La Oscuridad Stendhal Cotard (st)

Noche de Insomnio.

 

Era aun de madrugada, y el solsticio de invierno asestaba con pesadez en la atmósfera de los terratenientes de La Ciudad "Zaraguza". Ciudad pintoresca en los calores de verano, y bastante noctámbula en los duros días de invierno.

 

El frío caníbal devoraba los huesos y la nieve caía como estrellas serpenteantes en las comisuras de la oscuridad.

 

Personas con abrigos y escupiendo hielo se paseaban por la ciudad junto a sus familiares, repletos de felicidad cicutina, prófuga, nostálgica.

 

Desgraciadamente yo era uno esos fantasmas anclados a la calle por una cuestión de unión familiar. Estaba con mi madre y mi padre junto a mi hermano, era una noche distinta de la desfachatez de las anteriores, me acechaba un vértigo homicida en todo mi cuerpo. No sabia, temía, lloraba en transparencia. Esa noche recuedo muy bien que: comimos, vimos películas con finales felices, salimos a la calle a presenciar los adornos de navidad, a disfrutar de la noche, comimos helado, jugamos... Vivimos.

 

Como por pura suerte satánica, la noche... esa noche, cambio a un rojo sangriento que sentenció a muerte a mi familia. Un monstruo vestido de negro se pareció de una dimensión oscura (Para que lo sepan, yo considero monstruos a todos los seres humanos, no les veo la mínima gracia de su existencia. Att: Cameron). Éste monstruo poseía una mascara de anonymus y cuchillo que brillaba en su filo sediento de sangre por venganza. Mi familia y yo estábamos atentos a ver la nieve caer, a soñar, a vivir. En medio de tan majestuosa noche, mire a mi padre para agradecerle por todo lo que había echo por nosotros, por mi mama, por mi hermano, y por mi. Estaba feliz tan solo una ves en mi vida, por una vez en mi Maldita vida, pero el destino degolló a mi padre, apuñalo a mi madre... Y decapito a mi hermano.

 

Tenia 12 años de haber llegado a este mundo, doce miserables Años.

 

 

El hombre llego sigilosamente y en medio del contacto visual de mi padre y yo, deslizo el cuchillo por su yugular externa. Mi vista se macho completamente del río de sangre que brotaba de su cuello. Yo estaba inmóvil, desaparecieron mis cuerdas vocales mientras observaba mis manos y todo mi cuerpo tatuado de sangre. Mi madre grito tan fuerte que me dolieron los oídos, en medio de sus alaridos, llego otro monstruo y la apuñalo como si tuviera una tormenta de odio propagada por toda la memoria, la apuñalo sin piedad, ella gritaba, sus delirios eran de un dolor infernal mientras le seguia asestando puñaladas a su estomago. Mi hermano huyo a ayudar a mi mama, su acción de héroe quedo escasa cuando lo tomaron de su cabello y cortaron su cabeza con varios machetasos.

 

Nadie llego a ayudarnos, todos desaparecieron, huyeron. Solo se aparecio el amancer tras un murmullo de mis lagrimas que caian sobre el silencio de una plaza enlagunada de sangre. No recuerdo quien aparecio a tenderme una mano, solo recuerdo el sonido de las ambulancias y el grave pero sutil cantaro de la lluvia.  

 

Desde entonces... solo desde entonces, perdi mi vida de enfermedad en enfermedad anclada a los farmacos por drogas que calmaran mis raices al sindrome de tourette, mientras que por otro lado sentia mi cuerpo descomponerse por el sindrome de Cotard, y por si fuera poco, el sindrome de stendhal me acestaba la memoria tras los traumas que se fotografiaron como un arte de terror por toda mi cabeza.

No enfatizo mucho en hablar de mi pasado, porque como usted entiende nadie me entiende -me digo a mi misma en el espejo- y si, tambien hablo sola.   



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Editado: 05.05.2018

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