Este libro no nació de la ficción, sino de la vida misma. De las calles de Cuba, de los rostros conocidos, del calor pegado a la piel y del hambre que no solo se siente en el estómago, sino en el alma.
Quiero agradecer, en primer lugar, a todos los cubanos y cubanas que siguen resistiendo, soñando, creando y luchando a pesar de las circunstancias. Este libro les pertenece tanto como a mí. Sus historias, sus silencios, sus gestos, sus palabras dichas y no dichas fueron la materia prima de estas páginas.
A mi familia, que me enseñó a querer incluso cuando no había qué dar. A los amigos verdaderos que estuvieron ahí sin pedir nada a cambio, compartiendo el pan cuando solo quedaban migajas. Y también a quienes me fallaron, porque de ellos aprendí a pararme solo.
A todas las personas que inspiraron a Maikol: los que vendieron conmigo en la calle, los que me abrieron puertas o me las cerraron en la cara. Cada uno dejó una huella. Cada uno me empujó a seguir.
A Camila, no solo personaje, sino símbolo de amor y lealtad en medio del caos.
A la madre de Maikol , figura sagrada en esta historia, faro y raíz. No hay palabra que le haga justicia. Si este libro tiene corazón, es por ella.
A ti, lector o lectora, gracias por prestarle tu tiempo, tu atención y tu sensibilidad a esta historia. Porque al leerla la haces viva, y con eso me das el mayor regalo: saber que Maikol no caminó solo.
Finalmente, a la Cuba que fue, la que es y la que soñamos. Que este libro sirva para no olvidar, para no rendirse, y para recordar que, aunque la realidad nos golpee, siempre tendremos el poder de contarla... y transformarla.
Con todo mi corazón, le agradezco a Maikol por contar su historia .
Si autor FabianB