La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO DOCE

 

 

Tres semanas después

14 de marzo

— ¿En serio estás bien? —le preguntó Jenna a la pelirroja

—Sí, solo me duele un poco la espalda mejor ayúdame quiero ayudarlas.

Jenna frunció el ceño, pero ayudó a su amiga, ese día era el cumpleaños de su madre y harían una cena nadie quería molestar a Bianca pues le costaba moverse pero la chica era testaruda.

Peter se había llevado a Lucille desde temprano, mientras los demás preparaban todo, sus padres siempre pasaban parte de ese día juntos.

—Los chicos y yo iremos por lo que falta no nos tardamos —Jane salió junto con los chicos, dejando a su hermana y a Bianca solas

— ¿Ya pensaste como se llamarán? —Jenna la hizo sentarse de nuevo y se acurruco junto a ella acariciando su barriga a esas alturas era muy difícil que las gemelas se separaran de ellas.

—Tal vez sean mellizos, pero ¿y si no? si son niños... me gustaría Andrew— Bianca sintió la intensa mirada de Jenna sobre ella pues era el segundo nombre de Mark— y Daniel. Sí son niñas me gusta Amber y Lena.

Jenna sonrió y siguió acariciando la pancita de Bianca por un rato antes de levantarse, la rubia la dejo en la sala y continuó con los preparativos.

Bianca comenzó a retorcerse tenía que ir al baño urgentemente, pero su tamaño le impedía hacerlo, no quería molestar a su amiga por lo que se tomó del reposabrazos y se impulsó para levantarse.

— ¡Oh Por Dios! —gritó mientras se dejaba caer en el sillón de nuevo, un agudo dolor le había corrido desde su vientre hasta la columna dejándola sin aliento.

Jenna llegó corriendo al escucharla gritar.

— ¿Bianca? ¿Qué sucede? —preguntó histérica, la pelirroja le trato de contestar, pero resoplaba por el dolor.

—Yo... creo... creo que me acaba de dar una contracción —los ojos de ambas se abrieron de pánico.

— ¿Que? ¿Pero cómo? Esto no... ¡Todavía falta! —La pelirroja noto cómo su amiga comenzaba a perder el control.

— ¡Jenna! Necesito que te calmes y subas a preparar las cosas.

La rubia parpadeo y después corrió a hacerlo, Bianca vio como comenzaba a oscurecer, cuando Jenna iba bajando otro dolor exactamente igual le atravesó el cuerpo.

— ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Creo que sí son las contracciones! Saca el auto en lo que se me pasa.

Bianca comenzó a tratar de respirar mientras su amiga salía, tenía miedo, pero se trató de controlar, agradeció tener a alguien junto a ella si hubiera estado sola no sabría que hubiera hecho.

—Ok, vamos, vamos.

Veinte minutos después y una contracción más llegaron a la clínica.

Bianca se quedó en el auto mientras Jenna bajaba.

— ¡MARY! ¿Dónde está Liam? ¡Dios! ¡Bianca va a tener a los bebés!

La enfermera salió del trance y rápidamente llamó a un enfermero con una silla de ruedas para salir por ella. Mary se levantó y corrió hasta el consultorio. Abrió sin siquiera golpear.

—Doc-Doctor Baxter ¡Bianca va a tener a los niños!

Liam abrió los ojos de la sorpresa y salió corriendo junto con Mary llegaron justo para verla entrar, estaba sudorosa y pálida.

—Bianca —el castaño le hablo, pero no respondió— ¡Bianca! tranquila ya estás aquí, ahora dime ¿Has tenido contracciones? —Ella asintió— ¿Cada cuando han sido?

—Creo, creo que 10 o 20 minutos, no lo sé, no lo sé —lloriqueo la pelirroja

Liam le indico al enfermero que la llevará a piso, aún no eran tan constantes, seguramente apenas estaría dilatando y no había roto aguas.

—Jenna necesito que te quedes aquí, cuando sea el momento vendré a avisarles ¿De acuerdo?

La rubia abrazo a Liam estaba muy asustada, pero él la tranquilizó y cuando Liam desapareció llamó a su hermana.

— ¡Jenna! ¿Dónde están?— grito Jane




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