Karina sentía nervios, no sabia el porque sus manos y sus piernas hacían movimientos involuntarios, a lo mejor temía de descubrir lo que su enamorado le ocultaba, y más aún cuando escucho al conductor del taxi decirle
— Aquí se detuvo señorita, ¿Desea algo más? ¿Ir a otro lugar?.
Sentia que su corazón se detenía por segundos, bajo la ventanilla y lo vio abrir con llaves la reja de la entrada.
— ¿Quien vive ahí?..., Susurró en voz baja. Señor, por favor me espera mientras...
— No sé preocupe señorita, yo la espero. Se apresuró en responder.
Miró la hora en un reloj color dorado que él le había regalado. ( "12:10", ya es tarde). Pensó entre sí
Cada vez que se acercaba a la casa su corazón latía, se detuvo al estar casi cerca, suspiro profundo, alcanzó a ver una chica, fue quien le abrió la puerta de la casa, y no era cualquier casa donde estaba, a simple vista y por las fachadas era una casa hermosa y grande, tocó el timbre y dió la espalda, estaba asustada...
— ¿A la orden?. Escucho una voz decir.
Cerró los ojos antes de girar para ver a la persona de frente...
Cuando lo hizo valla sorpresa la que se llevó
— ¿Natalia?, ¿Que haces aquí?. Pregunto extrañada
— No ¿Tú que haces aquí?, ¿Le pasó algo William?. Se apresuro en preguntar nerviosa.
Karina estaba sorprendida, no entendía nada, y negó.
— No, claro que no, es que yo trabajo para él señor Daniel
Natalia la chica del servicio asintio sorprendida, estaba igual de impresionada, no midió sus palabras pues tampoco tenía la idea de que Karina la chica que su hermano protegía como a otra hermana trabajaba para él.
— Que pequeño es el mundo, no me imaginaba que trabajarás para este animal
Karina frunció el ceño
— ¿El señor Daniel?. Dijo sorprendida
— Si ese mismo, es un salvaje, ¡En fin! ¿No me has dicho que haces aquí?
— Venía porque olvidó firmar unos papeles. Mirando la pantalla de su celular dijo — Pero acabo de mandar un mensaje, así que, ya me voy. Sonrió. Hablo dudosa
Natalia con su mirada dedujo que pasaba algo más.
— ¿Que pasa?. Pregunto
— Es que, me quedé sorprendida con lo que dijiste de él señor Daniel
La joven sonrió irónica
— Al parecer no lo conoces, pobre de su esposa si no es por sus hijos la mata a golpes, tengo que entrar, nos vemos en casa.
Karina trago en seco al escucharla.
— ¡Ey, espera!, gritó Natalia derrepente, corrió a ella — No le digas que me conoces.
Al escucharla decir eso se alivió
— No le digas que estuve aquí, ya sabes, me daría pena que...
- Tranquila no hay problema, me saludas a mi hermano. Se apresuró en decir
Karina no pudo contener las lágrimas, sentía un nudo en su garganta, algo horrible en su pecho, el hombre que amaba le había mentido, negó haber estado casado y peor aún, negó tener hijos ¿Porque ocultaria tal cosa? ¿Porque negar a sus hijos?, Y más sabiendo la historia de ella, tenía tantas preguntas, estaba destruida, lloraba sin tener consuelo, entro al taxi.
— Por favor me lleva al lugar dónde me recogió.
En sus palabras había mucho dolor
El hombre se extraño
— ¿Se siente bien señorita? ¿Desea ir a otro lugar?, Sintió pena por la joven — Tan bonita y llorando por un hombre que no la merece. Dijo el conductor sin pensarlo.
Ella sonrío y asintio, limpio sus mejillas
—Lleveme a la estación de policía
El hombre se sorprendió
— ¿Va a denunciarlo?
Karina sonrió
— No, iré a ver a un amigo
— Oh, entiendo, pues si, un amigo es bueno.
Karina sonrió...
...
Daniel bajaba las escaleras que daban al segundo piso
— ¿Quien era Rosa?. Pregunto al ver a la chica
— Una joven pidiendo lismona. Respondió lo primero que se le vino a su mente
— ¿Verónica no a salido de la habitación de los niños?
— No señor
Su mirada y su mandíbula se tensaron
— ¿Aún no ha probado comida?. Pregunto
— Come poco señor
— ¿Leonel se volvió a llevar las llaves?
— Si señor todos los días
Su sangre hirvio al escuchar la respuesta de la chica
— Salgo a las 2, dile a mis hijos que los quiero a todos en la mesa, ya me harté de esta situación, de lo contrario es mejor que no me provoquen. Habló amenazante.
— Si señor. Respondió al tiempo que se retiró.
Entró a la cocina y busco en uno de los cajones el celular que escondía, escribió rápidamente un mensaje de texto a su hermano.
" Este hombre de verdad asusta, crees que cuando sepa que soy tu hermana ella se decidirá a denunciarlo, no lo creo. Te extraño cuídate mucho William. Besos y abrazos X O"...
Claudia la amiga Ana estaba muy emocionada con la nueva colección, había mucha competencia, muchas diseñadoras con talento, pero esto no la opacaria, ella era muy buena en sus diseños, los vestidos de cócteles, la elegancia y la delicadeza era lo suyo.
— Estoy muy emocionada, ya quiero que llegue el día del lanzamiento, las chicas están haciendo una buena campaña de marketing
Ana sonrió.
— Todo está quedando hermoso, Ivana ya viene aprovechemos para hablar con ella haber si se decide en esta nueva colección.
— Que bueno, la esperamos y nos vamos a almorzar juntas.
Ana asintio como respuesta.
Aún su mirada seguía apagada, el dolor de una perdida no se superaría de la noche a la mañana, trataba de mantenerse fuerte frente a sus hijos no permitiría que la vieran llorar todo el tiempo, anhelaba que pasaran las horas lo más rápido que pudieran. Su vida había cambiado de la noche a la mañana. Ahora ella tenía lo suficiente para buscar lo que había perdido hace años...
Adolfo estiraba su cuerpo al entrar a casa
— ¡Por fin en casa!, dijo en voz alta
La señora del servicio se alegro de verlos
— ¡Volvieron!
Sofía corrió y la abrazo
— Te extrañe mucho, si supieras, la hacienda es hermosa.