La Orden De Los Ocultos

El permiso

—¡Esta despertando!¡Esta despertando! — escuche la estridente voz de Lisa cuando abrí los ojos.

Parpadee varias veces acostumbrando mis ojos a la luz. Entonces pude ver como ella me sujetaba una de las manos y me miraba con sus ojos marrones llenos de preocupación.

—¿Que paso?— pregunte sintiendo la garganta totalmente seca.

—No lo recuerdas —dijo Lisa hablandome muy lento.

Fruncí el ceño mientras trataba de aclarar mi mente poco a poco.
Nunca me había desmayado en toda mi vida, pero aquel suceso se había sentido tan extraño...

Entonces recordé lo último que había visto en el salón de clases. La mirada preocupada que me había dado Peter parecía demasiado honesta.
Mire a Lisa de nuevo y esta me observaba ansiosa sin decir nada.
Hasta que deslumbre la figura de el susodicho recargado en una de las paredes. Su cara no se volteaba hacia mi, pero sus ojos verdes me miraban de reojo sin perderme de vista.

—¡Emma!—dijo lisa atrayendo mi mirada.

—Estoy bien —respondí rápidamente y me senté sobre la camilla mientras me agarraba la cabeza.

De pronto la puerta se abrió, y Jay apareció por el marco de esta, su figura agitada se acerco a mi con paso determinante.

—Apenas me entere lo que paso y vine a verte —agrego Jay al tanto Lisa le cedía su lugar cerca de mi.
Sus ojos se fijaron en los mios, y casi como acto reflejo mis ojos se centraron detrás de Jay mirando a Peter.
El cabello negro le caí por la frente contrastando entre las paredes blancas y su piel de porcelana.

—Estoy bien —repetí de nuevo con voz agotada. Todo este asunto ya me estaba cansando.

Me levante rapido de la cama, mientras Jay se mantenía cerca de mi, y lisa me miraba como si esperase mi inminente caída.

—Baltazar llamó —dijo de repente Peter, haciendo que Lisa y Jay se giraran al verlo como recordando que el estuviera allí —Se entero de lo que paso, el quiere saber si quieres ir a casa —Termino de decir el con su voz melodiosa y por un momento me perdí en sus ojos esmeraldas, mientras lisa y Jay nos miraban curiosos.

—Yo —Vacile —No quiero perder clases —agregue casi en un susurro.

—Esperen un momento —Dijo Jay con el ceño fruncido —¿Ustedes viven juntos? —Añadió el joven.

Me percate de lo malhumorado que había sonado, siendo el tan amable, me sorprendió el reproche que había encontrado en sus palabras.
Lisa y yo cruzamos miradas, al tanto Peter se mantenía al margen, con su calma imperturbable, casi parecía que todos a su alrededor le aburriamos sin remedio.
Sabia que el pelinegro no le contestaría, a veces creía que Peter pensaba que hablar con todos a su entorno era una total perdida de tiempo.

—Si —le respondí a Jay mientras su cara se desmoronaba frente a mi.

...

Lisa me observaba de nuevo desde el otro lado de mesa, tenía que admitirlo, aunque me molestaba esta clase de atención innecesaria, me agradaba la idea de que ella se preocupara por mi, al igual que Jay y hasta Peter...

—Segura que estas bien — dijo Lisa de pronto.

—Si, no te preocupes —respondí mientras jugaba con el popote de mi jugo.

—Oh, Emma, me hiciste pasar un buen susto, todos nos quedamos paralizados cuando te desmayaste, Peter fue el único que reacciono.

—¿Enserio?—pregunte incrédula y mire de reojo la mesa en la cual se encontraba Peter.

—Si —añadió lisa captando mi atención —Pero ya no hablemos de eso.

—Estoy de acuerdo —sonreí.

Ella me devolvió el gesto.

Salimos de la cafetería hacia las taquillas, mientras lisa me hablaba sobre un chico que estaba en clase de Matemáticas con ella, no entendia mucho de lo que me hablaba, tampoco era que me interesara la platica. Me límite sólo a sonreirle.
Me apoye en los casilleros con los brazos cruzados sobre mi pecho, mientras lisa se arreglaba con cuidado la corta melena.
Hasta que mis ojos distinguieron el cabello rizado de Jay desde el otro lado de pasillo.

—Hola chicas —dijo el mientras nos saludaba con una de sus manos.

—Hola —respondimos lisa y yo al unísono.

—Quería hablar contigo —agrego Jay para después lanzarme una mirada que ciertamente me hizo ruborizar, a mi lado note como lisa nos miraba de reojo.

—Claro —conteste tratando de que mi voz sonara normal.

El le hecho una clara mirada a lisa, pero esta siguió como si estuviera alisandose falsamente el cabello. Yo sabia que ella no se movería.
Al final Jay suspiro frustrado.

—Yo...—comenzó el mientras se frotaba la barbilla —¿Te gustaría salir conmigo el sábado?

Mi boca se abrió para contestar, pero nada salio de ella, otra vez enrojeci mientras Lisa me decía que si claramente con sus grandes ojos marrones. Anteriormente había intentado hacerme salir con varios chicos del instituto contra
mi voluntad. Pero tenía que admitirlo Jay era... diferente. Encantador.

— Si —dije casi en un hilo de voz lo suficientemente alto como para que Jay sonriera.




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