La Otra Dimensión: La Batalla Det

Capítulo V: Desierto de Obstáculos III - La Bestia

A pocos centímetros de ellos una serpiente gigantesca estaba durmiendo. Darius bajó la luz y los tres se alejaron lentamente

- ¿Alguna idea chicos? - preguntó temblorosa el hada

- No conocemos la velocidad del oponente. Un mal paso apresurado de Yuri y podemos terminar aplastados.

- ¡No te la agarres conmigo eh! - reclamó la chica veloz

La serpiente se comenzó a mover

- Rayos, ahora sí la cagué - pensó Yuri

Darius sacó la tela de la carpa y se la dio a Yuri, en ese momento supo que hacer

- Claro que no. Todo lo contrario. Vamos por ellos

Yuri miró con complicidad a Darius.

- Luz ¡Dalia! - gritó Darius - ¡Oye aquí!

La serpiente se abalanzó ante él, Darius paralizó el ataque reteniendo a la bestia mientras que Yuri dio un salto y cubrió la cabeza de la serpiente cegándola.

- Ay está resbaladiza, ¡Qué asco! - pensó

- Yuri, ¡salta! Darius empujó con todas sus fuerzas a la serpiente contra la pared causando un derrumbe de arena

La ágil chica cayó rodando

- ¡Yuri! ¿Te encuentras bien? Dalia la ayudó a levantarse

- Nada grave, pequeña.

Darius corrió hacia las chicas

- ¡Vamos! El lugar se va a derrumbar

- Los ayudaré a correr, ay

La chica no podía levantarse debido a que se torció el tobillo

- Te llevo - dijo Darius y Yuri aceptó

Darius puede ser algo molesto y perfeccionista pero también se preocupa por sus compañeros, al parecer Camy no solo pensó en su físico y su posición, creo que está bien, aunque no debería importarme - pensó la chica con cuernos

Y los chicos se fueron corriendo hasta que el derrumbe cesó. Ellos pudieron percibir un haz de luz junto al viento frío y arenoso del desierto. Habían encontrado una salida. Darius bajó a Yuri y la recostó sobre una roca.

- Ahora, vamos a curarte

Darius tomó su carpa y la rasgó para vendar la pierna de su amiga

- Sabes, ya tenía un poco mal el pie desde que caímos a esta cueva subterránea.

- Lo lamento, pero debiste habernos comentado - repuso el joven

- Chicos lo malo es que parece que nos quedamos sin carpas, los tornados de viento se llevaron mi maleta - intervino Dalia - Lo bueno es que no nos hemos desviado tanto de la meta - comentó viendo su mapa electrónico que comenzó a tomar señal

- Entonces hay que cubrirnos con lo que queda de nuestras carpas, aún hace algo de frío - comentó Darius quien vio que Dalia temblaba, así que intentó abrigarla con su carpa rota, el hada no pudo evitar sonrojarse

- Bien chicas, hay que hacer un último esfuerzo y aprovechar esa ventaja que tenemos ante el resto. Avancemos.

Darius le ofreció a Yuri apoyo para poder caminar y los tres se dirigieron hacia la salida de la cueva donde contemplaron el naciente amanecer.

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"No eres 100% orgánico. Eres un robot compuesto por órganos humanos"

Cai despertó. Los vientos azotaban fuertemente pero al niño le daba de igual. En este efímero momento de soledad tenía tiempo para reflexionar sobre quién era - No hay registros de mi existencia. Salgo solamente al jardín de mi casa. No recuerdo mi infancia. ¿Con quién han experimentado mis padres? Él abrió su carpa y vio a Luke y James defender el campamento, quien se dio cuenta de la presencia del niño.

- ¿Estás bien metalcito? Estás llorando - dijo James, quien le tocó la cabeza a Cai

- ¿Cómo me dijiste? ¿Puedo llorar?

- ¡Qué hablas chico! Eres metalcito porque dominas al metal y eres chiquito. Ve a dormir.

El niño intentó descansar como pudo, aún con muchas interrogantes en la mente

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- Ash, me repugna tanta hipocresía - dijo Joyce mientras usaba sus binoculares - ¡Cómo quiero que empiece la acción!

- De repente detuvo su mirada ¿Qué es eso? Parece viento - De seguro es el amigo de la estúpida de Sophie. No, no es viento.

- ¡Rai! se dirigió hacia su carpa alarmada - ¡Levántate! le tiró un frío manotazo. Una plaga de Coleidas* se aproxima. ¡Vamos a los cañones!

(Coleidas: una mutación de escarabajo con sanguijuelas, son del tamaño de la mitad de un brazo humano. Se alimentan de sangre de seres vivos)

Raimond tomó a Camy, sus manos y ojos brillaron por un segundo y luego la llevó a su espalda. Él, junto a la chica de hielo corrieron hacia los cañones y lograron esconderse en una abertura de las olas de piedra. Algunos coleidas, al intentar ir en manada, se chocaron contra las rocosas paredes para luego arrastrarse y esparcirse al lugar mientras los que evadieron el impacto patrullaban la zona

- No tengo tanta fuerza para eliminar toda esa escoria, necesitamos un plan - expresó Joyce

- Ok, córtame - dijo Raimond

- ¿Se te zafó un tornillo o qué? - contestó alarmada su amiga

- Al parecer tu cerebro también se congeló - Camy despertó e irrumpió la conversación - Yo confío en Raimond, si no lo quieres cortar, pues córtame

Joyce sin dudarlo hizo un ademán de atacar a Camy, a lo que ella se puso alerta, pero en realidad solo le cortó el brazo, en ese momento Raimond se sacó el polo que llevaba, cubrió la prenda con el brazo herido de Camy y la lanzó lo más lejos que pudo cual bala. Los coleidas se dispararon hacia la trampa y los chicos escaparon. Luego, Camy activó una ilusión en la que unas nubes se acercaban a donde estaban los bichos. Finalmente Joyce cubrió estratégicamente con hielo las aberturas.

- Gracias Camy por confiar, eres una chica comprometida
- Es la primera vez que me dicen eso - pensó - Gracias
- En verdad lo siento - pensó el joven 
- Ahora yo soy la quiere dormir, llévame Raimond - se quejó Joyce 
El joven tocó a la chica helada y la cargó en sus espaldas, ella cerró los ojos 
- Ahora yo te pregunto, háblame de tu poder 
- Puedo alterar el peso de las cosas, por eso no me cuesta nada llevarlas
- ¡Ya cállense y déjenme dormir! - reclamó Joyce




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