La organizadora de bodas

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Intenté disfrazar mis sentimientos, dándoles la razón así a mis padres.

Después de todo , tal vez no estaban del todo equivocados. Pero no podía darme el lujo de perder clientes por sentimientos no resueltos hacia mi hermanastro. Ni más ni menos.

A veces deseaba no haber sido tan ingenua y haberme enamorado de alguien más, pero supongo que esta vida demanda siempre un poco de cliché y drama, para hacerla un poco más interesante.

Habían muchos tipos de clichés. Y como una persona que había leído demasiadas novelas románticas y había visto muchas series, podía enumerarlos uno por uno.

Estaban las personas que se enamoraban de sus jefes.

Las que se enamoraban de sus amigos.

Las que se enamoraban de alguien mayor.

O de alguien menor.

Personas que se enamoraban de chicos peligrosos.

Y también habían personas a las que les gustaba correr más riesgos y se enamoraban de sus profesores.

Por último estaban aquellas que se enamoraban de un familiar. Y no precisamente uno de sangre. Solían ser los hermanastros.

Para hacer las cosas menos ilegales.

Todos estos cliches podían compararse con una cosa.Y para explicarlo mejor debo involucrar a la cocina.

En términos gastronómicos , cada uno de estos se podía relacionar con el sabor de alguna comida o condimento.

Algunos eran dulces, otros amargos, otros nos provocaban alegría,o dolor en el cuerpo .

En mi caso  relacionaré mis sentimientos y el cliché que me corresponde a  la pimienta. De esa clase de pimienta que pica , pero que de alguna forma nos encanta. Que sabemos que nos hará mal al comerla pero por alguna razón no podíamos parar de hacerlo.

Lo mismo me ocurría por Hunter.

Sabía que al final de cuentas sería yo quien terminaría con el corazón roto. La que se quedaría sola y debería empezar de cero.Juntando cada pedazo.

Sin poder contarle a los demás la razón del porque me encontraba así.

No creo que mi madre le hubiese gustado escuchar que la persona que le había roto el corazón a su pequeña, era el hijastro de su ex esposo.

Sobre todo porque ella sentía un gran cariño por Hunter.

Para ella era el hijo varón que nunca tuvo. Lo que hacía mi situación un poco más delicada.

Ya que viéndolo desde esa perspectiva, le estaba dando un nuevo título.

Lo transformaba de “hermanastro” a “hermano”.

Y el solo hecho de decir “estoy enamorada de mi hermano” me revolvía el estómago.

Era demasiado hasta para mí.

Cuando las cosas se calmaron , pude sacarme por un tiempo a Hunter de la cabeza y ser feliz.

Ya no tenía que pensar en aquello.

Y ahora nos encontrábamos en el presente.

Por eso debía enfocarme en esto y olvidar el resto.

Después de todo estaba haciendo todo esto en nombre del dinero.

Dibujé una sonrisa para no dar lugar a sospechas y me transformé en la mujer profesional que todos sabían que era aquí.

-Estoy aquí porque me casaré-dijo con una gran sonrisa en su rostro.Una que no veía desde hacia mucho tiempo y a la que no me daba cuenta de que echaba de menos-Pero después de todo.Asi es como recibes a tu familia?

La cara de Bailey se transformó al no entender nada de lo que estaba ocurriendo aquí.

-Se conocen?-nos señaló. La sorpresa aún tiñiendo su semblante.

-Claro-dijo Hunter acercándose a mí y obligándome a parar de mi silla.-Es mi pequeña hermanita-pasó un brazo por sobre mis hombros y me pegó a su cuerpo.

El olor de su colonia inundó mi nariz. Seguí oliendo a lo mismo. Una mezcla de madera, chocolate y pasto recién cortado en un día lluvioso. Una combinación extraña y extrema , pero sin embargo era mi favorita.

-Hermanastra-lo corregí, ignorando el pinchazo que sentí en mi pecho al escuchar salir de su boca la palabra “hermanita”.

-Vaya que este lugar es pequeño-rió Bailey al darse cuenta al fin de lo que pasaba.

-Más de lo que nos gustaría-dijimos Hunter y yo al unísono.

-Lo peor de un lugar así es que si le das demasiada información a las personas usarán todo eso en tu contra.

-Y eso nunca es bueno-agregué.

-No se como hicieron para crecer aquí. No la habría soportado-pasó una mano por su perfecto cabello negro como la noche.

-Sobrevivimos y después de todo no la pasábamos tan mal.

-No lo hicimos-agregué riendo con nostalgia-Ahora si no les molesta , vamos a por lo que estamos aquí.Primero que nada déjenme felicitarlos.

-Muchas gracias!-respondieron a la misma vez.

-No hace falta que tu digas nada-apunté a Hunter con mi dedo-Ella ya me contó todo lo que necesito saber de ustedes dos.Y aquí tienen el resultado de lo que quieren para su boda-entregué los papeles con todo bien detallado.

Ambos se tomaron 20 minutos para leer los documentos con cuidado y podía ver la alegría reflejada en el rostro de  Bailey y la ilusión hacía su efecto en la de Hunter a la misma vez.

-Me has sorprendido una vez más. Te has superado,Zari.

-Zari?

-Asi me llamaba de pequeña.Para molestarme claro está.Y gracias Hunt.Si están de acuerdo me gustaría que firmaran aquí y con eso empezaríamos esta travesía.

-Estás de acuerdo?-Bailey miró a mi hermanastro con ojos de perrito mojado implorando sin hablar que dijera que si.

-Si tú lo estás, yo también-tomó su mano para besar sus nudillos.

-Entonces eso es un si.Dame ese bolígrafo-dijo casi gritando.

5 minutos más tarde estaba todo listo. La pareja feliz tendría su cuento de hadas y salía de la puerta de mi oficina con una gran sonrisa en sus rostros.

Bailey fue la primera en caminar hasta el auto , dejando atrás a su flamante futuro esposo.

-Muchas gracias por hacer esto posible.Solo quiero verla feliz-dijo abrazandome.

-Y yo solo quiero verte feliz a ti Hunter-dije mientras me despedía de él.




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