La Otra Dimensión: La Batalla Det

XIV: Villanos

Los gimnasios en Renaissance están divididos generalmente en 4 áreas: máquinas, saunas, área de meditación y salón de simulación virtual. Cai decidió estar en la primera sala porque tenía su elemento favorito a su disposición y consideraba que los otros ambientes lo distraerían del desafío.

Después de limpiar el área de máquinas, el niño se sentó en una colchoneta para reflexionar sobre cómo convencer a sus compañeros de que él no era portador, cuando de repente su mirada chocó frente a un espejo de cuerpo completo. Él se puso de pie y se observó de pies a cabeza enfocándose en cada detalle.

«Al parecer la mayoría de mis órganos son de humano. Sin embargo, mis músculos y huesos están hechos de metal. Tengo que evitar lastimarme demasiado para que nadie lo sepa. Espero logre ser un guerrero DET, no me siento cómodo con esta situación»

Cai volvió a tomar asiento, mientras tanto alguien lo observaba...

«Sabía que aquí no podía estar tranquila, ¿Quién carajos?» —Joyce miró escondida entre las máquinas -  «Ajá, parece que me divertiré un poco»

– Sal de allí —pronunció el niño sintiendo que alguien lo estaba observando.

– A mí tú no me ordenas nada, chatarra.

La joven salió del lugar en donde se encontraba. Esta expresión paralizó al niño, quien se levantó y la miró a través del espejo.

- ¿Qué pasó? ¿Acaso tus circuitos te están fallando? Ups, al parecer sé tu secreto.

Cai volteó a ver a Joyce con una mirada de odio, salió de la colchoneta y se puso a su costado.

– A mí eso no me asusta en lo absoluto, pero ¿Sabes? Hoy tendré un momento de caridad contigo. Primero, no te metas con nosotros y segundo, quizás con unos ajustes puedes ayudarnos con algo.

– Tú y tu amigo enmascarado fueron los que se metieron con nosotros —refutó el androide acercándose a ella.

– La vida es dura —Joyce retrocedió un paso — Más personas de las que tú crees juegan sucio y se necesita de eso si quieres cumplir tus objetivos rápida y efectivamente.

– Pero eso no es el legado de un DET— afirmó el niño.

– Cada uno tiene su estilo —continuó la chica —Yo prefiero ser hipócrita solo cuando necesito obtener algo, no como mis compañeros que fingen todo el tiempo.

"Compañeros...Son más de 2 personas. Solo sé que ella y el otro chico están acá, pero ¿Habrá otro impostor en esta competencia? Si es así ¿Quién es?"–pensó el androide.

– Y ser DET no es mi verdadero objetivo—aclaró la joven de cabello celeste.

– Entonces, ¿Qué es lo que buscan? —Cai la interrogó con desconcierto.

– ¿Por qué debería decírtelo? —contestó su rival con voz gélida.

— Porque te tengo —el niño sonrió victorioso.

Joyce inmediatamente atacó con una ráfaga de hielo, pero Cai se lanzó hacia una máquina para guarecerse e inmediatamente finalizó su ataque deformando una máquina para fortalecer brazos. El androide había hecho que la chica fuera atrapada en ella.

Mientras que discutía con su contrincante, Cai avanzaba estratégicamente de forma que Joyce quedara cerca a esa máquina sin percatarse.

La chica tenía los brazos envueltos en metal y no podía zafarse. El metal golpearía y/o rasparía sus extremidades si intentaba un movimiento brusco.

–  Te subestimé, pequeña máquina. ¿Qué vas a hacer ahora? — se mofó Joyce.

–  Ustedes deberían cuidarse de nosotros. Me llamo Cai y no permitiré que lastimes a nadie, ni física ni emocional...

De repente el androide recibió una fuerte embestida.

– Hasta que al fin dices presente. Completa tu trabajo y libérame —ordenó Joyce.

– ¿Lo maté? —preguntó Yuri alzando el brazo del joven —No siento pulso.

– No sé, tú lo golpeaste. Además tampoco sé cómo funciona esa cosa —declaró la joven de cabello celeste.

– ¡Es un niño Joyce! Y si lo matamos así por así estaríamos en problemas —afirmó la Renali.

– No es un niño, es un androide -confesó Joyce dejando sorprendida a la chica gacela —Y sí, nos señalarán demasiado rápido, hasta unos imbéciles como estos concursantes ya nos tienen en la mira.

– A ti y a Raimond, a mí no —río Yuri con picardía.

– Tan perfecta como Camy —espetó Joyce — No sé qué le ven a esa idiota.

– Es alzada pero leal con los suyos -se sonrojó la joven renali —Pero estoy en duda si hacerla formar parte de esto, no sé cómo reaccione.

– Hagan lo que quieran con ella, pero primero esconde a la máquina.

Yuri llevó a Cai en la sala de meditación.

– Ahora busca la forma en cómo sacarme de aquí.

La chica gacela intentaba liberar a su compañera sin resultado, cuando de repente las luces de todo el hotel se apagaron.

— Lo que faltaba —refunfuñó Joyce.

Ahora, solo iluminada por el brillo de su celular, Yuri intentaba forcejear para liberar a Joyce.

— Sí que estaba enojado el niño —afirmó la chica gacela — No tenemos otra opción más que pedir ayuda. ¿Pero quién te liberará? —rió Yuri.

— Cállate cornuda.

— ¡Ya sé! Tengo a alguien con el poder perfecto y que no tiene broncas contigo —añadió sonriente Yuri.

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Minutos atrás, saliendo del bar del hotel, Raimond se encontraba llevando a Camy en sus brazos.

—Da igual por donde empieces, te escucharé atenta pero te aseguro no caer en tus juegos — musitó la joven de cabello rosa.

—Hora de grabar —La Camy real, quien estaba detrás de Raimond, sonrió traviesamente mientras usaba su celular para el acto.

— Así me gusta, miento, me gustas en todos tus modos. ¡Podría contarte mucho al verte tan calmada!

— Antes, quiero verte —pidió Camy con firmeza — Hablemos frente a frente.

— ¿Segura que quieres verme? No te va a gustar, ya dejé de ser esa persona que viste antes —afirmó Raimond.

— Ay, vamos. No pensé que fueras tímido, además estamos solos.

Raimond se bajó el pañuelo dejando ver una piel carcomida en la parte izquierda de su mandíbula. Camy tuvo sentimientos encontrados, lo miró con pena, repulsión y sorpresa.




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