La Otra

Capítulo 5

Baje por el ascensor faltando 10 minutos para las 6, ya había recibido un mensaje de Thomas que me estaba esperando en el estacionamiento.

Lo vi apoyado en el capo de su auto esperándome con una sonrisa tan relajada, sus ojos recorrieron mi cuerpo haciéndome sentir un poco incomoda, suspire y seguí avanzando con paso seguro.

—Lina —sonriéndome con esa seguridad tan propia del mujeriego de Thomas Green.

—Thomas, me sorprende tu puntualidad —sonriendo con malicia.

—Me ofendes —poniendo su mano en el corazón y haciendo una mueca como si realmente le doliera — Lina ya no soy un adolescente ahora soy un hombre de negocios así que la puntualidad es primordial para mi— abriendo la puerta de su auto.

—Te felicito Thomas – le dije cuando se sentó en el asiento del piloto

—Bien mi querida Lina vamos a mi humilde hogar.

Quince minutos nos dilatamos en llegar al edificio donde estaba el apartamento de Thomas, subimos al ascensor, al piso 5 en un muy cómodo silencio.

— Pasa Lina —abriendo la puerta de su apartamento

"De humilde ni la alfombra" pensé.

La verdad estaba en un magnifico apartamento obviamente decorado por un profesional cada adorno gritaba ¡dinero!

—Vaya Thomas, es muy impresionante tu apartamento – sentándome en el cómodo sofá.

—Lo sé Lina, les encanta a las chicas que traigo— levantando ambas cejas de arriba y abajo

Hice una mueca de asco

—Supongo que vas directo a tu recamara – mirando incomoda el sofá.

Thomas soltó una carcajada la que hizo que lo mirara mal.

—Lina no puedo creer que seas tan aburrida, no me digas que solo usas la cama y supongo la posición tradicional – arqueando una ceja.

Sentí que mis mejillas se pusieron rojas y calientes

—Thomas no seas tan vulgar —mirando hacia otro lado.

—Lina el sexo no es vulgar al contrario es lo más placentero que existe —recorrió mi cuerpo con esos ojos tan azules que los vi más oscuros que de costumbre.

Entrecerré los ojos y con mi dedo índice lo señale en el pecho

—Tú no estas coqueteando conmigo, ¿verdad Thomas? – lanzándole la mirada más fría que tenía.

—Eh – carraspeo –Creo Lina que es la costumbre – rascándose la nuca.

—Bien, espero no lo hagas más – dije cruzando mis piernas

—Bien, voy a servir la cena, la señora que viene a limpiar la preparó, espero te guste – levantándose, cuando llego a la puerta de la cocina volteándose para decirme— Puedes sentarte en la terraza ahí cenaremos, hace mucho calor.

Asentí, me dirigí a la terraza, vaya realmente tenía una vista impresionante de la ciudad.

Estaba sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Thomas llegó, di un salto cuando me hablo.

—Puedes sentarte, ya la cena esta lista —extendiendo su mano

—Gracias —tome su mano y me ayudo a sentarme.

Conversamos de todo lo que habíamos hecho todos estos años que no nos habíamos visto, cuando estábamos tomando el café, Thomas se aclaró la garganta.

—Lina ¿qué era lo que querías que habláramos? — apoyando su rostro en su mano.

Realmente siempre supe que Thomas era guapo, pero nunca me sentí impresionada por él en todo el tiempo que fuimos amigos, de hecho lo veía como un hermano, pero me encantaba arruinarle sus citas y siempre que lo veía con alguna chica que me caía mal le hacia una escena haciéndome pasar por una novia engañada, llegué a ser el terror de Thomas hasta el punto que cuando salía con alguien no me decía nada y se iba a algún lugar donde sabía que yo no aparecería.

Sonreí ante el recuerdo

—¿Lina? – pasaba su mano enfrente de mi cara

—Thomas, quiero que me ayudes a poner celoso a mi esposo, que te hagas pasar por un loco enamorado por mis huesitos— le dije con una sonrisa.

—¿Qué? —fue su respuesta

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.