Las historias de cubanos no se construyen solas. Aunque Maikol sea el protagonista, su camino ha estado rodeado de personas que marcaron su vida: algunos como empujones, otros como consuelo, y unos cuantos como prueba. Aquí, en este capítulo, se detiene el reloj y giramos la mirada hacia cada uno de ellos. ¿Quiénes han sido? ¿Qué papel jugaron? ¿Qué dejaron en Maikol y en esta Cuba deshilachada?
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Maikol
Desde niño sintió el contraste entre la belleza de una Cuba que parecía eterna y el declive doloroso que la envolvía poco a poco. Inteligente, observador, inquieto, Maikol no encaja nunca en el molde que se le impone. Ama, falla, sueña, discute, negocia. No tiene una vida heroica, pero sí profundamente humana.
Aprendió a sobrevivir sin dejar de soñar, y a veces se pierde entre la necesidad y los principios. Su evolución en esta historia no es lineal, sino como una espiral: siempre volviendo a sus recuerdos, a su barrio, a la voz de su madre, pero empujado por el hambre, la calle y las oportunidades turbias.
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Su esposa y novia .
Compañera de lucha desde los primeros capítulos. Una mujer fuerte, de carácter, pero también amorosa. Su relación con Maikol está llena de amor genuino, pero no exenta de tensiones. Ella intenta mantener el equilibrio en una casa donde todo falta, desde el agua hasta la paz.
Sufre con él y por él, pero también se impone cuando es necesario. Ha tenido que callarse humillaciones, aguantar discusiones con sus padres, enfrentar el machismo, y aún así sostiene su familia con una dignidad silenciosa.
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Los suegros
Pilares de control y crítica durante una etapa importante en la vida de Maikol. Ambos desconfiaban de él desde el principio pero con el tiempo vieron en el un hijo apesar de ser yerno, lo consideraban un irresponsable, un soñador sin base pero terminaron apoyandolo. Vivir con ellos fue una de las etapas más duras para la pareja que termina en una convivencia unida .
El suegro, con sus ideas firmes y su tono mandón; la suegra, más sutil pero igual de áspera. No faltaban las indirectas, los regaños, los gestos de desprecio. Finalmente, se marchan a Brasil, dejando a la pareja en una situación difícil, pero al menos libre de la presión diaria.
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Eddy
Un personaje conflictivo. Lejos de ser un amigo, fue un vecino oportunista, problemático y provocador. Desde su primera aparición mostró una actitud altanera y poco empática. Discutía con Maikol por cualquier cosa, especialmente en temas relacionados con la casa, la comida o simplemente por molestar.
Siempre buscaba tener la razón, hablaba fuerte, intimidaba con su presencia. En una ocasión, incluso se metió en una pelea doméstica ajena, intentando dominar la situación. Representa esa parte del barrio cubano donde la convivencia forzada saca lo peor de algunos.
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Pablo
Uno de los personajes más complejos e importantes de la vida. Pablo es un tipo callejero, pero con códigos. Se mueve en lo ilegal, pero con inteligencia. Fue quien introdujo a Maikol en los secretos del comercio callejero, mostrándole cómo negociar, cómo regatear, cómo tener “clientes fijos”.
Pablo es como un maestro accidental: no lo hace por bondad, sino por conveniencia. Pero al final, sin él, Maikol no habría aprendido el arte de la venta. Tiene frases filosóficas, humor negro, y una manera de ver la vida muy cruda pero real. Se convierte en una figura clave para la transformación ,temeroso de Dios y humilde .
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Pelusa
Delincuente con aires de grandeza. Vendedor de químicos, traficante camuflado como emprendedor. Aparece como un lobo con piel de cordero: simpático, “buena onda”, ofreciendo negocios que parecen sencillos. Pero su mundo es turbio, peligroso y lleno de trampas.
Convence a Maikol de hacer un viaje con él, prometiéndole ganancias y protección. Es manipulador, impulsivo, pero también carismático. Su forma de hablar —rápida, con frases como “Chama, la última, te lo juro”— parece de amigo, pero detrás hay una red de delitos.
Pelusa es la puerta al submundo real. Una vez que Maikol lo acepta, ya no hay vuelta atrás.
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Manuel
El verdadero jefe. Es quien realmente manda en el negocio de Pelusa. Cuando Maikol lo ve en aquel almacén abandonado, lo reconoce de su pasado: fue un viejo amigo, alguien con quien compartió juegos y confidencias en la infancia.
Ese reencuentro es helado. Manuel, ahora en el poder, no muestra compasión ni nostalgia. Es frío, calculador. Su rol es claro: es el tipo que decidió no morirse de hambre y prefirió liderar el lado oscuro del mercado. Representa el dilema moral que persigue a Maikol: ¿es peor quien delinque o quien se deja morir?
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Kira (la perrita)
Pequeña, leal, alegre. Kira es más que una mascota: es familia. Su presencia en casa es alivio, compañía, calor. En medio de discusiones o días grises, ella aparece con su cola moviéndose, su lengua colgando, y esa mirada que parece entenderlo todo.
Kira representa la ternura sin condiciones. Un ser que no juzga, que no exige, pero que da amor. Cuando no había comida para nadie, Maikol igual le buscaba algo a Kira. Ella fue testigo de toda la transformación de la familia y del entorno.
Hachiko : su nombre lo dice todo .
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La madre de Maikol
Figura tierna y sacrificada. Siempre estuvo para él, desde niño, dándole valores y amor aunque no tuviera con qué llenar el plato. Maikol la recuerda en sus pensamientos, en sus decisiones, como una guía silenciosa que lo ayudó a no perderse por completo.
Es de esas madres cubanas que criaron solas, que vendieron lo poco que tenían, que hicieron magia con el arroz, que secaron lágrimas sin hacer preguntas. Su sombra lo acompaña, aunque no esté presente físicamente esta en el corazón .
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Rubén
Otro vecino típico del barrio, metiche, conflictivo, y chismoso. Se mete en todo, opina sin que lo llamen, discute con medio mundo. Es el tipo que se alimenta del drama ajeno para llenar su vacío personal.