Isabel y Adolfo bajaban las escaleras tomados de la mano, el llevaba la última maleta en su otra mano
- Buenos días, ¿Cómo están?, Se pronuncio Isabel
- Hola mi querida yerna, ¿Cómo estás?, La madre de Adolfo se acercó y la abrazó
- Bien, respondió no muy animada
- Hijo mío, ¡Que lastima que ya te marchas!, Se acercó y lo abrazo, Se hubieran quedado otros días más, ¿Porque no se quedan?
- No es posible mamá, Isabel tiene que ponerse al frente de la empresa, hubo un incidente con un socio y tenemos que irnos. Respondió frío y acelerado
Isabel cambio el rostro, entristeció al recordar el accidente de Eliécer, se había ganado la confianza de su padre entre otras cosas.
- Iré a ver a la niña, vuelvo en un rato, se acercó a su suegro y lo abrazó, Gracias por sus atenciones
- No fue nada isa, espero que regresen, respondió Enrique enmarcando una de sus cejas.
Ella asíntio y se retiró dejándolos, así se podían despedir solos en familia...
- Te voy a extrañar hijo, su madre estaba melancólica.
Adolfo la abrazo al tiempo que volteó los ojos
- Volveré madre.
Su padre negaba haciendo gestos con su cabeza, ver a su esposa en ese estado le era fastidioso, pues a ella no le gustaba la idea de despedir a su hijo como a toda madre, a esto le sumamos el tiempo que llevaba sin verlo.
- ¡Mujer!, Entiende que ya tiene un hogar, y no es aquí
- ¡Tu cállate Enrique! No opines, tu no lo cargaste en el vientre 9 meses
- Pero te lo hice, recalcó molesto
- Yo hice más que tú, no dejaba de abrazar ni de acariciar el rostro "Angelical de Adolfo"
- No hubieran nacido así de guapos si yo no hubiera sido su padre
- Que autoestima tienes Enrique, indagó molesta
- Te embaraze, como el macho mero mero que soy, y dos veces. Recalcó sus dotes de buen hombre en la cama. Adolfo negaba sorprendido
- No quiero detalles, por favor, Sugirió
- Pues no se hubieran formado si no hubieran entrado en mi ovario, ¡Que idiota!, ¡Él no va dejar de ser mi bebé! Aunque tenga mujer.
Adolfo volteaba los ojos irritado
- ¡Si supieras como te hicimos hijo!, tu madre era una cosa bárbara, su padre comento algo pícaro
- No, ustedes no han cambiado nada, siguen con lo mismo, ¿No sé cansan?, Dijo irritado
- ¡Míralo como se puso!, De seguro no deja descansar a la Isabelita, comento su madre en tono de burlón
- ¿Mamá? Eso es intimidad, expresó con los abiertos
- ¡Naa! estamos en confianza, dijo su padre
- Increíble, refunfuño Adolfo...
Isabel se acercó a Julián
- ¿Cómo sigue la chica?, Pregunto preocupada
- iré a verla ahora que los lleve
- ¿Me llamarás?, Pregunto, de verdad se sentía preocupada por la chica
- No podré decirte que no Isabel, respondió Julián
- No sabes cuánto te agradezco que lo hicieras, me siento culpable y parece que el no recuerda que pasó, suspiró. ¡En fin! Quisiera saber todo de Abigail, y, cuando tengas la oportunidad, dile que Sofía volverá, no sé cuándo, pero volverá a ver a su hermana, afirmó.
Julián la miró y asintio
- No te preocupes Isabel, yo lo haré por mi ahijada.
Isabel sonrió agradecida, lo abrazo fuerte.
- Muchas gracias Julián, tampoco olvidaré lo que hiciste por Sofía
- Le perderá el miedo, quizás cuando vuelva monte caballo con su hermana...
Sin esperarlo Sofia bajo del auto emocionada, miro a su madre y le hizo señas, Isabel miro y se sorprendió, tomo la mano de su hija y corrieron a la entrada del rancho.
Abigail sonrió, bajo del caballo y abrazo a su hermana.
- No te podías ir sin despedirte, susurro
- Estaba por decirle a mamá que distrajera a papá para ir a verte, respondió Sofía
Isabel buscaba a Martin con la mirada
- ¿Dónde está tu padre?, Pregunto extrañada
Abigail la miró con recelos
- No sabe que estoy aquí, respondió un tanto grotesca siempre a la defensiva
- ¿Viniste sola?, Pregunto sorprendida
- No me vez, respondió tajante, miro a su hermana y sonrió. Te voy a extrañar, recuerda que hiciste una promesa
- y no la olvide, haré que papá vuelva a la hacienda te lo prometo
- Me tengo que ir, mi madrastras me está esperando, se abrazaron nuevamente, que tengas un buen viaje Sofía
- Cuídate, Abigail subió al caballo, tenemos una promesa, dijo en voz alta
- No la olvides Sofía, dijo al tiempo que se alejaba con su caballo.
Isabel sintió una tristeza enorme, pero entendía perfectamente a su pequeña, sabía que esto no sería fácil. Tomo la mano de su hija y ambas se sorprendieron al ver a Adolfo con una mirada sospechosa
- ¿Que hacían aquí?
- Sofía quería ver esta parte de la hacienda antes de irse, respondió Isabel
- Suban a la camioneta, ordenó
Sofía tomo la mano de sus padres y caminaron juntos hasta el vehículo...
- Yo te estaré llamando Julián, volveré cada vez que lo vea necesario, le decía María al capataz
- por eso no se preocupe suegra, yo estaré al tanto al igual que Isabel, interrumpió Adolfo
- No hace falta Adolfo, yo sé manejar mi hacienda
- Pues debería tomar mi palabra, así no cargaria con tanto peso
- Lo tendré en cuenta, respondió a la defensiva, tenía razones para desconfiar de él, nunca fue de su agrado.
- Como quieras, dijo sin importancia, suban a la camioneta o perderemos el vuelo, hoy tendremos un día bastante agitado...
Se acercó a su madre y la abrazó por última vez
- Cuídate madre...
Se acercó a su padre
- Que no se te olvide lo que hablamos Adolfo, le dijo su padre cerca al oído
- No hay problema...
La amiga de Ana, Claudia, la miraba con recelos
- Deberías dejar que te acompañe, insistía, no importa que tengas a un sucesor o lo que sea que sea ese hombre, no deberías ir sola
Editado: 05.11.2024