La Oscura Mancha En El Alma.

LA OSCURA MANCHA EN EL ALMA. CAPITULO I

SOFIA era una joven adolescente, inteligente jovial y alegre, aunque era muy bonita, solía mostrarte muy insegura e inconforme con su apariencia. Trataba de ser perfecta para encajar y evitar ser rechazada, sus padres Andrés y Carmen su madre eran muy exigente, querían que Sofía que fuera siempre la niña más aplicada, con buenas calificaciones cuando sus hormonas estuvieron a flor de piel sus ganas hacían más débiles su capacidad de aparentar lo que no sentía, descubrió que una chica le atraía, decidió experimentar olvidando todo cuanto había evadido para ser perfecta.

Sus padres al darse cuenta, llamaron su atención, hubo gritos, hasta golpearla; había bajado sus calificaciones y se estaba comportando rebelde. Así fue como descubrieron lo que pasaba y ella gritó a los 4 vientos que la amaba, su padre Andrés la amenazó directamente y le prohibió se comunicara encerrándola. Andrés grita te preferiría verte muerta que aceptarla.  Sofía, aquella tarde sin pensarlo mucho, abrumada por pensamientos de fatalidad que atormentaban su desdicha, lloro tanto que se quedó mirando la triste realidad  y decisión que había pensado y tomado para concluir su amarga vida.

padres Hablo de la batalla que estamos combatiendo ahora, en este momento los necesitos. Tengo necesidad de esta batalla. ,no tengo necesidad de esta lucha. Desesperadamente. Tengo necesidad de odiarlos pero los Amo. Tengo necesidad que sobrevivas a mi odio por ti y a tu odio por mí. Tengo necesidad de esta lucha incluso si soy el primero en odiarla. No importa que cosa ha sido a desencadenar la batalla: el toque de queda, las tareas de casa, mi habitación desastrosa, el salir, el quedar en casa, el estar o no estar, la novia, el novio, el no tener amigos, el hecho de tenerme prisionero. Tengo necesidad de luchar contigo y que tu combatas conmigo.

Tengo una necesidad desesperada que tu tengas la otra extremidad de la cuerda. Que tú la tengas tirante cuando yo la tiro del otro lado - mientras encuentro nuevos apoyos para las manos y para los pies en este mundo nuevo. Un tiempo sabía quién era, quien eras tú, donde estaba. Pero ahora no lo sé más. En este momento estoy buscando mis confines y a menudo logro encontrarlo solo cuando me desencuentro de ustedes. Entonces siento que existo y puedo respirar por un minuto. Lo sé qué te falta tanto aquella dulce niña que era. Lo sé porque también a mí me falta, y esta ausencia es una cosa muy dolorosa para mí. Pero no quiero más sus gritos, peleas y mucho menos que me sigan viendo como una diferente.




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