XVI: Enredos

—¡NO!

Cai gritó de la cólera al darse cuenta que su celular se había quedado sin batería. Allí tenía la prueba que delataría a ambos participantes y ya no podía ser difundida.

– Escuché a alguien —percibió Raimond, quien se estaba retirando de la escena junto con Darius.

– Vamos en silencio —se dirigió su compañero hacia él en voz baja. —Si él está medianamente cerca de nosotros estoy seguro que él ha visto parte o toda nuestra emboscada.

– Sabemos que estás cerca —Darius alzó la voz dirigiéndose a quien los observó en silencio —. ¿Por qué te escondes? ¿Qué fue lo que viste? Déjanos explicarte lo qué pasó, puede que lo hayas interpretado mal.

«Yo estoy bien seguro de lo que vi, mentiroso»

Antes de ello, Cai, al darse cuenta que había hecho ruido, se logró esconder en una de las habitaciones.

– Mala decisión, quisimos ser buenos contigo y no hacerte sufrir pero cuando te encontremos caerás —continuó Raimond con una alegría siniestra —. Sea lo que hayas visto nos aseguraremos que nadie te crea.

«Qué impulsivo» —pensó Darius con una mano en la cabeza.

– ¿Terminaste? —susurró Darius a su compañero —Vamos, continuemos con el plan, ella nos está esperando. Dudo que él nos ataque por detrás, parece estar solo. Igual hay que estar atentos.

– Sí, además creo saber quién es —inquirió Raimond—. Te contaré una historia que puede interesarte a cambio de tu silencio.

Ambos jóvenes se dieron media vuelta y prosiguieron. 

«Parece que se fueron, igual me quedaré un rato aquí» —reflexionó Cai desde su escondite.

«Gack y mis compañeros pueden estar en cualquier lado, pero como no hay luz podrían ir a la azotea o el jardín para estar en un lugar iluminado ¿Cómo saber a dónde se dirigen? Parece que solo tengo dos opciones»

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Mientras tanto, el grupo de tres se encontraban en el segundo piso del establecimiento.

– Debemos denunciarla —arremetió Sophie. — No puedo creer que haya más de ese tipo de personas en esta competencia, creí que la única mala era Joyce.

– Realmente no hay filtros en esta competencia. Tiene que haber una evaluación psicológica, no todo es fuerza ni inteligencia. Si un DET no tiene los valores, no será un buen referente para esta sociedad —complementó Luke.

– Pues, villanos hay en todos lados, ¿Quién no ha hecho una maldad alguna vez? Ellos pueden estar entre nosotros —bromeó el hechicero abrazando a sus dos amigos.

– Si descubrimos que te excedes con tus bromas, nosotros mismos te echamos de la competencia —advirtió la chica de cabello azulado.

Los tres jóvenes se bromeaban entre sí mientras que Camy los observaba.

"Son buenos chicos y merecen ser DET. Si les digo ahora que Raimond es un Binihag se alarmarán el doble"

— ¿Entonces qué? —cuestionó James a sus compañeros —. Tenemos a mi hermana que sospechamos pudo haber sido atacada por Cai, Dalia o Gack.

– Gack se encontró con Raimond, él fue quien le reveló la ilusión que hice para escaparme de él  —Camy intervino con una voz débil y apagada. Los jóvenes dirigieron su mirada hacia ella, quien se había sentado en la cama con dificultad.

– ¿Y qué más pasó con ese encuentro? —preguntó James.

– No lo sé, solamente huí porque descubrieron mi engaño —reafirmó Camy.

– Camy, si ya estabas mal ¿Por qué insististe en seguir a Raimond? –cuestionó Sophie.

«Porque es un enemigo real»

– Porque...

De pronto, la joven comenzó a tener mareos.

— ¡Camy! —exclamó su compañera.

— Llamaré a emergencias — dijo James mientras usaba su teléfono.

– Seguiremos el juego de los portadores —resaltó con seriedad el joven del viento. Esta prueba ya se acaba y hasta ahora no hemos acabado con ninguno de ellos.

Sophie lo miró extrañada, lo había visto siempre calmado.

— Es cierto —admitió James ¿Y cuál es su juego?

— Los participantes van a querer buscar un lugar iluminado para estar alerta y las dos opciones son la azotea o el jardín. Es muy probable que los portadores nos estén esperando en ambos sitios —prosiguió Luke.

– Hay que equilibrarnos pero alguien tendría que ir solo y no podríamos ayudarlo por la distancia —argumentó Sophie, quien se integró nuevamente a la charla.

James agarró la carta del menú del hotel que se encontraba en la habitación y la rompió
Sus amigos lo miraron extrañados.

– Ahora que lo pienso no es necesario saber cuál lugar es cuál —pronunció el hechicero mostrando los dos retazos divididos —. Les explico y nos ponemos en marcha.

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— Muy interesante lo de Cai —comentó Darius después de escuchar a su compañero —. Quisiera conversar con él y también estudiarlo.

— Vaya, el concentrado se distrae —opinó Raimond.

—Tú empezaste, además él es un civil al que tenemos que contagiar. Por cierto —añadió el joven con telequinesis —Si Cai atacó a Joyce significa que él podría ser la persona que nos espió.

—Lo hubiéramos atrapado y callábamos al mocoso —renegó el enmascarado.

—Sí pero quizá pudo estar acompañado. Hagamos un recuento de los que quedan —pidió Darius.

—El del viento, Sophie, uno de los hechiceros y el androide.

— No sabemos si los cuatro están juntos, pero recuerdo influenciar al grupo que Cai es un portador.

— Entonces ya está quemado, cualquier cosa culpemos al espía, sigamos con lo acordado —finalizó Raimond.

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Mientras tanto, Cai había llegado a la azotea, que era una terraza compuesta por una pequeña piscina y algunas sombrillas blancas con sillas y mesas, desde allí se podía ver el coliseo principal de Dawn, casas y edificios a su alrededor.

«Creo que necesitaba un poco de aire fresco. ¿Aire? ¿Será necesario realmente para mí eso? ¿O solamente mi mente cree que lo es pero no es así? Bueno, por ahora solo necesito encontrar la forma y las palabras para quitar toda sospecha de mí, pensándolo bien, de seguro él vendrá justamente a este lugar.»