasaba mucho más tiempo con él. Quería sentir que disfrutaba lo más posible a su lado cuando algún día él ya no estuviera realmente.

Yo por otro lado, al día siguiente de todo lo que pasó me tomé la siesta más larga de toda mi vida para así al día siguiente irme a hacer exámenes y darme cuenta de que realmente si estaba embarazada.

La semillita en mi primera ecografía lo confirmaba todo. Recuerdo que ese día lloré a más no poder de la felicidad. Tratando de calmarme un poco porque al lado tenía a quien era el padre de mi bebé con sus ojos idos en la pantalla.

Henry había estado más pendiente de mi más que nunca siempre yendo a visitarme cada día a mi casa preguntándome que tal me iba. Siempre venía acompañado de un ramo de tulipanes de diferentes colores junto a un beso en mi mejilla el cual a cada día que pasaba se acercaba más a mi boca.

Justo como en ese día.

Ahí estaba parado él con un ramo más grande que el del día anterior haciéndome saber que no haría con tantos tulipanes sin un lugar donde ponerlos.

Su solución era "en mi casa hay un gran espacio para un jardín si así tú lo deseas".

-Si quieres dame dinero a mi para comprarme flores y así no tienes que gastar tiempo en venir aquí.-dije después de tomar el ramo entre mis manos recibiendo gustosa su beso en la comisura de mis labios.

Caminé hasta llenar un vaso de vidrio con agua para poner las flores ahí.

-Ya no tengo espacio, Henry y tú mismo te llevarás a la quiebra.

-No me importaría si al final obtengo esa sonrisa apareciendo en tus labios.-sus dedos alzaron las comisuras de mis labios haciendo una sonrisa en mi boca.

Sentí cosquillas al sentir sus dedos demasiado cerca de mi boca. Más viendo cómo sus ojos iban de inmediato a mi boca creando una tensión inmensa en mi vientre. 

De la nada se apartó y me dió una pequeña sonrisa.

-Nos vemos mañana. Te llamo al llegar a casa.-se dió la vuelta para irse y yo iba a mi cama a recostarme para esperar su llamada.

Minutos después tenía su nombre y foto en la pantalla de mi celular. 

Contesté y en el mismo momento que lo hice no pude evitar soltar una risita al escucharlo.

Y ahí iba de nuevo él sacándome sonrisas que prefería mantener escondidas.

 

Mes 3 

Mi próxima ecografía me tenía nerviosa. Iba a escuchar los latidos de mi bebé por primera vez.

Pensamientos buenos y malos inundaron mi cabeza pero me mantenía firme al sentir como Henry estrechaba su mano en la mía cuando escuchamos mi nombre para pasar al consultorio de mi ginecóloga.

Aún no me había acostumbrado a sentir el frío gel sobre mi vientre antes de que la imagen de mi bebé apareciese en la pantalla.

-Veo que ya están listos. No les preparé pañuelos pero sé que será algo emotivo, siempre lo es.-dijo la doctora antes de sonreírnos a ambos. Henry había buscado por mar y tierra a la mejor ginecóloga y al parecer la había encontrado.-Diganle hola a su bebé.

Cuando dijo eso, justo en ese momento escuché un pum pum en la habitación que no me pertenecía ni a mi y menos a Henry y mi doctora.

Mordí mi labio dejando que mis ojos se cristalizaron. La emoción que sentía era incomparable. Mi bebé estaba bien y ver a Henry sentir lo mismo que yo en el mismo momento me hacía mucho más feliz.

Quería guardar ese momento en una fotografía pero sabía que solo quedaría en mi mente y en la de Henry.

 

Mes 4 

Mi vientre crecía más cada día que pasaba. Y no solo mi vientre. Mis pechos ya eran algo grandes antes del embarazo y ya no podía ver como estaban durante las semanas que pasaban volando.

Preferí dejar de usar cosas pegadas para dejar de sentir incomodidad pero los leves dolores que me daban eran algo inaguantables. 

No quería ni imaginarme cómo iba a estar después del embarazo.

Estaba comiendo unas fresas con chocolate mientras veía la televisión cuando escuché el timbre. Vi la hora y no me di cuenta que era la hora a la que Henry llegaba.

-¡Espera que ya abro!-grité desesperada sabiendo que no tenía nada puesto y prefería no dar respuestas a eso.

Corrí a mi habitación y me puse la primera camiseta larga que tenía más cerca. 

Sintiéndome de lo menos decente abrí la puerta y Henry me vió con su ceja alzada al ver mi falta de ropa.

Ya no habían flores porque se lo pedí yo misma cuando ya no tenía ni vasos para tomar un trago de agua si no quería que fuesen con sabor a pedúnculo de flor.

-¿Esa no es la misma camisa de ayer?-dijo burlón al repasarme y parar su mirada un segundo de más sobre mis pechos. 




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