La novia del hombre de hielo

Capítulo 8

Hoy el día fue bastante interesante. Estuve en el set de filmación, me reí con Makar, quien hacía tonterías entre las escenas, y conocí a algunos actores. No esperaba que fuera tan divertido y el tiempo pasó volando.

- Vámonos al club a celebrar el final del rodaje - dice Makar mientras estamos sentados en una cafetería cercana al lugar de la filmación, comiendo hamburguesas.

Todo el día hemos tenido mucha hambre.

- No tengo dinero - miento naturalmente, ya que no quiero gastar mis ahorros en cosas triviales. Pronto podría necesitar escapar.

- Yo invito - ríe él. - Me han pagado un buen honorario, así que no te preocupes por el dinero. Vamos, deja de quedarte en casa, diviértete un poco - se levanta y me jala con él. Rápidamente termino mi refresco y me levanto.

- De acuerdo, me convenciste. Si es por cuenta ajena, ¿por qué no salir? - me encojo de hombros mientras me pongo la chaqueta.

Makar paga la comida y salimos de la cafetería. Afuera hace frío y ya oscurece. Normalmente a esta hora estaría en mi habitación, esperando la cena. Me sorprende cuánto me he acostumbrado a estar en casa en tan poco tiempo.

- Perfecto - se alegra Makar. - Ahora llamaré a mis amigos para que se unan. Y no olvides, no es un extraño quien te invita a divertirte, es un familiar. Pronto lo seremos.

Se ríe y yo lo empujo ligeramente.

- Ya veremos - murmuro para mí misma.

Vamos a un club de moda.

Al principio, solo nosotros dos ocupamos una mesa y pedimos bebidas, pero con el tiempo, los amigos de Makar se nos unen. Sinceramente, pensé que serían pocos. Pero a medida que van llegando, cuento al menos diez. Chicos y chicas, todos alegres y muy conversadores. Makar me presenta a todos, pero ya en unos minutos olvido los nombres. Demasiada información en poco tiempo.

Y comienzan las celebraciones. Bebemos, conversamos, luego bailamos mucho. Con el tiempo, noto que uno de los amigos de Makar empieza a prestarme demasiada atención.

- Una belleza como tú sola, es un desperdicio - dice sentado a mi lado.

- No está sola, es la prometida de mi hermano - interviene Makar, quien está frente a mí y ha visto todo. - Así que bájate del tren, Serguéi.

- Si es su prometida, ¿por qué él no está aquí? - ríe el borracho Serguéi. - Una chica como ella puede ser robada.

Respira hacia mí y me doy la vuelta. Todos estamos un poco ebrios, pero parece que Serguéi ha bebido más que nadie. No tiene freno, bebe todo lo que le pongan. Me alejo un poco, no quiero darle falsas esperanzas. Ahora mismo no necesito a nadie, especialmente a Serguéi.

- ¿Y quién la va a robar? - ríe Makar mirando de mí a Serguéi.

- Yo, por ejemplo - se golpea en el pecho.

- Sigue soñando, yo la protejo. La traje aquí y la llevaré de vuelta sana y salva.

Esta conversación no me gusta en absoluto. Hablan como si yo no estuviera aquí. Los chicos se toman demasiadas libertades y no entienden que una chica puede ser independiente.

- Mejor vamos a bailar - me levanto al sentir la mano de Serguéi mucho más abajo de mi espalda. Aunque he bebido, no pienso ceder a los deseos lúbricos de un chico que apenas conozco.

Mi iniciativa la sigue todo el grupo y en un momento estamos saltando al ritmo de la música. Cierro los ojos y disfruto del baile. Es la primera vez que me divierto en mucho tiempo, tras meses de estar en la casa de mi padre. Allí estaba sola y no tenía con quién hablar. Qué bueno que Makar me llevó con él.

De repente, alguien se me acerca por detrás y me toma por la cintura con un fuerte abrazo. Siento una respiración pesada y cálida cerca de mi cuello. Me muevo, pero no me sueltan. Intento ver quién es, pero no puedo.

- Tranquila, querida - suena una voz familiar y me quedo inmóvil, reconociendo quién es. - No te soltaré hasta que me escuches.

- No tenemos nada de qué hablar - gruño a Zhenia y me muevo más fuerte. Intento soltar sus manos de mi cintura, pero son como de acero. - Me traicionaste. No hablo con traidores.

- Ya me he arrepentido mil veces de lo que pasó - dice con dolor y me abraza más fuerte. Alrededor hay una multitud bailando y nadie nos presta atención. - Créeme, Dina, no quería hacerte daño. Llamé a tu padre para avisar que no iría a trabajar y de algún modo entendió que estabas conmigo. Nunca te delataría a propósito. Tú lo sabes.

- No lo sé y no creo una sola palabra tuya - gruño enojada. - Gracias a ti, ahora soy la prometida de Kholodnyi y pronto podría ser su esposa.

- Podemos huir, ahora mismo - sus labios cálidos se acercan a mi oído. Nunca me había tocado así. ¿Se ha vuelto atrevido? - No podía creer cuando te vi aquí. Inmediatamente pensé que era mi oportunidad de arreglarlo todo. Te ayudaré. Haré lo que quieras. Ven conmigo.

- ¿Para que me delates otra vez a mi padre? - miro alrededor, buscando a Makar. No es tan sencillo, no puedo desaparecer ahora. No tengo ni documentos ni dinero conmigo. - No, me las arreglaré sola. Sin tu ayuda.

- ¿Está aquí? ¿Estás con él? ¿Es por eso que tienes miedo de venir conmigo? - su voz se aleja mientras también busca con la mirada.

- Simplemente no quiero tener nada que ver contigo. Perdiste mi confianza.

- Quiero recuperarla a toda costa - sus labios ahora tocan mi cuello y dejan un beso. - Dina, solo al perderte me di cuenta de lo importante que eres para mí.

Dice todo esto y yo no siento nada. Solo temo que Makar nos vea. No quiero arruinar mi relación con él.

Intento liberarme de nuevo y esta vez Zhenia me suelta. Retrocedo y le miro de frente.

- Tu oportunidad de ayudarme ya pasó. De ahora en adelante, lo haré sola.

No tiene sentido involucrarme nuevamente con Zhenia. El plan de escape está listo y puedo manejarlo sin mi ex amigo. Su simpatía no me interesa en absoluto.

Alguien me toca la mano y me sobresalto. Aparece Makar a mi lado.

- Dina, vámonos a casa. Ya nos hemos divertido suficiente - el tono de su voz sugiere que vio a Zhenia abrazándome. Y por supuesto, no le gustó.




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