La organizadora de bodas

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Si les dieran la posibilidad de trabajar cumpliendo los sueños de las personas, aceptarían?

Con la responsabilidad que eso conlleva?

Aún si tuviesen que renunciar a sus vidas tal y como las conocían?

Yo decidí que si, que lo quería más que a nada en este mundo, quería ser una de esas personas que jugaba a ser un hada madrina. Quien le otorgaba a Cenicienta la chance y los medios para poder vivir su final de cuento de hadas y ser feliz.

A esta altura se preguntaran pero a que se dedica y quien es?

Bien me llamo Zara Williams, si con y , tengo 28 años y soy la dueña de una pequeña empresa que se encarga de organizar bodas. Soy prácticamente una organizadora de bodas.

Mis días por suerte son bastante atípicos al resto del de los demás.No todos podían pasar sus mañanas recorriendo tiendas , eligiendo vestidos , y asistiendo a pruebas de pasteles.

Esto sin duda era mi parte favorita de mi trabajo, al vivir en una ciudad tan ajetreada como lo era Millestown , muchas de mis clientas no tenían el tiempo suficiente como para poder asistir personalmente ellas a estas cosas.

Por lo que yo era sus reemplazos.En el último tiempo había engordado 5 kilos debido a esto pero no me quejaba.

Era como si pudiera nada en mares y mares de azúcar y no sentir culpa porque era parte de mi trabajo.

Luego los bajaría cuando fuese al gimnasio.

Si alguna vez tenía tiempo.

De pequeña siempre jugaba a organizar bodas, lo hacía con mis muñecas y luego con mis amigas.

Nos turnábamos para que una fuera el novio y otra la novia y mi pequeña hermana era quien cumplía el rol de cura.Además era la niña de las flores y la de los anillos.

Siempre se jactó de ser una persona multifacética.

Pero las cosas no siempre son como los cuentos de hadas, saben? El amor se acaba y destruye todo a su alrededor. Y me tocó vivir eso a los 11 años de edad, cuando mis padres se separaron.

Fue duro, no entendía lo que pasaba, no sabía que decir, como actuar,ni de que lado estar. Por que aunque los adultos no lo digan explícitamente, tarde o temprano debemos elegir un bando.

Y yo debía elegir el de mamá, quien fue la que se llevó la peor parte de todo esto ya que mi papá la había engañado con Susan Myers, la nueva vecina de la ciudad, y viuda además.

Ellos se casaron unos meses después, él juraba que era el amor de su vida, lo que fue un golpe más duro que el divorcio en si. Aunque ahí no fue cuando comenzó mi pesadilla.

Esta empezó cuando conocí a su hijo mayor, Hunter …Hunter Myers. Él era 2 años más grande que yo, y no era lo único que era más grande, su ego superaba al de todas las personas que había conocido antes, era casi igual al odio que sentía hacia mí.

Alguien se preguntaría que le podría haber hecho yo, y en todo caso si no debería ser yo quien lo debería odiar a él. Pero definitivamente las cosas no eran así.

Hunter odiaba a mi padre porque pensaba que venía a reemplazar a su difunto padre, y pensaba que yo ocuparía su lugar. Por lo que aquello me transformaba en el mismísimo diablo.

Era bueno saber que en algo coincidíamos, porque para mi, él era Lucifer en persona. He perdido la cuenta de las veces que hizo de mi vida una pesadilla, en la escuela, en casa, en reuniones familiares. Oportunidad que veía para avergonzarme, oportunidad que aprovechaba.

Afortunadamente las cosas habían mejorado un poco, o lo hicieron cuando para mi ultimo año en la escuela , Susan quedó embarazada y llegó a nuestras vida la pequeña Mia.

Uno hubiese pensado que la llegada de una bebé cuando Hunter estaba por entrar a su segundo año en la universidad y yo estaba decidiendo que hacer con mi vida, no nos caería tan bien.

Pero fue justo lo que necesitábamos para comportarnos como una familia de verdad, hasta mi mamá se integró a esta clase de locura y ahora asiste a cada reunión los domingos en la casa de Susan.

Ella afirma que lo hace para pasar tiempo con Mia, pero yo se que lo hace porque está aprendiendo a aceptar a Susan y se están convirtiendo en buenas amigas.

Más de una vez las escuché riéndose a costa de papá hablando de sus pocas habilidades a la hora de arreglar algo en la casa.

Mientras mi café se terminaba de calentar , eché un vistazo al portarretratos que tenía en mi escritorio. Una foto donde estábamos Hunter, Mia y yo. Ella era solo una bebé y la cargábamos en brazos el día de mi graduación.

Éramos dos hermanos orgullosos y esperaba que algún día ella supiera eso.Estábamos enamorados de ella, había llegado a nuestras vidas para unirnos.

Pero como todas las cosas, las historias que involucran romance , tiene un lado B… una parte oscura. Y en mi caso es que hubo algo más que sentimientos de “hermandad” entre nosotros.

Hubo una época de mi vida en la que estaba enamorada de él. Cómo realmente enamorada, vivía,respiraba y soñaba con Hunter. Y como ningún lazo nos ataba, ninguno de sangre, juraba que algún día terminaría casándome con él.

Pues…no. Pero eso no me detuvo para querer hacer realidad el sueño de las demás personas que quisieran hacer realidad su sueño de vivir felices para siempre y en ello me inspiré a la hora de crear mi empresa y buscarle un nombre.

El teléfono sonó para el momento en que estaba volcando el líquido negro en mi taza favorita.

Corrí a cogerlo y lo llevé a mi oído.

-Buenos días y gracias por contactarse con “Happily ever after”.Soy Zara.En que puedo ayudarte?-repetí la frase que me sabía de memoria.

Una nueva novia llamaba a la oficina, lo que significaba que había una nueva boda por organizar. Miré a la fotografía una vez más y me deshice de mis pensamientos para concentrarme.

Había trabajo por hacer. Y mucho. Debía demostrarle a esta novia porque era la mejor de la ciudad.

Ella había confiado en mi para organizar su día especial y no la defraudaría.

 

 




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