Cutting.

“Hoy estoy más deprimida que nunca”.

Fueron las palabras que público Camila en su muro, pero a los pocos minutos se arrepintió y eliminó la publicación.

Luego de esto recibió mensajes de un chico bastante extraño, con el cual no había hablado nunca y el cual no conocía.

-¡Hola! Mi nombre es Alejandro, ¿Qué tal estás?

-¡Hola! Es un gusto hablar contigo, mi nombre es Camila. Estoy bien gracias ¿Y tú cómo estás?

-Me alegra que estés bien. ¿Tienes whatsApp? Es que es más privado jaja.

-¡Gracias! Igual. Jjajja si tengo.

-¿Podrías dármelo?

-Claro.

-Pero me lo pasas con tu número y el código juntos.

-Vale, está bien

Luego de eso siguieron escribiéndose y cada vez se conocían más. Camila descubrió que Alejandro era un chico emo, y que practicaba lo que muchos llaman cutting. Trato de hacerlo cambiar de parecer varias veces tomando por ejemplo el riesgo que corría al practicarlo, pero fue en vano.

Alejandro, le explicó a Camila que sentía al hacerlo y los motivos por los cuales lo hacía.

-¿Por qué lo haces?

-Es una forma de enfrentar mis problemas. Lo hago para no sentir dolor emocional.

-¿Qué sientes al hacerlo?

-Pues un alivio emocional.

-Sabes, te entiendo. Al igual que tu tengo muchos problemas y siempre estoy deprimida. Pero no es la mejor manera de resolverlo.

-Gracias, te recomiendo que lo intentes. Verás que te sentirás mejor. Aunque sea solo por unos minutos.

-Vale, luego te diré lo que pienso.

Mientras Camila se encontraba en la soledad de su habitación, los recuerdos de su infancia llegaban a su mente. Para su mala suerte ninguno de ellos eran felices, haciendo que esta se deprima en seguida.

Por más que busco en mi mente, solo encuentro malos recuerdos. Como olvidar aquella noche tan fría, mis padres discutían por una carta que mi madre había recibido. Aún no sé lo que decía, ver a mis padres discutir de esa manera me causó mucho daño, al ver que mi familia era muy diferente a todas las demás, todas aquellas personas que conozco reciben mucho amor de parte de sus padres, sus padres se aman, disfrutan estar juntos, mis padres no. Entre gritos y jarras aventadas a la pared, mi padre se enojó mucho, de tal forma que nos encerró en la casa, sin luz y sin comida, se marchó y nos dejo encerradas.

Camila en ese momento sintió que ya no podía más, pasaron por su mente los pensamientos de quitarse la vida. En ese instante recordó lo que había platicado con Alejandro. Considero hacerlo, busco una navaja que le había obsequiado su tío, según él para defenderse. Apretó fuerte sus muñecas y cortó por encima de sus venas. Describió la sensación como algo placentero, tal y como dijo Alejandro, no sintió dolor emocional al hacerlo. Solo un terrible ardor en sus brazos, lo cual no duró mucho.

Luego de esto, hablo con Alejandro contando todo lo que sintió, el chico le aclaro que no era lo que buscaba para ella. Camila al igual que él, opto por ignorarlo y continúo haciéndolo cada que se sentía deprimida o enojada.

Sus amigas y compañeras de clase, la consideraron como loca, advirtiendo que lo que hacía no estaba bien. Sin embargo, Andreina, una de sus amigas que tenía problemas similares a los suyos, entendió sus motivos. Ya que también lo hacía.

Nahomy, otra de sus amigas trataba de hacerla entender que solo conseguía que sus brazos estén marcados al hacerlo y que era mejor buscar ayuda psicológica.

Dalia, a quien Camila consideraba como su mejor amiga solía decirle que no lo hiciera, que si continuaba haciéndolo se vería obligada a hablar con su madre. Sin embargo la criticaba a sus espaldas por hacerlo, y optaba por decir que ojalá se cortara el brazo o que se desangre. Que falsa, ¿No? Pero, así son las amistades de hoy en día. Dicen ser tus amigas y hablan de ti a tus espaldas.

-Camila es una persona tan sensible, cualquier cosa puede lastimarla, es demasiado estúpida para ser una persona con tal tamaño-. Menciono Dalia a Andreina, mientras ella solo escuchaba lo falsa que podía llegar a ser.

-No deberías hablar de ella a sus espaldas, ¿No se supone que son mejores amigas? Te comportas como una hipócrita, ¿Por qué mejor no vas y se lo dices en su cara?

-Ay por favor, ni que sea una cosa del otro mundo.