La organizadora de bodas

15

Tener a Hunter cara a cara no era una cosa del todo placentera como pensé que sería sobre todo por la tentación que esto representaba.

En lo único en que podía pensar era en como se sentiría tener sus labios en mi cuello, en mi boca, sus manos alrededor de mi cuellos mientras estábamos en la cama olvidando por un momento que eramos familia.

O no del todo.

-Que te pasa?-susurró para que el profesor no nos escuchara.

-Las mallas del señor me distraen.

-Disculpa que te rompa el corazón y tus ilusiones pero dudo mucho que seas su tipo-una sonrisa burlona apareció en su rostro.

-Celoso?

-No eres su tipo porque está claro que es gay.

-No respondiste mi pregunta-dije girando.

-Y que si lo estoy?

-De un hombre gay?

-De cualquier hombre que pueda tenerte en la manera en la que yo quiero hacerlo pero no puedo.

Solté su brazo para darme un ligero pellizco en el mío y comprobar asi que no estaba soñando. Necesitaba que esto fuese real, aunque era demasiado bueno para serlo.

No parecía algo que podría pasarme a mí.

-Qué dices?

-Lo que crees que acabo de decir.

-No estoy para adivinanzas Hunter.Vamos te vas a casar con Bailey, y serás feliz con ella.Nosotros somos familia.Soy tu molesta hermanastra, la que odiabas.

-Tambien eres la persona que siempre estuvo para mí y que me cubrió la espalda más veces de la que puedo contar con los dedos de ambas manos.La que siempre estuvo para mí a pesar de que la alejaba , siempre volvías.

-Te amaba.

-Amabas? Como en tiempo pasado?

Bajé mi cabeza.Esto era demasiado para mí.Ni siquiera en mis mejores sueños pensé que esta oportunidad se me presentaría. Y ahora no tenía el coraje para decir la verdad.

-Oye-tomó mi barbilla y me forzó a mirarlo-No tienes que avergonzarte.No cuando los dos sentimos lo mismo.

-Pero...

-Shhh..calla por una vez de tu vida-acercó mi rostro al suyo y me besó.

Sus labios se sintieron como mi mente siempre lo había imaginado, su agarre era tan perfecto que sentía que podía fundirme con su cuerpo  y la manera en la que acariciaba mi cuerpo con la mano que tenía libre me daban ganas de que me hiciera suya , aquí y ahora en el piso de esta sala .

Nos separamos luego de varios segundos y nuestras respiraciones estaban agitadas.La trenza en la que tanto se había esforzado Janice estaba hecha un lío a un costado de mi cabeza y mi labial estaba repartido en mi rostro y en el suyo.

-Pareces un payaso-reí al ser consciente de esto.

-Me confieso ante tí, te doy el que posiblemente sea el mejor beso del mundo y esa es tu respuesta.

-Que humilde eres-me pegué a su cuerpo-Hablaba por esto-lo obligué a mirarse frente al espejo que había sido testigo de nuestro pequeño arrebato.

-Vaya...si que parezco un payaso.

-Que haremos ahora?

-Sin dudas no quiero dejar esto a la mitad , quiero ir a fondo.

-Pero...

-No hay peros,luego evaluaremos los daños.Quiero vivir esto contigo.

-Está bien.Pero nadie puede saberlo.

-Eso está más que claro. Vamos a tu departamento?

Tomé su mano y huímos corriendo de aquel estudio.

No sé si fue la emoción o la urgencia pero la rapidez con la que lleguamos a casa fue realmente  preocupante.

Entramos a casa a los tropezones , dejando nuestros zapatos en el camino. Arrancandonos la ropa y tirandola en el piso.

-Eres preciosa.Lamento no haber sido capaz de haberlo dicho antes.

-Los dos hemos sido culpables de cometer el mismo pecado-dije antes de besarlo.

-Estmaos cometiendo más de un pecado en este momento.Y nadie nos parará-dijo empujandome en el sofá colocandosé encima mío.Y llenando mi cuerpo de besos mientras me despojaba de la poca ropa que cubría mi cuerpo.

Cerré los ojos para saborear mejor cada beso,cada momento.Los abrí nuevamente cuando lo sentí dentro mío tras su primer embestida.Sentirlo llenando cada espacio,cada rincón fue una de las mejores cosas que había experimentado en mi vida.

Su ritmo fue intesificandosé y yo intentaba seguir su ritmo pero sentía que estaba a punto de alcanzar el clímax ...Quería abandonarme y dejarme llevar.

Un beso fue el desencadenante de mi locura haciendome explotar y elevarme en una nube de placer que me llevó a un lugar mejor.

Un lugar en el que Hunter Myers realmente me amaba.

Me había llevado a la luna y más allá.

Al fin podía me podía sentir como una mujer completa.Y feliz.

Solo lamentaba que hubiesemos demorado tanto tiempo en confesar lo que sentía el uno por el otro.

Las cosas serían tan distintas entonces.

Sería yo quien caminaría ese 4 de noviembre por el altar lista para casarme con el hombre que amaba.




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