La Otra

Capítulo 32

Alberto me miraba dudoso.
Suspiré y busqué las fotos en mi móvil,  se lo tendí para que pudiera ver la foto.

Rubén se puso de pie.

—¡Lárgate! —guardé mi móvil y sentí un poco de pena al ver los ojos llorosos de Alberto, realmente lo amaba y Rubén tampoco lo valoraba.

—No te merece —me encaminé hacia la puerta — Llamame cuando este listo el divorció por favor Alberto.

—Claro —susurró.

Abrí la puerta y salí, no quise volver a ver atrás, ese era un capitulo cerrado ya para mi vida.

Ana se levantó cuando me vio salir.

—Niña — Ana me examinaba con sus ojos para asegurarse que estaba bien.

—Todo bien Ana —tomé su mano —Vamos que creó que Thomas aún no sabe que nos escapamos.

Ana achicó los ojos.

—La que te espera cuando sepa que te expusistes al peligro —Le sonreí.

—Era necesario Ana, ya firmamos el divorció, Alberto me ayudó.

—Pero él esta con tu marido ¿cómo te ayudó?

—Precisamente porque está con  Rubén, por eso me ayudó para desahacerse de la esposa —frunci el ceño — Sólo que no contaba con mi madre en la ecuación.

Ana suspiró.

—Tu madre niña, siempre ha sido egoísta, culpó a tu padre por meterla al psiquiátrico, pero él lo hizo para que no acabará con su vida como lo intentó, estaba obsesionada por André, el esposo de su amiga — Ana me apretó la mano —Cuando tu padre se enteró él sufrió porque la amaba con locura y Agatha lo único que hacia era despreciarlo y desentenderse de ti.

Sonreí con tristeza.

—Nunca me quiso Ana, pero no lo noté tanto porque te tenia a ti, a papá, Thomas, su familia.

—Tú eras una niña dulce que no merecía a Agatha como madre.

—¿Por qué la odias Ana?

—No la odio niña sólo que no la quiero — sonrió, pero luego se puso seria —Tú madre quizo atrapar a André con un hijo.

Me giré sorprendida

—Pero si no le gustan los niños —murmuré.

— A André si, ella cuando salió del psiquiátrico le gritó a tu padre todo lo que pensaba hacer, no le importó que yo estuviera presenté.

—¿Se iba a embarazar de André?.

—No mi niña, tu madre ya estaba embarazada de tu padre, pero iba a mentirle para que él se quedará con ella.

Me quedé sorprendida no sabia que mi madre tuvo otro embarazó.

—¿Qué pasó con el bebé?

Ana me sonrió con tristeza.

—Tu madre se embarazó a propósito de tu padre, el día que la encontró Berenice, ella había planeado emborrachar a André porque sabía que él no le sería infiel a su esposa y luego decirle que el bebé era de él.

—Pero André la rechazó  —murmuré recordando lo que me dijo Berenice.

Ana sonrió

—No contaba con que André no es fácil de emborrachar— dejó de sonreir—Tu madre abortó al bebé cuando no pasó nada con André.

—Mi madre es un monstruo —susurré

—Tu padre lloró al saber de lo que había sido capaz Agatha, por esa razón tu padre la odia tanto y se fue del país para no tenerla cerca.

Ahora entendía tantas cosas de papá, sabía que él me amaba, me dolió que se fuera, pero ahora al saber toda la historia me daba cuenta que él tenía razón de haberlo hecho, mamá le había causado tanto daño.

—Ahora es feliz Ana —le apreté fuerte la mano.

—Lo es niña, encontró a alguien que si lo ama de verdad.

—Esperó venga para el nacimiento de mi hijo —acaricié mi estómago.

—Puede que sea una niña

—No importa, lo único que le pido a Dios que nazca sano.

Subimos al auto y en todo el camino conversamos de todo.

Cuando abrí la puerta de la casa me encontré con Thomas gritándole a los guardaespaldas.

Se detuvo al verme y dirigirse hacia mi muy molesto.

—Lina —susurró.

Me tiré a sus brazos era feliz porque había conseguido que Rubén nos dejará en paz.

—Lo siento amor — le sonreí —No volverá a pasar, lo prometo.

Thomas cerró los ojos y pegó su frente a la mía.

—Estaba preocupado, no contestaste el móvil, los guardaespaldas no sabían de ti ¿Dónde estabas?

—Fui a buscar a Rubén —Thomas se separó y me observó.

—Estoy bien — tomé su mano y lo guíe para que nos sentaramos.

Le relaté todo lo que hice con ayuda de Alberto y saqué el documento firmado por Rubén.

Thomas al terminar de leer, me observó detenidamente.

—¿Crees respete este papel?

Le sonreí

—Él ama su imagen y no creo que le gusté que divulgué el video ó las fotos —me mordí el labio — Alberto lo ama y creo se merece a alguien que lo amé de verdad.

—Esperemos que reaccioné Lina —sujetó mi mano — Vamos a descansar.

Enarque una ceja.

— ¿Tan temprano y estas cansado?

Thomas sonrió.

—De hecho eres tú y mi hijo que estan cansados.

— ¿Y como sabes que nuestro hijo esta cansado?— dejándome guiar hacia la habitación.

—Tengo un conexión con mi bebé y me lo ha dicho— cerrando la puerta.

Tiempo después de haber tenido una tarde muy apasionada con Thomas me recosté en su pecho.

—Te amo Thomas Green — acariciando su pecho.

—Y yo a ti Lina, en cuanto salga tu divorcio me harás muy feliz al convertirte en mi esposa y la madre de nuestra docena de hijos.

Sonreí.

—¿Una docena? —levanté mi cabeza.

—Me gustan los niños y si son tus hijos Lina quiero tener muchos —me abrazó fuerte.

—Me alegra que Rubén haya buscado a otra persona de lo contrario no nos hubiéramos vuelto a encontrar — murmuré —Sólo espero que tú no te busques a otra.

Thomas depósito un beso en mi cabeza.

—Mírame Lina —levanté la cabeza para perderme en el azul de su mirada —Te prometo que nunca buscaré a otra, porque te amo con toda mi alma, mi corazón, mi mente, tú y solamente tú eres la mujer de mi vida.

— ¿Lo prometes? —rozando sus labios.

—Te prometo que nunca habrá otra para mí.

Fin.

 




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