La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO VEINTIOCHO

 

Un par de días después Bianca ya tenía todo empacado para regresar a su antigua casa, quería que los niños vivieran ahí por dos sencillas razones, la primera era porque era su casa y la segunda porque siempre había soñado con criar a sus hijos ahí, en esa hermosa casa, lástima que está vez con una pequeña gran diferencia, Mark no estaba.

Él parecía estar haciéndolo bien; sus hijos ya lo amaban y él también parecía fascinado nunca había visto a sus pequeños tan felices y aunque seguía teniendo sus dudas, Emma siempre la controlaba.

No podía evitar pensar en su última despedida, sus palabras habían calado hondo, muy a su pesar la hicieron estremecer, había tenido que juntar toda su fuerza de voluntad para que Mark no lo notara.

Thomas ya había regresado a Boise, los niños habían estado muy contentos de verlo y se la pasaron hablando sobre su padre.

Luke estaba enojado, seguía insistiendo en que no tenían por qué irse, pero ella sabía que si

— ¿Enserio no quieres que te acompañemos?— me volvió a preguntar Emma con la Leila junto a ella.

—No, tenemos que hacer esto solos, va a ser duro, pero me lo debo como le dije a Luke es nuestra casa —la rubia le dio una sonrisa y los acompañó hasta el auto.

Bianca suspiro en cuanto llegó después de más de seis años sin pisar aquella casa, que durante un tiempo era el lugar más maravilloso que podía poseer, volvía a estar ahí.

—Andrew, Amber vamos —los tres bajaron y se acercaron a la gran casa.

— ¡Llegaron! —Jane abrió la puerta antes de que se acercaran demasiado— Vamos preciosos deben ver sus habitaciones, pequeños amores.

Bianca no pudo evitar sonreír al escuchar a su amiga, siempre consintiendo a sus pequeños, iban a malcriarlos más de lo que ya todos los tenían.

Ella por su parte se demoró en lograr poner un pie en el porche, estaba casi en shock, no sabía sí lo lograría, pero bastó una mirada de su rubia cuñada para que lo hiciera. Lento pero cruzó hasta llegar a la puerta de la casa.

Cuando cruzó la puerta sintió un nudo formándose en su garganta. Todo estaba exactamente igual incluso podría jurar que persistía el mismo aroma, pero la situación ya no era la misma, Mark no estaba ahí.

Avanzo en silencio por cada una de las habitaciones de la planta baja.

—Jenna ¿Por qué la puerta esta abier... —Bianca se giró de inmediato al escuchar su voz ¿Que hacía Mark ahí? Esos pensamientos quedaron de lado al verlo, traía una camisa azul con unos jeans oscuros y el cabello despeinado como siempre, su barba le daba un toque mucho más varonil y una madurez exquisita.

Los dos no pudieron evitar quedarse perdidos el uno en el otro hasta que Jenna carraspeo tras ellos.

— ¿Tu qué haces aquí? —Se sentía sumamente nerviosa y que la intensa mirada de Mark estaba sobre ella.

—Pues yo... —Mark se rasco la nuca y miro a su hermana— ¿Acaso no lo sabías?

Bianca miró de inmediato a Jenna, pero ella ya no estaba con ellos, Mark suspiro y se acercó lentamente tratando de sopesar que tan enfadada estaría y sus ganas de matar a sus hermanas.

—Bianca, es que aún vivo aquí, no es que pase mucho tiempo en la casa pero... —no logro reaccionar ante lo que acababa de decirle Mark porque los pequeños torbellinos que tenían por hijos interrumpieron la conversación.

— ¿Vives aquí? —preguntó Amber bastante emocionada— ¿Entonces vas a vivir con nosotros? ¡Ves Andrew! yo te dije que mamá nos estaba engañando.

— ¿Era una sorpresa mamá? —Bianca no sabía que responderle, pero al ver sus cara tuvo que disimular y aún más al ver la mirada esperanzada de Mark— tu nos dijiste que viviríamos solitos.

—Eh... si, papá y yo queríamos que fuera sorpresa, así que ¿Cómo están las habitaciones? ¿Les gustaron? —Bianca sintió algo de satisfacción al ver que sus hijos acribillaran con información a su padre, aunque al haber crecido con sus hermanas lo tenía preparado.

— ¡Jane Turner! ¡Jenna Turner! —vocifero la pelirroja una vez que los niños arrastraron a Mark escaleras arriba. Primero Jane asomó su cabeza por el marco de la puerta y unos centímetros por encima de ella salió Jenna.




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