La otra

Capitulo 44

Julián se molestó

 - ¿Porque lo hiciste?, Pudo haberte hecho algo, pudo haberte  matado, ese hombre es violento 

 - Lo hice para ver si lo dormía, pero no resultó 

 - ¿Que fue lo que te hizo?, La acechó, enseñame Marcela. 

Ella se puso de pie cubriendo parte de su desnudez, dió la espalda y dejó caer la manta mostrando todas las marcas, Julián se acercó y tocó una de  sus heridas, el contacto le ardió a su piel.

 - Perdóname por haberte metido en esto, susurro 

 - No tienes la culpa, nadien sabía lo que iba a ocurrir, se giró de frente, no sabes cuánto diera por estar en el puesto de Ingrid.

Julián se inclino, tomo la manta y cubrió su desnudez 

 - iré por algo para hecharte en la espalda, dió la vuelta y Marcela lo detuvo 

 - ¿Cuando me dejaste de amar?, ¿Tan pronto me olvidaste? 

 - No hablemos de eso Marcela, ahora vuelvo... 

 

 

 Isabel salía de la cocina con un café y pastillas 

 - señora la llama Julián por teléfono, dijo la empleada 

Isabel dejo la charola a un lado y corrió a atender la llamada 

 - ¿Que pasó? Dime qué está bien 

 - le dió una droga para ver si lo dormía 

 - ¡Que! ¿Pero que hizo?, ¿Ella está bien? ¿Que le paso?, Se alarmó

 - la golpeó, está toda golpeada 

 - ¡Como fue a darle drogas!, ¡Santo Dios! ¿Necesitas un médico?, Puedo enviar uno ahora mismo Julián 

 - No creo que quiera ver a uno, iré a la farmacia por alguna pomada, o pastillas ¡No sé! Alguna cosa que le sirva

 - Si necesitas algo no dudes en decírmelo por favor Julián 

 - Quiero hacerte una pregunta 

Isabel trago en seco, sabía a donde quería llegar 

 - La que quieras 

 - ¿Adolfo te trata de la misma manera?

 - No, no lo hace, es la primera vez que... Mintió, él si era violento, pero nunca había llegado tan lejos, no sabía el porque había mentido.  

 - Está bien, la interrumpió, tocara creerte, colgó la llamada... 

 

Isabel frunció sus labios, "¿Que estoy haciendo? ¡Soy una estúpida!, Se reprendio asi misma. Suspiró y camino hacia la habitación, dejo la charola en una mesa pequeña y entro al baño 

 - ¡Que carajos!, Corrió al ver Adolfo boca abajo en el piso. Adolfo, Adolfo, lo giró sosteniendo su cabeza, me escuchas, lo llamaba deseperada. 

 - Ana, Ana, susurraba el nombre de aquella mujer 

Isabel frunció el ceño y lo golpeaba en su pecho 

 - ¿Porque? ¿Porque? ¿Porque? Sigues con lo mismo, él no reaccionaba, y ella lloraba de impotencia, ¡No puedo creerlo! ¿En qué momento me enamoré de tí, lloró sin consuelo, todo le podía pasar menos ese sentimiento.

Adolfo entre abrió los ojos, aún veía borroso, escuchó su llanto 

 - ¿Que te hicieron?, Su voz era débil 

 - Nada, tu nunca me haces nada, cómo pudo lo sentó cerró la llave de la regadera y fue por el café. Tomate esto, se inclino y se lo puso en la boca para que tomara.

Este individuo de verdad no estaba bien, aparte ella o estás confundida o de verdad si estaba enamorada, estaban todos mojados, ella le quitó la camisa y el suéter, se quedó de pie esperando que el efecto de la droga le pasará, no iba a llamar a un médico, no con su hija en la habitación de al lado, no permitiría que ella lo viera en ese estado... 

 

 

 - Entonces ¿Si los conocistes?, Pregunto su abuela María, peinaba su cabello 

 - Si, ¿Abuela? 

 - Si, dime 

 - ¿Porque les pasó todo eso a mamá y, a, bajo la cabeza. María comprendió de que se trataba y respondió

 - Tu abuelo era muy testarudo, tenía un carácter muy fuerte, cuidaba su apellido y el que dirán era algo que no quería ni pensar, por eso y muchas más cosas no permitió que tu madre viviera con tu padre biológico.

 - yo quiero mucho a mi papá Adolfo 

 - y el también te adora, eres su hija, ahora tendrás dos papás ¡Es genial! ¿No lo crees? 

 - No lo sé, porque Abigail. No estaba contenta 

 - Si lo estaba, solo que ella es. Un poco rebelde 

 - y monta caballo 

 - Sí, es una buena jinete, su padre le enseño. Sofía bajo la cabeza nuevamente, tu madre te puede enseñar. 

 - No, no quiero, recordó el susto por el que había pasado, pero le dije a ella que si volvía me enseñara 

 - Eso es magnífico princesa, cuando regreses tendrán algo que hacer juntas 

 - El problema es que no sé cuándo volveré, tú te irás con nosotros a casa 

 - pero yo tendré que venir darle vuelta a la casa y a los negocios de tu abuelo, entonces vendrás conmigo. 

Sofía asintio su rostro cambio de inmediato 

 - Gracias abuela, María la abrazo... 

 

 

 

Daniel tocó la puerta varias veces 

 - Abre Karina, abre la puerta, su voz sonó a advertencia 

 - ya voy, gritó...

Se acercó a la puerta y la abrió, Daniel estaba furioso, entro de inmediato y la tomo fuerte de la barbilla 

 - ¿Te gusta ese hombre?, Porque si es así te juro que 

 - ¡Estás loco!, Lo empujó, él la bofeteo dejándola en shock, ella frunció el ceño y devolvió cachetada. No vuelvas a ponerme un dedo encima, gritó fuerte y desafiante 

 La tomo del brazo y sacudió 

 - No vuelvas a golpearme Karina, contesta, contesta maldita sea, no vez que muero de celos, o te juro 

 - No tienes que jurarme nada, eres un poco hombre, cometí el gran error de enamorarme de tí 

Daniel la soltó y la acercó a su cuerpo 

 - Te dije que no te enamoraras, dijo en voz baja, fue lo primero que te dije  

 - ¿Porqué?, Eres libre, no tienes hijos no tienes una esposa, ¿Porque no podía enamorarme?, Solo me quieres para satisfacer tus necesidades, se alejó de él, soy estúpida, como no pude darme cuenta, lárgate, vete de aquí ahora mismo. 

Daniel cerró sus ojos, no soportaba cuando ella tenía ese comportamiento 

 - Yo, guardo silencio 

 - ¿Yo que? ¿Yo que? Di lo que ibas a decir, gritaba, me usaste, eres una porquería, y renuncio a la empresa 




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