La Otra

Capítulo 23

¿Feliz porque mi esposo regresaría de viaje? No.

Me levanté un poco intrigada, no entendía porque el empeño de Rubén de que la barbie plástica me acompañará a todas partes, yo no le había puesto un dispositivo de rastreo para saber donde se encontraba él, cuando llegaba de madrugada, siempre respeté su espacio y esperaba que él hiciera lo mismo conmigo.

Me senté en la terraza con la mirada pérdida, no sentí a la barbie plástica llegar hasta que habló.

— Buenos días señora —levanté la mirada, definitivamente me habló con sarcasmo, pero que se joda pensé "la señora soy yo".

— Dime — le sostuve la mirada, la barbie plástica, parecia que iba a un desfile de moda.

—Tiene visita — sacudiendose polvo imaginario de la inmaculada blusa roja que llevaba.

Enarque una ceja, ¿quién podría buscarme en la casa, si se suponía que estaba en el trabajo?

—¿Quién es?

—Me dijo que se llama Berenice Green

Me sorprendí al escuchar el nombre de la mamá de Thomas, no me había enterado de su regresó del viaje.

—¿Viene sola? —sentí emoción al imaginar que Thomas estaba con Berenice.

—Si, señora  —si seguía por ese camino la barbie plástica, si le cruzaría la cara.

—Hazla pasar y traenos algo de beber — cuando la vi darse la vuelta, la detuve —En el gavetero, Ana mantenía el menú, espero seas buena cocinera, el almuerzo me lo sirves a las 12 —sus ojos se endurecieron y se fue, sonreí.

¿Mala? Definitivamente lo era, si ella pensaba que estaría bajo mi techo como la amante consentida, se equivocaba.

Nunca he sido quisquillosa ni exigente, pero si me iba a encargar de que Margaret saliera huyendo de mi casa.

Me levanté al ver entrar a Berenice, habían pasado los años, pero el tiempo se había detenido para no pasar por Berenice.

Me vio y me sonrió.

— Lina —estrechandonos en un abrazo.

—Bee —me alegraba ver a esta mujer maravillosa —Sientate querida.

Berenice se sentó con la gracia y elegancia que la caracterizaba.

—Tanto tiempo Lina — se quedó en silencio cuando entró la barbie plástica, que llevaba una jarra de limonada y dos vasos.

Retomamos nuestra conversación cuando la barbie se fue.

—Disculpa que me presenté en tu casa sin llamarte, te llamé a tu trabajo, pero me dijeron que estabas enferma Lina, necesito hablar seriamente contigo, por eso le pedí a Thomas tu número y tu dirección.

Frunci el ceño.

—Se que tú y Thomas están juntos — desviando la mirada.

Me quedé en silencio, tenía vergüenza por lo que debía estar pensando Bee al saber que estaba casada y con Thomas tenía una relación.

— Sabes que Thomas es muy unido a su padre, anoche lo escuché hablar con André, que estaban juntos y que existía la posibilidad de que tuvieran un hijo, ¿Es cierto?

— Bee —estrujandome las manos —Debes pensar que soy ... una desvergonzada por estar casada y con la posibilidad de tener un hijo de Thomas, pero las cosas no son como piensas.

—Iluminame entonces querida  —cruzando las piernas.

—Esta bien —susurré y fue así que comencé a contarle toda mi historia en mi matrimonio que me llevó a iniciar la aventura con Thomas.

Berenice suspiró.

—Entonces, tu esposo tiene a otra y tú tienes a otro — vi una leve sonrisa en Bee.

Agaché la cabeza, una cosa era saberlo uno y pelear con la conciencia y otra muy distinta escucharlo en la boca de otra persona, me hacía sentir terrible.

—Siempre supimos que ustedes se querían, pero ambos estaban ciegos, aunque tú hacías sudar al pobre Thomas con tus escenas, fui testigo de tantas mejillas hinchadas por los bofetones con los que llegaba mi hijo, producto de las reacciones de sus citas por tus escenas.

Sonreí, si,  lo hice pasar mal a Thomas, pero no me arrepentia y si regresaba el tiempo haría lo mismo o peor.

—Por eso, cuando nos mudamos, nos dimos cuenta cuanto sufría Thomas — tomando un trago de su limonada.

— ¿Por qué se mudaron? —sentía curiosidad.

Berenice me observó por un momento se notaba la lucha interna que tenía por si me revelaba o no el motivo de la mudanza repentina.

— Lina, nunca pensé que un día hablaría de este asunto tan doloroso para mí — su mirada se perdió en el jardín — Sabes que tus padres y nosotros eramos grandes amigos, desde la universidad —sonrío ante el recuerdo.

Asenti y le sonreí.

—Tu madre y yo, eramos grandes amigas, conocimos a André y Marco en una fiesta, de hecho le presentaron a André a ella primero y tu madre se sintió atraída por él —me sorprendí por que esa parte de la historia no la conocía.

—Mas tarde, ese día, me acerqué a ellos y .... surgió la atracción entre nosotros, fue algo inmediato, él me invitó a bailar y bailamos toda la noche, le pregunté a Agatha si no le molestaba, me dijo que no, que se sintió atraída por Marco, desde esa noche, comenzó nuestra historia.

Me casé con André y luego tu madre con Marco, decidimos vivir cerca para mantener la amistad —una mueca se formó en Berenice — Mi amor entre André y yo,  creció más y más, pensaba que pasaba lo mismo con tus padres.

Se levantó y se quedó distraída viendo el jardín, pero sabía que su mente estaba en el pasado.

—Cuando ustedes crecieron, Marco estaba feliz de que ustedes se enamorarán y así, además de ser amigos seríamos familia, tu madre nunca dijo nada, pero pensábamos que era una madre celosa cuando se oponía a que Thomas pasará mucho tiempo contigo, nunca permitió que te quedarás a dormir en mi casa ni a Thomas en la tuya, traté de comprenderla siempre, el día que mi madre tuvo un accidente, salí preocupada, André no me pudo acompañar tenía una reunión con un cliente muy importante para la constructora y también Thomas no se podía quedar solo, porque tu madre jamás dejaría que se quedará en la casa, igual le pedí a Aghata que estuviera pendiente de Thomas, a lo que aceptó.

¿Lloraba? su voz se escuchaba ronca.

—El accidente de mamá no fue algo serio, así que me la traje a casa... no avisé de mi regreso... ustedes estaban en el Instituto.




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