La otra

Capitulo 42

 - ¿Estás bien?, Pregunto Adolfo  

 - sí, respondió sintiendo su cuerpo cansado, veía borroso, Adolfo examinaba su rostro y la tomo entre sus brazos antes de que cayera al piso 

 - ¿Isabel?, Se desespero su madre, llévala a la casa Adolfo por favor, ¡llama un médico!, le pidió a uno de los empleados que pasaba, mientras Adolfo la llevaba a prisa a su habitación... 

 

 - solo fue un desmayo, nada de que preocuparse, respondió el médico ante la preocupación de su madre. Es debido al estrés, aunque podría mandar exámenes de rutina en caso de que quieran descartar 

 - No, estoy bien Doctor, se apresuró en decir Isabel, yo me siento bien, no hace falta,  ¿Dónde está Sofía? 

 - la ha pasado casi todo el día con las muchachas, sigue insistiendo en que la lleven al pueblo, respondió su madre 

 - ¡Pues bien!, Fue un placer volverte a ver Isabel, tengo que atender a otros pacientes, ¡Ya saben! ¡Cualquier cosa me llaman!, Comentó el doctor 

 - te agradezco José, muchas gracias, respondió María, te acompaño. 

 - descansa Isabel, le sugirió el doctor antes de salir... 

 Adolfo al verlos salir entro a la habitación... 

 - ¿Te sientes mejor? 

 - si, ¿Sofía? 

 - no te preocupes, las del servicio no dejaron que escuchara la algarabia de Martin 

 - Adolfo, hay que solucionar todo esto 

 - ¿Solucionar?, ¿Solucionar Isabel?, la acechó. Eres una debilucha, tuviste un pequeño encuentro con el ranchero, y mira. 

 - ¿Crees que es fácil?, Mi padre no pudo haber escogido a otra persona para castigarte Adolfo, respondió tajante 

 - ¿A mí?, Era su conciencia la que lo hizo llevarlo a ese nivel, ¿Ahora dime? ¿Que piensas hacer? 

 - no lo sé, no sé, hay demasiadas cláusulas, ni siquiera soy capaz de entender ¿Que harán cuando sean mayor de edad?, Esto es demasiada responsabilidad para Abigail 

 - El abogado será un buen albacea, y Martin un buen cuidador, además esto es tu problema, ¡Así que arreglalo!, regresé porque había olvidado mi celular, pero algo si te digo Isabel, ten cuidado en llevar a Sofía al lado de Martin, advirtió, creo que venir aquí fue lo peor que pude haber hecho. Dijo sin ninguna clase de remordimiento. 

 

 

Martin sentía impotencia, caminaba de un lado a otro 

 - ¡Por favor Martin!, Ya debes calmarte, debes estar sereno para poder entender todo lo que está pasando 

 - ¿Tú crees que con calmarme se me va a pasar lo que tengo? ¿De verdad lo crees?, Mi hija tan solo es una niña, si me niego los bienes se irán a una fundación dejando así a Sofía y a su madre sin nada, gritaba, ¿Dónde tenía la cabeza ese hombre?, Después de todo lo que hizo 

 - ¡Ya basta!, Gritó Helena irritada. Ten en el cuenta que el señor te dijo, que necesitaba hablar contigo no como abogado y albacea, si no como un amigo del señor Roberto, ¡Yo te entiendo!, Pero tan solo Abigail decidirá cuando sea una mujer mayor de edad, no está en tus manos, ni en las de Isabel, ni en las del abogado, ¿Porque le ocultan la verdad a las niñas? No es justo Martin 

 - ¿Crees que no me duele verla  de lejos?, Ese infeliz se cree con derechos que no le corresponde 

 - ¿A quien piensas culpar? ¡Ya está muerto! 

 - ¿Que quieres decir con eso?, La acechó 

 - A qué el culpable está muerto, y alguna razón fuerte tuvo para tomar una decisión de esa magnitud, ¿Acaso crees que la habrá tenido fácil? 

 Martin negó 

 - no puedo aceptarlo, susurro 

 - tampoco estás en posición de hacerlo, solo cuando Abigail cumpla la mayoría de edad decidirá, y no creo que  cuando se entere que tiene una hermana, valla  dejarla en la calle 

 - ese señor, tuvo bastante tiempo para redactar muy bien ese testamento, dijo cabizbajo, Helena se acercó y lo abrazo 

 - yo entiendo que tienes una herida irremediable, hay que borrar el pasado, tienes que pensar muy bien lo que vas hacer, tienes que hablar con el abogado como segundo paso 

Martin miraba perdido los ojos de Helena 

 - ¿Porque eres tan buena? 

 - ¿Es malo que piense diferente a otras? 

El frunció el ceño y negó 

 - es malo que no hubiera puesto mis ojos en tí, no entiendo cómo le haces para calmarme 

 - de eso se trata el matrimonio, lo estipuló Dios en la Biblia, la mujer edifica su hogar 

 Martin sonrió y la abrazo 

 - sin duda tu abuela hizo un buen trabajo contigo 

  - ¡Grácias!, Ahora que dices así, voy a visitarla, te amo Martin, susurró, alzo su vista y vio a Isabel mirándolos, los dejaré solos para que puedan hablar. Martim  fruncio el ceño y giro encontrándose con la mirada de Isabel 

 - esta bien, no tardes. 

Helena se fue dejándolos solos 

Martin se acercó a ella...

 

 - si quieres puedes pasar a la casa, le sugirió.

Isabel miraba todo el rancho, todo lo que había cambiado, era tan diferente al lugar al que ella visitaba para verse con él a escondidas 

 - ah cambiado la casa, Martin 

 - ya no son de tablas y ladrillos cómo estaba anteriormente, lo hice con mucho esfuerzo, para darle un mejor vivir a la niña. 

La mirada de Isabel era triste, parece que estaba reviviendo las veces que llegaba cuando se escapaba para estar con él, en aquel tiempo cuando eran unos jóvenes. 

 - dudaba en si venir o no, sabía que estar aquí me iba a remover el pasado, ¿No lo sientes?, Se acercó a él 

 - el pasado yo lo revivía todos los días desde el día en que te fuiste con mi hija Isabel 

 - debes entender que fue algo que no estaba en mis manos, no juzguemos a mi padre por lo sucedido, ya no está con nosotros, dijo entre lagrimas 

 - ¿Sofía? 

 - está bien, ¿Martin?, no pude. 

 - entiendo, la interrumpió, es frustrante como padre no hacer nada por un hijo 

 - no eres el único al que le duele está situación, mi vida no ha Sido fácil, Sofía cree que es su padre, lo ah visto desde que es una bebé, y ya no puedo culpar a mi padre 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.