La nueva luz

Capítulo 13 - Blanco

Seguimos nuestro camino en medio del bosque de Luz, rodeados de bellas plantas tan brillantes como un diamante. Un camino de cristal con tonos azulados nos guiaba, pero eventualmente se desvaneció en la lejanía, señal de que estábamos lejos de cualquier civilización. Ya llevaba unos días en este mundo, pero aún era complicado adaptarse. Estaba bastante acostumbrada a las comodidades de una cocina o un sofá, pero aquí todo era muy diferente.

—Ya estoy harto de caminar. ¡Me muero de hambre!

Se quejó Ezra, presionando su estómago y fingiendo dolor.

Amber ya estaba harta de tantas quejas del grupo, así que decidió que descansaríamos en el bosque y partiríamos otra vez en la madrugada.

—¡Gracias a la luna!.

Exclamó Ezra antes de caer al suelo, con un reflejo de cansancio en su rostro.

Todos nos sentamos juntos frente a una fogata improvisada que Rubí logró encender; esta chica tenía más habilidades de las que pensaba. Mientras charlábamos y comíamos unas bayas que habíamos encontrado, por el rabillo del ojo observé cómo Amber se alejaba hacia unos arbustos, adentrándose en lo profundo del bosque. Dudé, pero finalmente me animé a seguirla y ver de qué se trataba, aunque probablemente no era mi problema.

Mientras seguía a Amber, creyendo que lo hacía sin ser vista, ella soltó una pequeña risa.

—Sabía que me seguirías. Deberías mejorar tu habilidad para escabullirte, Sara.

Habló, volteando hacia mí con una sonrisa burlona.

—Vaya, eres buena. ¿Qué haces aquí?

Pregunté con curiosidad.

—Quería hablar contigo, pero no quería que los demás se alborotaran y quisieran venir también.

Explicó con paciencia.

—¿Diay? ¿Qué sucede?

—Es sobre tu voz esa, no confío en ella. Siempre te ha llevado a situaciones peligrosas.

Habló con molestia al mencionar la voz.

—Pero eso solamente pasó dos veces.

—¿Y qué te afirma que no vuelva a pasar?

Cuestionó con un brillo de molestia en sus ojos.

—Ella nos ayudó en la torre y también nos ayudó a escapar.

Justifiqué con una chispa de molestar.

—No es justificación. No te dejes manipular o controlar por esa cosa, no confío en ella.

Habló de una manera tan firme que un escalofrío recorrió mi columna vertebral antes de pasar a mi lado y volver con los demás.

Me quedé bastante confundida ante su desconfianza hacia la voz. Yo sentía que la voz me llamaba y me apoyaba, pero aparentemente Amber no opinaba lo mismo. Me quedé un momento parada sin saber qué pensar antes de volver con los demás.

Me senté junto al resto. Ellos hablaban y reían fuertemente, pero en mi mente surgieron muchas preguntas. La principal era: ¿por qué le molesta tanto a Amber la voz? Este viaje para encontrar respuestas sobre ella fue su idea. Antes, Amber quería saber y le interesaba la voz, pero ahora diría que casi la odia. ¿Qué fue lo que pasó?

—Mejor ya vamos a dormir. Es tarde.

Habló Amber antes de que todos se dirigieran a sus sitios para descansar.

Todos se habían quedado dormidos. Lo único que lograba escuchar, aparte de sus respiraciones, eran los ruidos del bosque, pero un sonido diferente me sacó de mi trance.

—Sara… Ven…

Murmuró la voz.

Esa dulce y hipnotizante voz otra vez, como siempre llamándome. Dudé si seguirla, recordando las palabras de Amber, pero en mi conciencia sentía que era lo mejor. Me levanté y me dirigí hacia la voz con paso rápido, antes de comenzar a correr. La perseguí por el espeso bosque de árboles gigantes y llenos de nieve. El suelo era duro y frío, y los copos de nieve chocaban contra mi rostro mientras corría. Me detuve en seco cuando observé algo que se dirigía hacia mí. La luz desapareció en el aire en segundos. Caí al suelo de espaldas por la fuerza que emití para detenerme, mi visión era algo borrosa pero logré ver un felino gigante frente a mí, respirando sobre mi cuerpo. Retrocedió y unas botas pesadas golpearon la espesa nieve. Una cabellera larga y blanca, que juraría haber visto antes, apareció ante mí.

—¿Una Usagi?.

Preguntó esta persona con un tono de voz severo y ronco.

Me esforcé por levantarme, mis piernas temblaban y el frío mordía mi piel, pero la figura frente a mí no dejaba de observarme con intensidad. Esos ojos azules tan brillantes como la luna me causaba un escalofrío por todo el cuerpo.

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HOLIFIRIS!! Aquí un nuevo capítulo para ustedes mis amores. Espero y disfruten mucho, y muchas gracias por leer. Un abrazo de pato 💗🦆.




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