El regreso a casa fue tal y como esperaba que fuese. No es que esperaba que hubiese gente en el aeropuerto con un cartel con mi apellido.
Tampoco esperaba al amor de mi vida con un ramo de rosas y un oso de peluche de un tamaño descomunal del otro lado de la puerta.
Solo estaba yo, mis maletas y una decisión muy difícil. A veces me gustaría poder dejar las cosas al azar. Lanzar una moneda y que el destino eligiese por mi, pero esta vez no podía hacerlo de esa manera.
Es por eso que decidí demorarme en el café que estaba cerca de la tienda de regalos. Siempre tomé las decisiones más inteligentes de mi vida junto a una humeante taza de café.
Una chica con el cabello rojizo que le llegaba a la barbilla se acercó hacia mi con muy poco interés en su trabajo. Dios como extrañaba ir a mi café favorito.
Ahí nunca me atendían de mala manera, siempre sabían que darme y también me aseguraba que nadie escupiría en mi taza.
El solo pensamiento de eso, me generó una sensación de asco que intenté ignorar. Me preguntaba como era posible que planteara cosas asi en mi mente.
-Buen día , bienvenida a Cosmo’s . Que le puedo servir?
El hecho de que me tratara de usted no me hacia sentir mejor, ya sabía que estaba cerca de mis 30 años y que la mejor etapa de mi vida estaba a punto de terminar.
Pero no era necesario que me lo recordara de esa manera.
-Un latte , un cupcake de vainilla con chispas. Y de casualidad tienen algún libro para leer?
-Si-respondió desinteresadamente señalando hacia una canasta repleta de novelas.
Ningún nombre conocido y eran todas ediciones de bolsillo. Me recordaban a aquellas que vendían en los puesto de revistas y que no eran mundialmente conocidos, o tal vez si pero perdieron su magia.
Encontré uno que se llamaba “La decisión de mi vida”. Giré el libro y leí la sinopsis .Un escalofrío recorrió mi espalda para cuando terminé de leerla. Se trataba de una chica que se enfrentaba ante la encrucijada de casarse con un hombre que sus padres le habían elegido o su verdadero amor, quien estaba con alguien más, pero quien ella juraba que era su alma gemela.
Reí disimuladamente al pensar en lo cruel que podía ser a veces el destino con esas pequeñas indirectas que nos daba a veces. De todos los libros que habían en esa vieja canasta justo tenía que encontrar uno que describía tal cual mi vida en este momento.
Al rato la amargada camarera regresó con mi pedido y lo dejó sin cuidado en mi mesa , haciendo que unas gotas de café cayeran sobre la servilleta , destruyendo a la vez el dibujo de una flor que traía mi latte.
-Aquí tiene su orden.Que disfrute.Son $15.
Abrí mi billetera y le tendí uno de $20.
-Quédate con el cambio-agregué .
Esperaba que esos $5 hicieran que su malhumor pudiera desaparecer por lo menos por un momento.
Llevé la humeante bebida a los labios. No había nada que un café pudiera solucionar. Era como un placebo para mí. Realmente no resolvía mis problemas , pero me daba la sensación de que asi era.
Hubo una frase que me llamó la atención.
-Era como si la vida me hubiese situado en un pasillo donde tenía frente a mí dos puertas. Detrás de cada una tenía una opción completamente diferente. En una de ellas estaba el amor de mi vida, la persona de la que estaba complemente enamorada , con la que había jurado que pasaría el resto de mis días y seríamos felices. Pero no era aceptado por mis padres. En la otra puerta estaba la persona que ellos adoraban con su corazón y que juraban que haría feliz por el resto de mi vida. Que me daría lo que yo quisiera más. No era un mal hombre, de hecho era demasiado bueno para ser real, pero el problema es que no era quien yo amaba. Entonces ahora debía tomar la decisión de que puerta abrir. Abri la puerta de mi corazón y cerraba la de la familia, decepcionando a mis padres o abria la puerta de la aceptación y aceptaba mi destino siendo infeliz con alguien a quien no amaba.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al leer esto y tuve que tomar mi servilleta manchada de café para limpiar una que se escapó de mi ojo.
Solo rogaba no tener mi cara marrón o negra debido a esto.
Me gustaría poder relajarme en lo relacionado a esto pero no podía , me superaba .
Mi celular sonó y me trajo de vuelta al mundo real.
-Hola Zara! Soy Stacy. Podemos quedar mañana para ver las fotos de mi compromiso con Garrett?
Por un momento había olvidado que tenía un negocio propio al que debía cuidar y novias con los nervios de puntas a quienes debía calmar.
Dejé a un lado mis problemas personales para enfocarme en mi trabajo. Al final , no era Hunter quien me daría de comer, ni tampoco Bailey, ni un matrimonio que no debería celebrarse.
Era en realidad los matrimonios lo que me daban de comer . Y debía seguir demostrando que estaba al tanto de todo.Y era la mejor de la ciudad.
-Claro que si.Mañana te parece que nos encontremos en mi oficina a las 18?
-Me parece perfecto!Nos vemos mañana , llevaré nuevas ideas.
-Estoy ansiosa por escucharlas-respondí dejando el móvil en la mesa junto a la taza vacía de café.
Y de verdad lo decía . Necesitaba algo que despejara mi cabeza y ocuparla en edición de fotos , poses, iluminación,ángulos y outfits me vendría bastante bien.
Empecé a juntar mis cosas dispuesta a regresar a casa donde un largo baño de espuma me esperaba , cuando mi teléfono volvió a sonar en la mesa.
Un mensaje, esta vez de Hunter.
-Volviste de París? Trajiste mi perfume? Dime que si por favor (emoji de carita llorando). Necesito tu ayuda. No sé bailar y me inscribí en unas clases de baile para mejorar para la noche de la ceremonia, pero no puedo ir con Bailey porque será una sorpresa.Irías conmigo.Serán solo unas horas.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas y un nudo se formó en mi estómago.