—No acepto, rechazo esta boda. Me niego a casarme.
El sueño de casarse con el hombre que amaba desde que fueron comprometidos se cayó en pedazos frente a los ojos de Leonor al escuchar las palabras de Esteban.
Él la rechazó frente a todos ante la pregunta del sacerdote: ¿Aceptas casarte con...?
Leonor no supo como reaccionar. Sospechaba que su novio estaba extraño desde antes de empezar la boda, pero ¿por qué esperó hasta ahora para confesar que no quería casarse con ella?
Había sido elegida para ser su esposa, no solo por un tema de negocios y compromisos. Si no porque el padre de su futuro esposo soñó con la ruina de su fortuna si la hija mayor de los Mayer no entraba a la familia.
Detuvo su mirada en el hombre que sigue parado a su lado, aún desconcertada, escuchando como los murmullos se alzaban a su alrededor. Esteban Cifuentes, solo la contempla con compasión, pero su decisión es firme, no se retractará de sus palabras.
—¡¿Qué estás diciendo? —dijo su madre adelantando sus pasos hacia el altar—. Le diste tu promesa a tu padre antes de morir ¿Por qué haces esto?
—Madre, amo a otra mujer, estoy enamorado de Evelyn y aunque quise seguir adelante con esta boda no puedo traicionar mis propios sentimientos...
—¡¿Qué tonterías son esas?! Estás comprometido con Leonor desde que eran niños ¡No es su hermana con quien debes casarte! No es ella lo que tu padre te pidió. ¡Es Leonor la que debe entrar a nuestra familia!
Cuando la mujer la señaló, Leonor pareció reaccionar y darse cuenta de que esto no era una pesadilla, en realidad esto está pasando. Su corazón se agitó dolorosamente, el hombre que amaba desde hace tantos años no la amaba a ella, amaba a su hermana menor. ¿Por qué no se lo dijo antes en vez de humillarla así frente a todo el mundo? ¿Por qué la mira como si sintiera compasión por ella cuando pudo evitarle todo este bochorno diciéndole antes que no quería que fuera su esposa?
¿Era necesario hacer todo este espectáculo?
—Yo...
—Sí, y tengo una solución para eso. Leonor entrará a la familia, pero no como mi esposa, sino como la esposa de mi hermano.
Al escuchar estas palabras no solo su madre retrocedió espantada, todos los presentes parecieron congelarse. El hermano del cual hablaba había sufrido un accidente, lo que le deformó el rostro, convirtiéndolo en un hombre amargado y cruel que vivía lejos de la familia, encerrado en una casona fría. Qué rechazaba a cualquiera que quisiera acercarse. No era alguien que alguna mujer quisiera como esposo.
Leonor lo miró, incrédula, no solo la rechaza frente a todos, sino que además la ofrece a un hermano que ni siquiera está aquí para decidir por sí mismo.
—¿Estás loco? ¡¿Crees que voy a permitir que mi hija se case con ese... con ese monstruo?
El padre de Leonor se exaltó de inmediato.
—¿Monstruo? ¡Es mi hijo! —interrumpió la madre de Esteban ofendida.
—¿Y si es su hijo, en dónde está ahora? Sé que desde su accidente se ha negado a recibirlos, abandonó su trabajo como gerente dejando todo en manos de su hermano y huyó a recluirse como un loco, ¿creen en verdad que voy a sacrificar a mi hija solo para cumplir la supuesta maldición de su familia?
—Cariño, basta...
La madre de Leonor intentó calmarlo.
—Leonor, ven aquí, nos vamos —dijo su padre con seriedad—, y tú, mocoso, infame, olvídate de que vas a casarte con Evelyn ¡Has humillado a mi hija al rechazarla en plena boda, no te confiaré a mi otra hija y...!
—Padre —Evelyn se acercó corriendo tomando la mano de Esteban—. Yo también lo amo, nos queremos casar, lo pensamos mucho como íbamos a solucionar todo... no sé nos ocurrió otra idea más que la solución de Esteban. Así se cumplirá lo que su padre quería y...
—Sacrificando a tu hermana, ¡¿De qué diablos me hablas?! Ustedes dos tenían planeado hacer esto ¡Lo planearon!
Se llevó la mano al pecho, sintiendo que su corazón estallaba, y cayó al suelo con pleno infarto. Leonor y Evelyn corrieron a verlo, y al final terminaron todos en el hospital. El debilitado corazón de su padre no podía resistir otra noticia así, como les advirtió el médico.
—Hermana, padre, no va a resistir, por favor desiste de esa boda. Con Esteban no planeamos enamorarnos y...
—Estoy comprometida con él desde que éramos unos niños. Pudieron decirlo antes, no esperar la boda.
Leonor respondió con sequedad. Evelyn se tiró de rodillas suplicando.
—Mala hija, mala hermana —dijo la madre de Esteban levantándose de su asiento en la sala de espera, señalando a la mujer que sigue de rodillas—, tu padre se muere y lo único que piensas es obligar a Leonor a darte su lugar.
Leonor la contempló en silencio, ¿vale la pena pelear por alguien para el cual ella nunca estuvo en su corazón? Soltó un suspiro desanimado llevándose la mano al pecho, su corazón le duele.
—Está bien, no quiero casarme con un hombre que no me ama.
Su futura suegra se giró de inmediato hacia ella, tomándola de los hombros ¿Cómo no iba a preferir a la hija mayor? Era tranquila, trabajadora, una persona leal y amable. Todo lo contrario de su hermana Evelyn, que era una mujer alocada, que no ponía aún sus pies sobre la tierra y vivía a expensas de la fortuna de su familia.
Se había hecho tanto la idea de este matrimonio que ya incluso la veía como la madre de sus futuros nietos.
—Pero, tienes que casarte con mi hijo. Él es un idiota que está pensando con otra cosa en vez de con la cabeza, piénsalo, Leonor, no te precipites a tomar una decisión así...
—Lo siento mucho.
Leonor se disculpó y se colocó de pie. Estaba a punto de retirarse cuando Esteban entró corriendo, sonriendo de oreja a oreja con el teléfono en la mano. Contrario a la expresión amarga de todos, solo detuvo su mirada en Evelyn que se levantaba del suelo y su expresión esperanzada se detuvo en su rostro. Aquel abrazó su cintura antes de hablarle al resto de la familia.
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Editado: 23.06.2025