La otra cara de la luna

CAPITULO 16.

-ha pasado un mes desde que te has a sincerado con Elisabeth –hablo Luana, quien acaba de llegar de su última clase.

Evan se sorprendió por la repentina presencia de Luana, él estaba en el campo de juego de baloncesto, Lían se encontraba en la cancha, luciendo su uniforme de baloncesto, siendo uno de los mejores de su equipo, estaba entrenando. Luana se sentó al lado de Evan.

- ¿Qué tal la universidad? –dijo Evan cortante, Luana lo miro inquisitiva - ¿Qué?

- ¿Qué pasa? –pregunto Luana con cierta duda.

-no tengo idea de cómo pedirle que sea mi novia –dijo Evan avergonzado, Luana soltó una carcajada.

- ¿Por qué no me lo has dicho? el viernes, después de clases.

Evan lo miro con cierta duda, Luana le guiño un ojo, para luego bajar a la cancha después de escuchar el pitido final del partido.

- ¡oye! –grito Evan después de ver a Luana alejarse, ella no le prestó atención –buen inicio de semana –dijo Evan para sí mismo sarcástico.

. . .

Elisabeth estaba sentada en la orilla de la piscina de la universidad, tenía sus pies en el agua, no había absolutamente nadie, lo cual fue sorpresa para ella cuando llego. Después de unos minutos escucho la puerta abrirse, digirió su mirada a la entrada, una figura bastante conocida entro por ahí, Evan caminaba hacia ella con la cabeza abaja, parecía en otro mundo, Elisabeth observo sus pasos, hasta que paso al lado de ella. Evan paro unos centímetros de donde estaba Elisabeth, se giró lentamente, para encontrarse con los ojos marrones de Elisabeth que estaban puestos en él, se sorprendió al verla ahí.

-Elí… Elisabeth –dijo Evan sorprendido - ¿Qué haces aquí?

-pensé que estarías entrenando, pase por aquí y pensé que verte sería una gran idea –dijo Elisabeth con una sonrisa –pero al parecer me equivoque.

-lo siento –dijo Evan sintiendo algo de culpa.

-no tienes por qué disculparte, venia sin avisar.

- ¿puedo? –dijo Evan refiriéndose a sentarse al lado de Elisabeth. Ella asintió.

Evan se quitó los zapatos, dejo sus cosas a un lado y se sentó a unos centímetros de Elisabeth, metiendo sus pies en el agua.

- ¿y qué tal la universidad? –pregunto Evan.

-ya me acostumbrare –hizo una mueca Elisabeth –pero me ha gustado el lugar, es acogedor.

Evan asintió, recordando en seguida las palabras de Luana.

- ¿quieres… quieres ir es viernes a… a mi casa? –dijo Evan nervioso, Elisabeth lo miro curiosa por su actitud tan cambiante.

-claro que si –dijo Elisabeth con una sonrisa.

-genial –se quedaron en silencio por unos minutos, disfrutando la compañía del otro.

-me gusta mi rostro distorsionado en el agua.

- ¿mmm?

-el agua –dijo Elisabeth –se ve borroso, deforme, no se ve la belleza exterior, esa que seguramente nos hace ver hermosos, esto –se refirió al rostro distorsionado en el agua –debería representar la belleza interior, esa verdadera y hermosa belleza, aunque no tenga un bonito rostro, tiene una hermosa alma, eso cambia cualquier expectativa del mundo. Podrá tener el rostro más hermoso, pero si tiene el alma podrida, no sirve esa belleza. Su alma no necesita ser pura, necesita ser buena.

Evan miro pensativo el agua, amaba como Elisabeth miraba las cosas de otro punto extraño, pero hermoso, amaba como era ella con los demás, nunca juzgaba a ninguna persona, la típica frase de ella era “respeta mis gustos y decisiones, así como yo respeto los tuyos.” Era perfecta a los ojos de él.

-eres el alma más hermosa que he conocido, eres el alma perfecta –dijo Evan mirando a los ojos a Elisabeth, ella se sorprendió, sonrió tímida y bajo su mirada avergonzada.

. . .

Luana llego el viernes en la tarde a casa de Evan, en su mochila traía las cosas necesarias que necesitaba para la ocasión.

-Hola –saludo Luana con un gran entusiasmo al entrar a casa de Evan.

- ¡Luana! –saludo Elisabeth al otro lado de la sala.

Lían solo saludo con un gesto de cabeza, Luana hizo una mueca recordando porque Lían estaba disgustado con ella.

Después del partido, Luana acompaño a Lían a asearse, para luego ir por un café.

- ¿porque tan feliz? –pregunto Lían curioso.

-Evan le va a pedirle a Elisabeth ser su novia –dijo Luana orgullosa –le ayudare.

- ¿Qué? –dijo Lían con tono serio y seco.

-Lían, no empieces –hablo Luana con un tono calmado.

-no Luana, sabes perfectamente que no estoy de acuerdo con esa relación.

-pero los dos se quieren y no podemos dar marcha atrás.

Lían suspiro, para luego negar decepcionado.

-tengo un mal presentimiento, siento que algo no va ir bien.

-tranquilo, todo va ir bien –intento animarlo.”

Luana suspiro, he intento darse ánimos a sí misma para seguir con su plan.

-bueno chicos, les parece si vemos una película y preparamos unas hamburguesas –dijo Luana emocionada.

-me parece una buena idea, pero no tengo para preparar las hamburguesas –dijo Evan nervioso con voz temblorosa, Luana puso sus ojos en blanco por las fingidas palabras de Evan.

Elisabeth miro curiosa a Evan, nunca lo vio actuar así, le parecía extraño, pero también divertido y a su parecer tierno.

-Lían, puedes ir con Elisabeth al supermercado –dijo Luana con un tono tierno.

Lían suspiro y asintió lentamente, Luana sonrió en agradecimiento.

-pero el supermercado está lejos –dijo Elisabeth.

-no importa –dijo Lían tomando su buzo –vamos –hizo una señal con la cabeza a Elisabeth para que fuera con él.

Lían camino hasta la salida seguido por Elisabeth, justo cuando abrió la puerta apareció una chica ahí, lista para tocar el timbre.

-ah, ¿Hola? –dijo ella.

Lían la miro de arriba abajo, como si la hubiera visto en alguna parte, entrecerró los ojos intentando recordándola, pero le fue imposible, así que simplemente pensó que era una chica de la universidad, que casualmente la había vista alguna escasa vez.



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En el texto hay: emociones, amor juvenil, amistad amor

Editado: 27.04.2020

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