Como pasa el tiempo, quién pensaría que me iría a vivir con mi padre. En fin, hoy empiezo lo que llamó "primer día de escuela" a pesar que no me gusten los comienzos, están en todas partes como si me estuvieran siguiendo adónde vaya. Me levante primero que él señor Jace que dormía en su cálida cama al parecer tiene un sueño pesado porqué no hace mucho deje caer un cuadro que tenía en su despachó.
No creó que sea importante. Me vestí lo más rápido posible para intentar escapar pero me engañe, está despierto no podré huir. Me observó de reojo y luego me llamó para desayunar con él, lo miré disimuladamente mal por mi adentros. Tomó asiento en la silla, cruzándome de brazos mientras veía el desayuno servido, de una formo no tengo apetito. Quizás este mal con el estómago.
Alejé el plato de mi, —Sr. Jace, no tengo apetito de comer.
Me miró con preocupación y me pregunta:
—¿Por qué? Debes de tener hambre, anoche te acostaste sin comer —continuó —; por lo menos prueba algo, no quiero que el primer día de colegio, te encuentren desmayada, ¿sí? —Insistió él.
Lo miré y miró la comida negando con ambas manos lo que estoy viendo.
—Yo no como tostadas, no me gusta la leche y odio el jugo de naranja. Y el de dietético.
—¿Por qué odias la leche? —Me pregunta curiosamente, mientras bebía su taza de café.
Puse mis ojos en blancos para después mirar lo —Me recuerda a el sufrimiento del animal —le dije levantándome de la silla.
Él escupió el café, y se limpió con la servilleta.
Lo fulmine con los ojos, meneando la cabeza en forma de desaprobación.
—¡Nos vemos, señor Jace! —Me di la vuelta para ir me.
—¿Adónde vas? —Pregunta y yo lo fulminó con los ojos.
Pose las manos en la cadera, —Obviamente que voy a el colegio o qué, ¿piensas llevarme?
Él asintió con una sonrisa perturbadora. Me di la vuelta para volverme a sentar, sólo era de esperar que terminará su respectivo desayuno. Él me señaló la comida para que comiera pero nuevamente me negué como siempre. Ya he perdido la cuenta de tantas personas que me obligan a comer, últimamente me está pasando a menudo.
—¿Tienes nueces y fresas? —Le pregunté entrecerrando los ojos. Parezco una chica amenazante cuando en realidad no lo soy, fingí serlo.
—Sí. —Respondió señalando la cocina.
Asentí. Buscando el paquete de avena en los gabinetes, cuando lo encontré lo coloque en una bandeja y después de unos minutos siguientes, lo retire poniéndolo en un tazón pequeño, corte algunas fresas y saque varias nueces del refrigerador por último y menos importante me serví el jugo de manzana.
Camine hacia el comedor sosteniendo la bandeja y tome asiento en la misma silla que me había sentado. Mientras saboreaba la crema hecha por mí, le coloque un ingrediente de más, nunca tiene que faltar el coco rayado.
—Hija, ¿qué más no comes? —Pregunta Jace, mientras se metía otro trozo de tostada a la boca.
¿Hija? No soy nada de usted es un gran mentiroso.
—Luego le hago la lista ¿sí? Pero antes, quiero que sepa que soy vegetariana.
* * *
Llegamos a el colegio que tanto me habló el señor Jace, no quería dejarme sola por nada del mundo como hoy empiezo mi primer día en éste prestigioso instituto. Como me contó el señor Jace, habló con la directora del instituto para asignar me la aula en la cual estaré, me le quede mirando fijamente es una joven mínimo de treinta y cinco años en adelante no es ni tan mayor, ni tan joven.
Me sonrió y se levantó de su asiento para dar me la bienvenida, —Bienvenida a el Bishop Lynch High School. Querida alumna te pasas por la secretaria para que te den tu horario y la llave de tu casillero, ¿de acuerdo?
Asentí y inmediatamente la saludé estrechando su mano con la mía dándome la supuesta bienvenida. Ella me sonrió con carisma a pesar que mi rostro éste serio.
—Estarás en la aula 12J con la profesora Jacky, éste es tú horario de clases y tu llave del casillero el cuál compartirás —Me dio el horario y la llave de mi casillero. Se me acercó una señora de cabello rubio con mechones blancos que son "canas", su voz es grave y aguda, lo único que nos diferenciaba es la altura ya que soy pequeña y ella alta.
Asentí, sonriendo de buenas maneras.
—Antes que se me olvidé decírtelo pero me comunique con algunos profesores tuyos que tenías en tú actual colegio. No estamos empezando el primer día porqué hace tres meses que empezó pero como tienes tú primer semestre registrado en tú otro colegio, puedes seguir haciendo tus demás semestres aquí sin ningún problema.
Asentí por última vez, saliendo de la oficina de la directora. Mi padre salió de último con una sonrisa agradecido por aquél humildad de la querida directora.
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Editado: 15.02.2019