La oportunidad.

Sueños rotos.

-Camila: He intentado suicidarme varias veces, nunca puedo conseguirlo, también he soñado varias veces con mi muerte. ¿Será que los sueños me revelan de qué manera debo hacerlo?

¿Y si termino con esto sin importarme nada?

¿Y si algún día logro conseguirlo?, no estoy segura de si será el día más feliz de mi vida, tampoco sé si voy a descansar o si es la mejor solución. Pero estoy cansada de tantas cosas.

Jaja, ¿Me extrañaran? Pues no lo creo, será un alivio para ellos que yo deje de respirar… Mi madre tendría que dejar de sacrificarse tanto por mí y comenzara a vivir para ella, eso sería bueno, ya que nunca piensa en ella.

En uno de mis sueños, estoy colgada de un árbol, aún sigo con vida y puedo sentir que no es por mucho tiempo. Escucho a mi madre gritar a lo lejos, ver su cara de desesperación acercarse a mí me hace querer abrazarla y decirle que todo va a estar bien, verla tan desesperada me causa más dolor que todo el que estoy sintiendo.

En otro sueño, estoy parada frente a un precipicio, mis brazos están extendidos, mis ojos están cerrados con fuerza. Lágrimas corren por mis mejillas, en silencio digo “perdóname mamá” y me aviento al vació. Al caer, sigo con vida. Mi cuerpo está completamente destruido, mis piernas están casi desprendidas de mi cuerpo, mis brazos apenas pueden mantenerse en su lugar, levanto mi cabeza con esfuerzo ya que está casi rota y cubierta de sangre, logro ver como mis órganos están fuera de mi cuerpo. Me sorprende mucho seguir con vida, tal vez aún sigo viva porque solo es un sueño. Despierto de repente sin ninguna explicación, eso me sucede muy a menudo y solo logro decir, “¿Será que nunca conseguiré suicidarme?

A los pocos minutos, mi madre entra en mi habitación, debido a las luces encendidas, la música y el desorden. Sin querer molestar solo opta por preguntarme “¿Has tenido una pesadilla princesa?

-No mamá, ha sido un gran sueño. Solo que desperté como siempre.

-Está bien mi amor, tranquila.

Mientras mi madre se aleja de mi habitación, estoy sentada pensando en porqué las cosas no pudieron ser diferentes para ambas. Ya que ella no es una mala persona, y considero que yo tampoco. Reconozco que somos humanas, cometemos errores y nos equivocamos, también sé que he cometido cosas que van contra la ley de Dios, como atentar contra mi vida y que ella no se queda detrás con los pecados. Pero existen personas que han hecho cosas peores y tienen vidas perfectas. Bien dicen que no todos terminan con lo que merecen.



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En el texto hay: tragedia, secretos, suspenso

Editado: 26.03.2019

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