La Otra

Capítulo 19

Desperté nuevamente sólo que esta vez en los brazos de Thomas, giré mi rostro, sonreí al verlo dormido, realmente no me explicaba como nunca antes había notado lo guapo que era.

Pase mi lengua por mis labios, los sentía hinchados de tantos besos, no podía negar que Thomas era maravilloso en la cama, mi cuerpo se sentía saciado.

Thomas se movió, su brazo se cerró más alrededor de mi cuerpo, sentí su olor esa mezcla de su piel y su colonia con una pizca de mi perfume, me encantó esa mezcla de nuestro olor en su piel.

Me siento confundida, me doy cuenta que siento algo por Thomas, pero también tengo sentimientos por Rubén.

Ya no puedo decir que amo a Rubén porque si ese fuese el caso, no hubiese pasado toda la tarde en los brazos de Thomas.

Me separe un poco de Thomas, la culpa ya se estaba haciendo presente dentro de mí, había hecho lo mismo que Rubén y mi madre... había sido infiel.

No tenía excusa por lo que había pasado, sospechaba que Margaret era su amante y que dormiría bajó mi techo y cerca de Rubén no me excusaba por pagarle con la misma moneda, pero analizando bien la situación, no me arrepentía de nada de lo que pasó.

Disfruté la intimidad con Rubén no lo niego, pero con Thomas fue diferente, sentí que nos fundimos en uno solo, su alma se entrelazo a la mía, no sabia donde terminaba él y donde comenzaba yo, fuimos una sola alma, algo que jamás sentí en mi intimidad con Rubén.

Extendí mi brazo y tomé la ropa interior, salí suavemente de la cama y ahí mismo me puse la ropa interior, estaba poniéndome la blusa aún sin abrocharla, cuando sentí el colchón moverse, sentí sus brazos alrededor de mi cintura, sus labios recorriendo mi cuello.

Suavemente me fue jalando hasta que caí en el colchón,Thomas se pegó a mi cuerpo y besaba mis labios.

Mi cuerpo se estremeció nuevamente por sus caricias, tenía vida propia, era arcilla en las manos de Thomas y él lo sabia.

Sentí que deslizó la blusa que no habia abotonado, su mano se posicionó en mi espalda desabrochando mi sostén, le siguieron las bragas y Thomas... pues el estaba desnudo.

Y nuevamente le entregué mi cuerpo a Thomas.

THOMAS

Volví a poseer a Lina, era una droga para mi, en el fondo sabía que cuando reaccionará de lo que habíamos hecho, no volvería a tocarla y quería tatuar en mi piel su olor, cada centímetro de su cuerpo, sus expresiones al sentir el placer, quería decirle que la amaba, pero no dejaba que las palabras escaparán de mi boca,  no estaba aún preparado para confesarle mis sentimientos y se que ella aún no está preparada para saberlo.

Me levanté de la cama a darme una ducha, iba a pedir comida, ya que no nos habíamos alimentado en toda la tarde, nunca imaginé que la invitación a almorzar que le hice a Lina, iba a terminar con  nosotros en la cama, mi descubrimiento del gran amor que sentía por Lina.

Salí del cuarto, dejaría que Lina descansará más tiempo, así prolongaría su presencia en el apartamento.

La quería para mí, pero si ella decidía seguir con Rubén porque ella aseguraba amarlo, yo me iría, me retiraría de Lina, no estaría dispuesto a ser su amante, no soy de compartir y eso era algo que me estaba matando, pensar que Lina estuviera con Rubén, sacudi mi cabeza no quería atormentarme con esos pensamientos.

No sé cuanto tiempo pasé sumido en mis pensamientos, me sobresalte al escuchar el timbre, me dirigí a la puerta a recibir nuestra cena, pagué al muchacho y me dispuse a servirla.

Abrí la puerta del cuarto y vi a Lina ya vestida con su ropa, me miró un poco tímida.

—Vamos a comer — le sonreí, amaba a esa mujer.

Ella solo me sonrió y me siguió, se sentó y comenzamos a comer en silencio, aproveché cada momento para mirarla, sabía que en cualquier momento me diría que estaba arrepentida, mi corazón dolía enormemente porque para mí, fue lo más hermoso que pude haber experimentado.

—Thomas —apartó su plato.

Sentí que mi garganta se cerró, el momento había llegado, el mismo día que descubrí lo que es el amor también descubriría lo que era tener un corazón roto.

—Dime —no quería verla a los ojos, no podía, eso me mataría.

—¿Significó algo o fue solo un revolcón para ti? —levanté mi rostro, esperé todo menos esa pregunta.

Sentí alivio aunque era temporal porque con Lina no sabía que esperar.

—Significó mucho para mí Lina, nunca había sentido con nadie mas, lo que sentí contigo —ella merecía la verdad.

Ella desvío la mirada sabía que estaba asimilando lo que le acababa de decir.

—Estoy casada —sus ojos tenían una mirada triste —Y estoy confundida.

La observé, algo que me gustaba de Lina era su sinceridad.

—¿Tu confusión es porque sientes algo por mi? —sentí la esperanza crecer dentro de mi.

—Si, pero también tengo sentimientos por Rubén —paso su mano por su pelo —Se que no me estas pidiendo nada Thomas.

—No te presionare Lina, pero creo que tengo derecho de saber que piensas hacer.

Suspiró

—Quiero tiempo Thomas, quiero que nos dejemos de ver, necesito ordenar mis sentimientos, hasta hace poco yo aseguraba que amaba a Rubén y hoy no se lo que siento.

Me levanté, dolía y mucho, pero tenia que respetar su decisión, pero tenía que saber algo que no me dejaba en paz.

— ¿A pesar de que sospechas que hay otra mujer en la vida de Rubén, han tenido intimidad? —la miré a los ojos, la conocía y sabía que si me respondía apartando la mirada me mentía, creo que Lina no se daba cuenta cuando lo hacía.

—No, tengo tres meses de no estar con Rubén —sostuvo la mirada mientras respondía, ¿egoista?, si lo era también lo acabo de descubrir, me alegré saber que no la había tocado.

—¿Te sigues cuidando? —esto último lo pregunté conteniendo el aire.

—No, dejé de hacerlo hace tres meses, ¿a que se debe tu interrogatorio? —su rostro se torno preocupado.

—Quiero que me prometas algo Lina —acercándome a ella y levantándola de la silla, no pude evitar pasar mi pulgar por sus labios.




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