La nueva luz

Capítulo 12 - Sombra Traicionera

Después de la intensa prueba y la revelación de la voz, sentí una mezcla de alivio y nueva responsabilidad. Habíamos logrado algo increíble, pero sabía que nuestros desafíos estaban lejos de terminar.

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La fuente de energía que nos habían permitido usar era impresionante. Amber y yo estudiamos los paneles de control mientras Oliver tomaba notas detalladas. Ezra, siempre despreocupado pero curioso, rondaba por la habitación, observando cada detalle con una sonrisa juguetona.

—Esta máquina es increíble.

Exclamó, tocando un panel que emitía una luz azul suave

—Nunca había visto nada igual.

—Debemos ser cuidadosos

Advirtió Amber, dirigiendo su atención a Ezra

—No queremos arriesgar lo que hemos conseguido.

Rubí, siempre reservada, se mantenía en la sombra, observando todo con sus ojos críticos y sarcásticos. Shey, con su habitual alegría, intentaba animar el ambiente.

—¡Esto es un gran paso!

Exclamó Shey, sus alas de hojas brillando a la luz.

—Vamos a lograrlo, todos juntos.

Mientras continuábamos trabajando, un hombre del Consejo, que se había presentado como Aric, se acercó. Su presencia era tranquila y amigable, pero algo en su mirada me puso en alerta.

—¿Necesitan ayuda?

Preguntó, con su tono educado.

Amber asintió, aunque con cierta cautela.

—Gracias, Aric. Estamos tratando de entender cómo esta máquina puede amplificar la conexión de Sara con la voz.

Aric sonrió y se acercó a los paneles, mostrando un conocimiento profundo de su funcionamiento.

—Déjenme mostrarles.

Habló, comenzando a explicar los detalles técnicos.

Mientras lo hacía, no pude evitar notar algo extraño en su comportamiento. Había algo en la manera en que se movía, en cómo sus ojos brillaban con demasiada intensidad. Era como si estuviera demasiado interesado en nuestra misión.

La voz en mi mente, que ahora sentía más claramente, me susurró una advertencia. Había aprendido a confiar en ella, y ahora me decía que algo no estaba bien.

—Gracias, Aric.

Hable, interrumpiendo su explicación.

—Creo que necesitamos un momento para discutir entre nosotros.

Aric asintió, aunque vi una sombra de duda en su rostro. Se retiró, dejándonos solos.

—¿Notaron algo raro en él?

Pregunté en voz baja cuando Aric se hubo ido.

Ezra se encogió de hombros.

—Parece simpático. ¿Por qué? ¿Algo te preocupa?

—No sé.

Admití

—Solo tengo una sensación. La voz me advirtió sobre él.

Amber frunció el ceño.

—Siendo sincera, yo no confío en esa rara voz, pero no puedo negar que a tal vez tenga razón. No podemos permitirnos ser descuidados. Debemos estar atentos. Rubí, ¿podrías seguirlo discretamente?

Rubí asintió, su rostro serio.

—Lo haré.

Nos reunimos alrededor de la máquina, intentando continuar con nuestro trabajo, pero la sensación de inquietud no me abandonaba. Seguimos las instrucciones de Aric, pero con cada minuto que pasaba, sentía más y más que estábamos siendo observados.

De repente, un ruido fuerte interrumpió nuestra concentración. La puerta de la sala se abrió de golpe, y varios guardias entraron, seguidos por Aric.

—¿Qué está pasando?

Exigió Amber, poniéndose de pie.

—Lo siento, pero debo informarles que han sido acusados de intentar robar la fuente de energía.

Comentó Aric, con una sonrisa que ya no era amigable.

—¿Qué?

Exclamé, sintiendo un nudo de pánico en el estómago.

—Eso no es cierto.

—Tenemos pruebas.

Dijo Aric, sacando un dispositivo que mostraba imágenes de nosotros manipulando la máquina.

—Estas imágenes han sido alteradas para mostrar que intentaban sabotear el sistema.

—¡Eso es una mentira!

Gritó Ezra, avanzando hacia Aric, pero los guardias lo detuvieron.

—Llévenselos.

Ordenó Aric, y los guardias comenzaron a rodearnos.

Mientras nos llevaban fuera de la sala, Rubí apareció de la nada y se acercó a Amber.

—Lo seguí y lo vi hablando con alguien del Reino de la Oscuridad, parecía ser un chico joven.

Susurró.

—Esto es una trampa.

Amber asintió, entendiendo la gravedad de la situación.

—Debemos encontrar una manera de demostrar nuestra inocencia.

Nos llevaron a una celda, y mientras nos encerraban, sentí la desesperación apoderarse de mí. Pero entonces la voz en mi mente se hizo más fuerte, más clara.

—Sara, confía en tus amigos. Confía en ti misma. Esta es solo otra prueba.

Cerré los ojos y respiré profundamente, tratando de calmarme. Debíamos pensar con claridad. Nos sentamos en el suelo de la celda, discutiendo nuestras opciones.

—Aric es el traidor.

Imterumpio el silencio Ezra, con la voz baja

—Está trabajando con alguien del Reino de la Oscuridad. Necesitan la fuente de energía por alguna razón.

—Pero ¿por qué?

Preguntó Shey, con preocupación.

—¿Qué podrían querer con ella? Ya tienen mucho poder

—Eso es lo que debemos descubrir.

Habló Amber.

—Pero primero, debemos salir de aquí y demostrar nuestra inocencia.

Ezra, siempre valiente, golpeó la puerta de la celda con frustración.

—¡Necesitamos un plan!

—Yo tengo una idea.

Dije sintiendo una chispa de esperanza.

—Si puedo conectarme nuevamente con la voz, tal vez pueda obtener más información sobre Aric y sus planes.

Amber asintió, confiando en mí.

—No confío en la voz, pero si en ti. Hazlo, Sara. Nosotros te cubrimos.

Me senté en el centro de la celda y cerré los ojos, concentrándome en la voz. Sentí la energía fluir a través de mí, conectándome con algo más grande y más sabio. La voz respondió de inmediato, su tono lleno de urgencia.

—Sara, Aric es un agente del Reino de la Oscuridad. Quieren la fuente de energía para activar una antigua máquina de guerra que podría destruir mundos.




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