La ovejita

CAPÍTULO UNO

Aún no entiendo cómo es que te perdí tan fácil. En muy poco tiempo te volviste mi mejor amiga, y una de mis personas favoritas en el mundo. Estoy muy enojada por lo que pasó contigo, y necesito que haya justicia, pero sé que será muy difícil conseguirla.

El primer día de clases, después de que te transfirieron de escuela, recuerdo haberme cuestionado por qué usarías guantes todo el día y te ponías medias, aunque estuviéramos a 35°c afuera, pero cada quién tiene sus gustos en la ropa, así que decidí no preguntar nada.

La vergüenza de que no quisieras que yo fuera tu amiga me carcomía y por eso no me acercaba a ti, me daba mucho miedo que hubiera más burlas de lo normal, pero tuve suerte cuando pidieron que hiciéramos parejas para hacer un trabajo de inglés. Sabía perfecto que me escogería la última persona que quedara, si es que la había, así que aproveché y me acerqué a ti. No sé si en el momento me trabé y si me entendiste bien, pero aceptaste hablar conmigo y hacer el proyecto juntas.

Escuché un par de personas hablando sobre nosotras y noté también que nos señalaban, pero no te importó y comenzaste a hacerme preguntas sobre qué me gustaba, entre platicas, igual hicimos nuestro trabajo y fuimos las primeras en entregárselo a la maestra, quién nos sonrió contenta de verme con alguien porque sabía perfecto que me era demasiado difícil hacer amigos después de todo lo que Stephanie había inventado sobre mí.

Nos dio permiso de salir un rato a la cafetería para comprarle algo y de paso aprovechaste para regalarme unas gomitas porque te había dicho en la clase que eran mis dulces favoritos, mientras tú traías contigo una barra de chocolate porque así eras. Dulce, un poco empalagosa y, una muy buena persona a la que no le importaba ni un poco lo que dijeran de ella. Parecía que no era la primera vez que estabas en boca de todos y por eso no te importaba, pero para mí sí lo era y, aunque no quisiera, me afectaba más de lo que debería.

Te conté todo lo que me había pasado y la razón de porqué nadie me hablaba mientras estábamos fuera de la clase, y me sonreíste. Pusiste tu mano derecha en mi hombro izquierdo y, viéndome a los ojos, me dijiste muy segura, que te quedarías conmigo.

Todo lo que me decías me hacía sentir segura. Dime, ¿por qué tenías que abandonarme?

Sé que te defendiste, sé que luchaste, pero Abraham era más fuerte que tú, no podrías hacer nada contra él, pero pudiste haberme llamado y no sólo mandar un mensaje.

 



#12900 en Thriller
#5269 en Suspenso
#12457 en Joven Adulto

En el texto hay: secretos, amor, muerte

Editado: 26.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.