amor

—¿Con quién hablas, Patrick?

—Eh... Con tía Kate, al parecer volviste a negarte acompañarla a comprar su vestido que usará en la fiesta de beneficencia la próxima semana.

—Sabes perfectamente que soy aburrido para esas cosas en cambio tú pareces el dueño de una tienda de ropa y no de un hotel casino.

—Me ofendes, solo soy un buen acompañante.

—Hablando en serio,¿Acompañaras a Kate a esa tienda aburrida, o irás conmigo a elegir ese traje a Porgal Cloth?

—Me dijiste que tú irías solo, a poco cambiaste de opinión repentinamente.

—No iría solo,sino con Suzanne, pero creo que estará ocupada estos días.

—¿Suzanne? Vamos , debes estar bromeando, ella es pésima al escoger tus atuendos.

—Si lo sé, Viola es pésima a la hora de vestir.

—Se molestará si le llamas así.

—Si tú le dices, sí.

—Pero volviendo al tema, iré con tía Kate, tendré que declinar tu invitación.

—Te morirás de aburrimiento Patrick, lo sabes muy bien.

—Está será la tercera vez que iré con tu madre y mírame aún sigo aquí.

—Está bien, no insistiré más, ve y pásala muy bien.

Los jóvenes estaban muy animados en su conversación, cuando de repente sonó el teléfono de Patrick, era un mensaje de Suzanne donde le escribió que lo esperaba en su oficina.

—Iré a mi oficina a echarle una hojeada a unos documentos, regresaré en una hora.

—Ve, no te preocupe por mí, iré al casino a revisar que todo se encuentre perfecto.

—Gracias Gustaf, luego iré a buscarte.

—Sí, ve.

Salió de la habitación de monitorio asegurándose que Gustaf se dirigiera al casino como lo había hecho; luego de ver que entraba, el se dirigió a su oficina donde al abrir la puerta vió a Suzanne, manchados sus ojos por el maquillaje, demostrando así que llevaba un buen tiempo llorando.

—Patrick, ya estás aquí–se apresuró a abrazarlo–estaba enloquecido.

—¿Hasta cuándo seguirás actuando así, Suzanne?

—Hasta que él me aborrezca.

—Solo consigues enojarlo, mientras conversábamos se dirigió a tí cómo Viola, y solo lo hace cuando está enfadado contigo.

—¿Conversaban sobre mí?

—De tu poco acierto al escoger vestuario.

—No te dijo que me apuntó a la cabeza con un arma.

—¿Qué?¡Imposible, yo sabría si él tuviera un arma!

—¿Me estas diciendo mentirosa?

—No, Suzanne, solo que me parece increíble que Gustaf tenga un arma en su poder.

—Pues creelo, Patrick, estoy en peligro si continúo a su lado.

—Le engañas con cualquier hombre que pasa cerca de ti.

—Solo eso se me ocurre, ya que tu plan aún no funciona.

—Lo sé, he escogido diferentes chicas para embriagarlo, seducirlo y acostarse con él, pero no han logrado conseguirlo.

—¿Y si buscas una chica que sea idéntica a mi?

—¡Lo hice ésta última vez y casi funcionó, él la llamo Viola, y no reaccionó furiosa como tú lo haces cuando te llama así, de lo contrario se hubiera acostado con ella.

—¡Por favor Patrick!–lo abrazó más fuerte–haz que se olvide de mí.

—Si tan solo eso fuera fácil–en su mente recordada que a pesar que Suzanne lo había dejado por su primo hace dos años aún no la había olvidado–pero Gustaf este muy decidido a no dejarte.

—¡Ayúdame, Patrick y regresaré contigo, te lo prometo!—

—Suzanne, es lo que más deseo en este vida, ya te lo había dicho, pero dudo que Gustaf nos deje estar juntos nuevamente.

—Huiremos a donde no pueda encontrarlos.

—Tus padres moverían cielo y tierra para encontrarnos.

—Solo ellos sabrán donde estaremos.

—Tus padres quieren a Gustaf, no tardarían en contarle.

—Pero yo estaría contigo y deberán respetar eso.

—Suzanne–besó su cabello–si no lo hubiera besado en la fiesta de mi cumpleaños.

—Lo siento Patrick, si supieras cuán arrepentida estoy, creí que era un chico lindo y me dejé llevar por sus encantos.

—Y no te había dicho que era mi primo.

—Yo sé que no me crees, pero  yo había tomado mucho y él se acercó a mí con su carita angelical y de niño bueno.

—Y te provocó besarlo nada más.

—Sería un beso inocente, nada más.

—Para tí, quizá lo fue pero para él fue el comienzo de su victoria sobre mí.

—Patrick, volveré contigo, créeme.

—Suzanne, eso lo debiste haber pensado hace dos años, creo que ahora esas palabras no valen mucho