—Perdóname Patrick, no sé en qué pensaba, estaba bien contigo y luego, no sé qué sucedió.
—Se lo grité a Gustaf ese día, chica que a mí me gusta, chica que él me quiere quitar.
—Patrick no hables así.
—No miento, dejé a mi novia de secundaria cuando insinuó que Gustaf se le acercaba de manera extraña,mi novia de la universidad me abandonó cuando no le creí que Gustaf le coqueteaba.
—Y yo te abandoné para estar con él, y estoy siendo castigada por haberlo hecho.
—Suzanne, Viola.
—Dejé de ser Viola para tí, ese día en la fiesta.
—Y te convertiste en Suzanne para Gustaf.
—Me gustaba como pronunciadas mi nombre.
—Viola, Viola–la separó de su pecho e hizo que ella lo viera directamente a sus ojos–mi Viola.
—Patrick–se acercaba más a su rostro–dulce Patrick.
Los ojos de ambos demostraban el profundo dolor que sentían, Patrick quería besarla y asi acabar con su dolor más bien dicho el dolor que él sentía, ambos se acercaron y ya cuando sus rostros casi se tocaban se detuvieron, Patrick sabía perfectamente que Viola no lo besaría y si ella lo hubiera intentado, él la hubiera rechazado.
Pasaron unos minutos así, con sus rostros casi tocándose, luego Suzanne comenzó a llorar.
—No llores Suzanne, pensaré en algo.
—Ese es el problema Patrick, no debo estar con Gustaf pero necesito estar a su lado.
—¿Necesitas?–la alejó pronto y se sentó en la silla frente al escritorio–¡No te comprendo!
—Lo quiero, Patrick, eso creo.
—Creo que es momento de que te marches , Suzanne.
—Patrick, debes escucharme.
—Ya escuché suficiente, debes marcharte.
Suzanne no hablo más, salió con la mirada cabizbaja de la oficina de Patrick.
Pasados unos días Patrick acompaño a tia Kate a la tienda de vestidos más lujosos de la ciudad,a pesar que tuvo unos días no muy gratos, decidió acompañarla.
—¡Hola Rafaella, me gusta que cada mes que vengo encuentro mejor el lugar!
—¡Gracias señora Belmont! Agradezco que venga ud y su hijo.
—No es mi hijo es mi sobrino.
—Con tu permiso tía, me sentaré allá.
—¿Cuántas veces te he dicho que me llames Kate, Rafaella?
—¡Supongo que muchas pero aún no me hago a la idea!
—¿Desde hace cinco años que la tienda a quedado a tu cargo no te haces a la idea?
—Si lo sé.
—Con Allegra, era muy distinto, afortunadamente cedió su parte a ti, dejándola en muy buenas manos.
—Gracias, Kate, muchas clientas me dicen lo mismo.
—Y hablando de Allegra,¿Sabes algo de ella?
—No le he vuelto a ver, desde que su esposo falleció hace ya seis años, solo su hija que lleva trabajando aquí un par de meses.
—¿Su hija?¡Creí que te había cedido su parte de la tienda por qué no tenía hijos!
—Me la cedió por que su hija llevaba tiempo estudiando en el extranjero y no tenía mucha experiencia en el manejo de la tienda.
—Lleva un par de meses aquí y aún no la he visto.
—Ella atiende a las clientas más difíciles.
—¿Insinuas que no soy una clienta difícil?¿A qué le llamas difícil?
—Damas difíciles de complacer en diseños, colores de temporada, y ella es perfecta, las estudia y sabe que vestimentas aconsejar, ya sea por sus gustos o por lo que quieren que los demás sientan al verlas.
—En serio que son difíciles. Acabas de describir a mi hijo, el es así.
—Entonces Kate, le dejaré por un momento para que escoja su vestido, regresaré luego.
—Está bien Rafaella, dame un poco de tiempo para escoger.
Kate estaba sola en la gigantesca habitación llena de hermosos vestidos, eran tan bellos pero no estaban a los altura de ella, estaba tan concentrada en su búsqueda que no notó a la chica que entró y al parecer tampoco la chica la vio allí.
—Demostrar fuerza, juventud– hablaba la chica de tal forma que parecía tratar de aprenderlo–valentía y superioridad.
Kate estaba confundida, no entendía las palabras de la chica más cuando estaba escogiendo vestidos y accesorios guardados en un vitrina.
Luego la chica salió y Kate fue detrás de ella.
—¿Encontraste lo que hará ver más joven, superior que la nueva esposa de mi ex esposo y que él se de cuenta que no estoy por vencida?
Mientras la chica estaba explicándole a la dama lo que le había llevado y lo que reflejaría al vestirlo, Patrick se acercó a Kate distrayendola totalmente.
—Tía,¿Terminaste ya de escoger?
—Aún no Patrick.
—Saldré un momento, haré una llamada.
—Está bien, hijo, hazlo.
Cuando volvió a ver hacia dónde estaba la dama, ésta ya estaba vestida y en efecto, reflejaba lo que ella había dicho con anterioridad.
—¡Eres una genio, Wendy, he quedado perfecta!
Kate estaba perpleja , esa chica era fantástica.
Editado: 10.10.2022