La nueva yo

Capítulo 14: Arma de doble filo

Carlos llegó a la casa de su padre, sus hermanos ya estaban sentados a la mesa con su padre.

—Buenas tardes papá que tal ha ido tu día—lo saludó tranquilamente.

—Siéntete hijo querido. Estamos esperándote—pronunció el padre y Carlos se sentó. Todos comenzaron a comer. Hasta que en en medio de la cena Cristhofer se detuvo.

—Papá tengo algo que decirte—pronunció y su hermana le tocó el brazo e hizo una seña con la boca para que hiciera silencio.

—Papá hay algo que debes saber—se corrió Carlos hacia atrás al escucharlo.

—Carlos no es tu hijo—exclamó y el padre empezó a toser.

—¿Qué demonios dices Cris? —exclamó el señor golpeando la mesa.

—Antes de morir mamá me lo confesó Carlos no es tu hijo. Ella te fue infiel con el chofer—pronunció y él señor limpió sus manos tranquilamente.

—Lo siento papá—dijo Carlos—mañana me iré, entregaré sus acciones... Usted me crió y siempre será un padre para mí. Para lo que me necesite ahí estaré—agregó Carlos que iba a ponerse de pie y el señor puso la mano en el hombro de este haciendo que se sentara.

—No te vas a ir de esta casa. Esta casa es tu herencia, será tuya cuando muera, y las acciones que te di también.

—Pero no lleva tu sangre papá—exclamó Cris en reproche.

—¿Y crees que yo no lo sabía? Desde que nació. Es más desde que tu madre anunció el embarazo lo imaginé. Su madre se había distanciado bastante de mí. A mi me valía yo andaba con mil amantes, ni estábamos juntos y a ella parecía ya darle igual había dejado de reclamar y andar todo el tiempo espiándome. Pero un día de la nada se apareció en mi habitación, sí porque cada uno tenía su propia habitación y adivina se acostó conmigo y ya 15 días después estaba anunciando su embarazo. En ese tiempo Cris era pequeño y Amanda ni pensaba nacer. Yo decidí esperar a que naciera para hacerle una prueba de Adn pero nació bajo peso y pequeñito, enfermizo, me fui encariñando con él y el tiempo pasó a medida que fue creciendo era demasiado cariñoso, demasiado amable, cuando llegué de mi viaje de negocios de una semana en la que traía en la mano los resultados de la prueba de paternidad Cris corrió a preguntarme que le había traído y Carlos corrió llorando abrazándose de mis piernas diciéndome que por favor no me fuera más que me había extrañado mucho. Si no me divorcié nunca de su madre fue solo por Carlos. Él también era mi hijo, el hijo que yo elegí criar y no quería que me separara de él. Hasta el día de hoy Carlos nunca me ha defraudado. Cuando Tú—señaló a Cris —te fuiste de la casa y Amanda me pidió que le comprara una casa le pregunté a mi hijo Carlos sí quería que le comprara una casa y entonces me respondió ¿Y quien cuidará de ti papá? ¿Vas a estar solo en esta enorme mansión? No te dejaré solo. Tú y Amanda vienen cuando los llamo pero Carlos está siempre aquí dándome mis medicamentos, llevándome a mis consultas contándome las novedades de la empresa.

—Ho hay que aplaudir a Carlos—dijo Cristhofer con sarcasmo.

—Lo que has hecho hoy Cris me ha decepcionado mucho. Aunque Carlos no sea mi hijo biológico sí es tu hermano y lo que hiciste hoy estuvo muy mal hecho—dijo el padre de ellos mientras Carlos permaneció en silencio.

—Gracias Carlos por quedarte—él señor puso la mano en su hombro—digan lo que digan siempre serás mi hijo—se puso la mano en el corazón y se puso de pie—ya he tenido bastante de ustedes hoy mejor me voy a dormir—agregó marchándose a su habitación mientras los tres hermanos se quedaron sentados a la mesa.

—No sé como le has lavado el cerebro a papá Carlos pero te juro por la memoria de mi madre que esto no se quedará así. —exclamó Cristhofer.

—Ya basta Cris esto lo ocasionaste tú por querer las acciones de Carlos—la hermana se cruzó de brazos—tuviste que venir corriendo a contarle todo a nuestro padre.

—Ahora el bueno es él. No viste como se puso en contra de mí en la junta y lavó el cerebro de nuestro padre a su favor. Y no dice nada, se queda mudo escuchando como si fuera tonto para luego sacar su arma letal. Eres un arma de doble filo.

—Él único arma de doble filo aquí eres tú. Me he callado todos estos años—afirmó Carlos—¿te parece justo lo que le hiciste a Melissa? Le quitaste los niños a la abuela, te comprometiste con la oprtunista de Aurora estando ella viva, te quedaste con su casa, con sus acciones, pero lo más bajo y migajero fue cuando me dijeron que habías mandado a desconectarla de los equipos médicos. Despediste a la mitad de la empresa, bajaste los salarios mientras aumentabas la producción entre otras cosas. Estoy harto de ver tus maldades y no hacer nada. ¡Ya no permitiré que sigas abusando de Melissa!

—Solo me tienes envidia. Poco a poco lamiendo las botas de mi padre te has robado su cariño y ahora quieres a mi esposa—exclamó Cristhofer señalándolo con rabia.

—Piensa lo que quieras. Pero te juro que todas las que le hagas a partir de ahora a Melissa te la devolveré con intereses hermanito—pronunció alejándose de allí.

—Y tú ve decidiendo de que lado estarás—dijo Cris dirigiéndose a su hermana.

—No, no a mi me dejan fuera de esto—se levantó ella para irse. —pero Cris no estás actuando bien, nunca he opinado en tus decisiones pero no me parece bien lo que estás haciendo con nuestro hermano.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.