La Otra

Capítulo 27

Pasaron 2 meses desde que huí de mi casa.

Samanta tenía una casita que estaba en un pequeño pueblo a la orilla del mar.

Caminaba unos pocos metros hacia una cabina de teléfono para comunicarme con Samanta, todos los fines de semana.

No podía confiar en que mi móvil no estuviera siendo intervenido al ser una línea de pago, Sam me comentó que Rubén estaba como loco buscándome, me había cambiado el nombre me llamaba en ese pueblo Megan.

Tenía que comunicarme urgentemente con Sam.

Marque su número.

— " Sam".

—" Carol  ¿Cómo estás?"— susurró.

—" Necesito un favor" — miraba hacia todos lados.

—" Dime".

—" Busca a Thomas, necesito hablar con él " 

—"¿Estás segura? " —sonaba temerosa.

—"Necesito verlo Samanta" — le rogué.

—"Esta bien Carol, iré ahora mismo a su casa".

—" No, por favor, Rubén sabe lo de Thomas, puede que lo este vigilando y si tú llegas pueden seguirlo" —esto de huir me estaba agotando.

—"¿Entonces?"-

—" Llama a Berenice, ella esta en su casa, te daré su número, por favor dale la dirección a ella y dile que Thomas tenga cuidado al salir".

Hablamos un rato, después que colgué, decidí caminar un rato por el pueblo, si las cosas salían bien Thomas estaría en la casa al caer la noche.

Llegué a la casita y decidí descansar un rato.

Me desperté sobresaltada la habitación estaba oscura, escuchaba tocar la puerta, me levanté recorriendo el pasillo descalza, pude ver por la mirilla de la puerta a un impaciente Thomas, sonreí al verlo.

Despacio abrí la puerta, ambos nos quedamos viendo y sin pensarlo lo abrace fuertemente.

Como lo extrañaba.

Thomas besaba mi pelo, sostuvo mi rostro entre sus manos y junto sus labios con los míos.

Nos separamos buscando aire.

— Lina —tomó mi mano, se giró un momento e hizo una seña a dos hombres que lo seguían.

Levanté una ceja, él solo me sonrió.

Encendí las luces de la sala, Thomas observaba con curiosidad, era una casa pequeña, pero muy bonita.

— ¿Por qué huistes? — se sentó palmeando sus piernas.

Sin pensarlo me senté en sus piernas y puse mi cabeza en su pecho, le conté la discusión con Rubén, la amenaza con matarlo, sentía que el cuerpo de Thomas estaba tenso.

— ¿Piensas que no puedo defenderme Lina? —levanté la cabeza y me encontré con su mirada.

—Tú eres un hombre noble y he descubierto que Rubén juega sucio — acaricié su mejilla que bien se sentía.

— Estos dos meses Lina, casi me he vuelto loco sin saber de ti, he seguido a ese mal nacido todos los días, pensaba que él te tenia encerrada, ya me sé la rutina que tiene tu esposo 

— Yo te llamé porque necesitaba decirte algo —me acomodé en su pecho.

—¿Dime?

— Thomasito es real —me quedé quieta, levanté el rostro porque Thomas no reaccionó de ninguna forma.

Me miraba confundido.

—Estoy esperando a tu hijo Thomas.

Abrió los ojos sorprendido y me abrazó fuertemente, sentía que su cuerpo se estremecía,  me aparté para encontrarme con el rostro de Thomas con una sonrisa de felicidad y lágrimas recorriendo su rostro.

— Me has hecho el hombre más feliz, Lina — Tomó mi mano para besarla —Te confieso que con la preocupación de que no sabia donde estabas, olvidé la posibilidad que estuvieras embarazada, me preocupe sólo por encontrarte.

Solo Thomas podía convertir este momento en algo tan maravilloso, creo que ni mi padre que me amaba tanto lloró al saber que sería padre.

Le sonreí ya sabia lo que sentía por Thomas, este tiempo me sirvió para aclarar mis sentimientos, amaba a Thomas Green, siempre lo hice, pero nunca lo acepté.
¿Rubén? Lo quise, pero el amor que creía tenerle no era real, estaba enamorada del amor, del matrimonio.

— Te amo Lina —susurró

Me sentí feliz lo más maravilloso era amar y ser correspondida.

—También te amo Thomas Green, siempre te he amado — y lo besé con locura.

—Debemos irnos — murmuró

—Si Rubén sabe que estamos juntos, cumplirá su amenaza.

—Puedo cuidarlos a ambos, no te dejaré aquí sola Lina, antes de ir a casa quiero mostrarte algo —levantándose— Te ayudare a hacer la maleta.

Salimos de la casa en un auto que no conocía, Thomas me comentó que mientras me buscaba se había dedicado a alquilar diferentes autos para que Rubén no se diera cuenta, el otro guardaespalda nos seguía en el otro auto.

No supe que me había dormido hasta que sentí que me movían suavemente, levanté la cabeza un poco desorientada, vi las luces de neón anunciando un motel.

Enarque una ceja y mire a Thomas, el sonrió, me besó en la sien.

—Espera, creo mi pequeña Lina que la mejor manera de comenzar tú y yo, es sin secretos.

Asentí un poco confundida, Thomas pasó su brazo sobre mi hombre y me atrajo hacia él, creía que estaba ahí para conocer a la otra.

Aunque ya no me importaba, amaba a Thomas y estaba segura que vería salir a Rubén con la barbie plástica.

Vi que salió Rubén primero con una sonrisa, sentí un escalofrío al verlo, el saber de lo que era capaz me producía miedo.

Me enderece al ver salir a la otra persona, me sentía confundida, claramente no era la barbie plástica, pero no podía creer lo que estaba viendo.

Thomas apretó mi mano fuertemente.

Volví mi mirada hacia la pareja que se estaba besando.

Abrí la boca sorprendida, no podía creer que siempre estuvo bajo mis narices, su amante siempre estuvo cerca.

 




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