La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO NUEVE

 

Las gemelas seguían en la mesa cuando el alarido de Bianca rompió el silencio. 

Jenna salió corriendo del comedor y apenas tuvo tiempo de llegar para que su cabeza no golpeara el piso sintiendo un jalón en su hombro; otro grito por parte de Jane se escuchó.

Bianca se había desmayado.

Jenna tomó su celular y marcó el primer número que vio, aún con Bianca en sus brazos, la rubia coloco la cabeza de Bianca con cuidado sobre el suelo, mientras acercaba su oído para escuchar su respiración, estaba completamente pálida resaltando su cabello rojo.

— ¿Está bien Jenna?

—No lo sé —su voz sonó inestable, no sabía que hacer hasta que pensó en Liam— alcanza… alcánzame mi móvil.

Jenna no tardó mucho en encontrar el número del médico.

— ¿Hola?

— ¡Liam! —su voz salió aguda rayando la histeria.

— ¿Jenna? ¿Estás bien? ¿Bianca está bien? —Jenna trago el nudo que se le había formado en la garganta.

—No lo sé, es Bianca, ella se desmayó —la rubia escucho a Liam soltar una maldición

— ¿Se golpeó con algo?

—No, alcance a evitar que se golpeara la cabeza y creo, creo que no está sangrando.

—Eso es bueno, ahora tranquilizante Jenna no la muevas llegaré lo más rápido que pueda solo mándame la dirección

Con la mano temblando le mando la dirección y como dijo Liam, toco a la casa diez minutos después.

El doctor tomó a Bianca como si no pesara nada y con ayuda de Jenna la llevaron a su habitación.

Liam empapo una borla de algodón con un poco de alcohol y lo pasó bajo la nariz de la pelirroja. Bianca tardo unos segundos más en abrir los ojos.

— ¿Qué sucedió? ¡Mi bebé! —la pelirroja trató de incorporarse, pero con un grito de dolor se dejó caer de nuevo.

—Bianca tranquila trata de no moverte ¿sí? Todo estará bien ¿Qué sucedió contigo?

Bianca le relato lo que había ocurrido, pero sólo la parte del dolor no quería contarle que se habían peleado por él.

—Por como lo describes podría decir que son dolores típicos de un aborto, sin embargo, no hay sangrado, generalmente primero viene la sangre y después el dolor esperemos que no sea nada grave.

Bianca sintió su pecho encogerse y sus ojos llenarse de lágrimas. Otra vez no.

— ¿QUÉ? Pero... no, de nuevo no.

—Tranquila, no ha sucedido nada, pero por lo pronto te pondré en reposo absoluto no trates de levantarte a menos que alguien te ayude, el esfuerzo abdominal puede ser peligroso ahora trataras de dormir. Yo vendré mañana a ver como sigues.

Bianca asintió tratando de contener sus lágrimas ¡Un aborto! estuvo a punto de perder a su bebé, le haría caso a Liam, no se movería en los meses siguientes de ser el caso.

El castaño salió cuando Bianca ya estaba mucho más tranquila y a punto de dormirse de nuevo.

Jane se paseaba por la sala presa del pánico, el miedo y la culpa. Miró a su hermana y se sintió peor, Jenna siempre la abrazaba y le decía que no se preocupara que todo estaría bien, pero ahora, ahora sabía que ella tenía la culpa y Jenna no la consolaría. 

Las gemelas miraron cuando Liam entró a la sala mucho más relajado de lo que había estado. Sin decir palabra alguna reviso el hombro de Jenna por si tenía alguna lesión, pero por suerte solo había sido el movimiento brusco.

— ¿Podrían decirme lo que sucedió? —las dos hermanas se quedaron calladas hasta que Jenna habló.

—Estaba muy enojada y comenzó a gritarle a Jane antes de levantarse e irse, nosotras solo escuchamos su quejido y llegué antes de que se golpeara.

Los tres guardaron silencio por unos minutos, después Liam se levantó.

—Mira Jane no sé cuál es el problema, pero Bianca es mi amiga intuyo que esto tiene que ver con ella llorando en mi consultorio, estabas ahí cuando le dije que no hiciera ningún esfuerzo ni tuviera alguna emoción demasiado fuerte. Con sus antecedentes no podemos dar nada por sentado hoy pudo haber perdido al bebé, así que te digo esto totalmente como su médico, limítate a no alterar a Bianca.

Jane se sintió ofendida ¿Quién se creía? miró a su hermana, pero está miraba atentamente a Liam.

—Muchas gracias por venir

—No te preocupes Jenna te he dejado unas instrucciones en la cocina procura que no se levante, le mandaré quince días de reposo y de ahí ya veremos. Por lo pronto vendré mañana después de mi turno.




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