La Nueva Heredera De Los Vlad

1/ Ocaso

Alemania, 11 Junio 2018

 


Por mucho tiempo había esperado salir de casa, no he tenido contacto con los humanos después de la muerte de mi madre. La curiosidad de saber si tenían nuestros mismos caracteres o rasgos me llevo rogarle a mi padre la mitad de un siglo.
Ayer accedió quizá porque ya está harto de escuchar las mismas palabras y estoy más que segura que no solamente fue eso. Su indiferencia conmigo es notable desde que se cumplieron cinco años de la masacre en Alemania ,se ha portado frío, distante y casi nunca me dirige la palabra solamente cuando me da las orientaciones de como ser una buena Jefa para el clan.
Hoy es lunes, ayer mi padre hablo a un colegio para que aceptaran mi entrada ya que recibir alumnos a medio año es muy difícil, pero vaya que a mi padre le resultó fácil.
En el camino mi brazo hace un intento de almohadilla donde llevo reposando mi cabeza, el aire azotador mueve de un lado a otro mi cabello formando pequeños nudos en el. La vista es asombrosa las casas lujosas son lo primero que llama mi atención , si bien tengo buena memoria la última vez que recorrí estas calles daban pasó al adoquín, a las casas con tejado y el moho de adorno.
La velocidad de el auto empieza a disminuir hasta que se detiene frente a un gran edificio de aspecto fino.
—Hemos llegado.—anuncia, —recuerda vigilar bien antes de salir, el bosque es el más cercano a nuestro territorio.
—Esta bien. —respondo quitándome el cinturón de seguridad.
Le doy una última mirada y bajo de el auto acomodando la mochila sobre mis hombros. Al llegar a la entrada una puerta transparente se abre causando que diera unos cuantos pasos atrás por el susto, acomode nuevamente la mochila detrás mía y empecé a caminar dentro de el gran edificio, los humanos ya eran por montones y mediante avanzaba habían muchos más.
El timbre sonó y todos empezaron a caminar de un lado al otro sin dejar espacio para dar un paso más. 
Machucones y empujones era lo que se sentía en tal estrechura. Mientras alijeraba el paso un empujón hizo que perdiera el equilibrio y chocara con un cuerpo. 
—Como lo siento. —dije colocándome de  cuclillas ayudandola a recoger sus cosas de él suelo.
—Descuida,no es tu culpa.—comienza a decir y se pone de pie,—eres nueva ¿cierto?
—Si.
—Bienvenida, ¿tienes todas tus cosas?.
—Gracias y no. —agradezco confundida y le entregó sus cosas.
—Entonces vamos.
Empezo a caminar con rapidez asi que empece a perseguirla , las miradas de los alumnos que no tenían clase llegaron a mi al igual que los comentarios casi inaudibles haciéndome sentir incómoda.
—Descuida, el primer día siempre son así. —me mira. —digo, mañana  serás como cualquier otra persona.
Asiento con la cabeza y frente a nosotros se encontraba una oficina, mi acompañante tomó asiento en una de las sillas y yo entre.
—Buena tarde, ¿con quien tengo el gusto?.—pregunto una señora con una sonrisa amable.
—Soy Elli Vlad la...
—Nueva estudiante. —interrumpio y yo asenti con la cabeza. —esto es tuyo, aquí está la dirección de tu salón y el horario de clases.
Tome los libros y las hojas y salí de la oficina.
Al cerrar la puerta detras de mi  tome una de las hojas y empece a ojearla. —Salon C. —hablo cuando veo algo que me resulta interesante.
—Estoy en ese. —chilla en mi oído, —seremos buenas amigas.
La chica empieza a caminar con emocion dando pequeños saltos y yo sigo de pie en el mismo lugar sosteniendo entre mis brazos los libros gruesos que recibí .
—Por cierto, —se da la vuelta con una sonrisa de oreja a oreja. —soy Sarai.
Le devuelvo la sonrisa y digo:
—Elli.
[•••]
El salón era un cuarto de paredes grises bastante amplio , lo llenaban cuatro filas de mesas espaciosas y grandes. Los pocos alumnos ahí adentro me miraban como una especie extraña que había llegado a invadir su territorio. 
Si quizá tengan razón soy de una especie diferente pero no con malas intenciones. Más chicos empezaron a entrar nuevamente fijando su mirada en mi.
Dos chicas captaron mi atención cuando pasaron por el umbral de la puerta 
—¿Quienes son?.—pregunte con curiosidad.
—La chica bajita figura de modelo es Dome, la llenita es Kimy. —explica en voz baja, —son bastante amigables.
Despues de que ellas pasaran dos chicos entraron deteniéndose en el umbral de la puerta.
Mi mirada viajo a el chico mas alto que empezo a sonreir cuando sintio el impacto de un trozo de borrador en su sien. Como ya lo había dicho era alto, sus ojos eran color grisáceo y su tono de piel era un tanto morena , su cabello era negro y se encontraba perfectamente desordenado, desvíe la mirada a las chicas de el salón y casi se babeaban por el. Negué divertida y mire a Sarai que se encontraba contemplando al otro chico.
—Y... ¿El?
—El es Krestu, el chico más codiciado de el colegio —especifica  buscando algo en su celular, empiezo acercarme a ella para ver qué buscaba y se encontraba en las redes sociales de el. —¿no es un guapeton?.
Tome el celular y empecé a ver todas las fotos de su muro, la verdad me quedé impresionada pero no hipnotizada como las otras chicas, aunque debo confesar que mi amiga tenía razón y era todo un guapeton.
—Hola.—mis ojos se abrieron como platos cuando se escucho una voz ronca pero dulce a la vez, voltee a ver a mi lado y ahí se encontraba el chico, apague el celular dándome un golpe mental y se lo devolví a mi amiga que trataba de no dar una carcajada. Me acomodé en la silla y el tomo asiento a mi lado.
Lo voltee a ver y al mismo tiempo el a mi  sonriendo con amabilidad, al principio solamente le observe pero luego le di una corta sonrisa de lado.
La clase iba avanzando mientras tanto me presenté ganando muchas amistades no obstante el odio hacia mi también se percibía, las explicaciones de cada una de las materias eran las mismas que a lo largo de el tiempo me enseñaron así que termine aburriendome en cada una de ellas.
La hora de el almuerzo llegó y nos encontrábamos en la cafetería poniéndome al tanto de todos los chismes sucedidos durante el comienzo de el año.
—Ya le caiste bien a alguien. —menciona Kimy viendo a una dirección en especial.
Voltee a ver hacia atrás y me encontré con la mirada grisácea de Krestu. Me dedico una pequeña sonrisa y al instante sus ojos chispearon de color azul.
Mi estómago se revolvió y el interés se apoderó de mí.




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