La Orden De Ónofre - El Despertar

CAPITULO 16

El camino hacia la casa del campo era un tramo bastante largo, habían pasado ya unos cuarenta minutos y todavía faltaba un poco más.

Rafael y Jared hablaban entre ellos, cada tanto buscaban meterme en sus conversaciones, pero no les ponía mucha atención. Mis pensamientos los ocupaba una sola persona, si podría llamarlo así.

No había tenido ni siquiera un solo día de paz. Primero las sombras y ahora que no había rastros de ellas, Salvador hizo presencia el mismo día que yo ingresé. ¿Coincidencia por lo último? No lo creo.

De a momento intenté relacionar las sombras con él, pero no estaba segura, necesitaba saber más sobre esas cosas y que tipo de relación podían tener ambos eventos. ¿Si Salvador era uno de los nuestros? Suspiro pesadamente ante esa idea.

En ese momento, me doy cuenta que habíamos estacionado en un minimercado de una gasolinería. Rafael sale del auto camino a éste, mientras Jared me mira por el rabillo de sus ojos.

- Los chicos pidieron algunas cosas para comprar – me pasa su celular, en donde alumbrara de la pantalla un mensaje de lunas con un montón de productos escritos.

- ¡Wow! Es mucho – le devuelvo el móvil y abro la puerta de mi lado – No creo que Rafel pueda con todo, vamos a ayudar o no nos iremos más de aquí.

Jared rodea el auto, llegando a mi lado para caminar juntos hacia el interior del local.

- ¿Hay alguna manera de detectar si una persona es… ya sabes, “especial”? – abro comillas imaginarias con mis dedos.

- No es que vas a ir por la vida sabiendo, solo hay que prestar atención. Aunque algunos casos son excepcionales, lo “especial” – repite el gesto – puede ser muy fuerte para detectarse a kilómetros.

- ¿Pero podrías detectarlo? – Jared deja de caminar y me freno para esperarlo.

- ¿Qué quieres saber Emma? O, mejor dicho, ¿De quién? – me observa dudoso.

- Solo curiosidad, no hay nada o nadie – comencé a caminar de nuevo.

- Si preguntas por ese tipo, la respuesta es no – dice cerca de mi oído antes de apresurar el paso quedando a unos metros delante.

Treinta minutos después, terminamos cargando con un montón de bolsas, las que me rodeaban en la parte trasera del coche, ya que Rafael era ahora el copiloto; Y una media hora más, tardamos en llegar a destino.

Los chicos estaban bastante bulliciosos, gritando y bromeando. Yo solo me abstenía en un rincón del salón, en uno de los sillones individuales, mientras veía las payasadas que hacían y reía alguna que otra vez por sus gracias.

- Bueno ya fue suficiente – declara Asli parándose en la mitad de la sala. – Es hora de la acción - y todos asintieron y se dirigieron hacia la parte trasera de la casa, en donde se encontraba un patio inmenso, rodeado por bosques.

- ¿Qué está pasando? – pregunto desconcertada a Luna, mientras salíamos últimas de la casa.

- Ya lo veras – dice la rubia dando una sonrisa traviesa y llegando rápidamente con los demás.

Una vez todos fuera, no podía creer lo que veían mis ojos. Parecía estar dentro de una película fantasiosa.

Al principio se dividieron en dos grupos; En el primero se encontraban Jared, Lenny y Luna, mientras que el segundo equipo formado por Asli y Rafael, corrían con desventaja, puesto que Leo se había quedado a mi lado, observando y explicándome al respecto.

Tomando distancias unos de otros, empezaron a cambiar de apariencia

El primero en transformarse rápidamente fue Jared, quien se fue haciendo cada vez más grande, diría que medía dos metros de alto, con forma lobuna, sus ojos cambiaron a un azul eléctrico, que iba a juego con su pelaje azul obscuro. De sus patas, asomaban unas terribles y grandes garras, mientras en su boca, los colmillos tenían el largo suficiente como para atravesar un cuerpo de lado a lado, como si fuesen espadas de hielo.

El siguiente fue Rafael, quien comenzó a emanar un aura mezcla de rojos, naranjas y amarillos, hasta que su cuerpo quedo completamente cubierto de fuego. Sus ojos parecían dos linternas de luz naranja, su pelo se transformó en llamas, y en su espalda podían observarse dos bolas de fuego más intensas que el resto de su cuerpo, parecían alas.

La siguiente fue Luna, quien su pelo rubio cambio a blanco, haciendo juego con sus ojos. Su cuerpo permanecía flotando en el aire, a unos escasos centímetros del suelo, sin alas que le ayudaran. Sus cabellos se meneaban como si un fuerte viento tormentoso le estuviese golpeando en su rostro, pero lo más extraño era que el sol nos estaba mirando desde el cielo, y pese al frio invierno, no había una pizca de viento.

La siguiente en transformarse fue Asli, quien de su boca abierta le brotaron inmensos colmillos, sus pupilas se dilataron hasta cubrir de negro el globo de sus ojos, su cabello le creció repentinamente hasta por debajo de sus caderas, llegando hasta la mitad de su muslo. De sus manos, sus uñas se convertían en unas negras y afiladas garras.

Por último, la frutilla del postre, Lenny – quien supe diferenciar de su hermano por un pequeño lunar debajo del ojo izquierdo – ancló sus manos y pies en el piso, para luego empezar a transformarse desde sus extremidades hasta su tronco, en un inmenso e imponente árbol, pero que mantenía los ojos, la nariz y los labios del gemelo.



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En el texto hay: fantasia, misterio, romance

Editado: 30.01.2020

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