La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

El sábado Emma y las gemelas habían salido por la tarde, Bianca siempre pasaba ese día con sus hijos, así que evitaba salir la mayor parte del tiempo.

—Entonces ¿Hiciste que Liam la llevara a casa? —pregunto Jenna emocionada.

—Por que querías que aprovecharán el tiempo solos.

Emma simplemente sonrió.

—Uhm, no, no exactamente, es algo más complicado y en teoría no lo hice por él.

Las hermanas se miraron hasta que abrieron los ojos al comprender a su amiga.

—Pe-pero ¿Por qué Emma?

La rubia comenzó a reír, pensando que ellas entenderían, pero no había sido así.

—¡Vamos chicas! No todo es negro y blanco, hay muchísimos matices.

Las gemelas la miraban sorprendidas aún sin entender muy bien el porqué



******

 

Bianca suspiro, Mark y ella habían creado una extraña tregua entre ellos, aún le costaba verlo a los ojos después de aquella noche, incluso a Liam también lo había evitado los primeros días.

Al menos creía que esa tregua era lo mejor para los hijos, sin necesidad de palabras acordamos dejar de lado las riñas y concentrarnos en Andrew y Amber.

—Mamá ¿Podemos ir al parque con papá? —pregunto Andrew.

—Claro que pueden ir con su padre.

— ¡No mamá! —chilló su pequeña pelirroja antes de mirar a su hermano y sonreír.

— ¡Queremos un picnic en familia! —soltaron al unísono. Bianca comenzó a reír por el tono chillón de sus hijos.

—De acuerdo, de acuerdo, iré a preparar todo ¿Por qué no van a despertar a papá?

Se dirigió a la cocina a preparar todo un almuerzo para el parque. Se concentro tanto que no se dio cuenta de que había pasado una hora.

No había señales ni sus hijos ni de Mark, ninguno había bajado cosa que se le hizo extraño considerando lo emocionados que parecían los niños.

Subió hasta la habitación de Mark, no se oía ni un minúsculo sonido en toda la casa.

Nada la había preparado para aquello, la escena simplemente la hizo sonreír.

Mark estaba perdidamente dormido mientras Amber estaba dormida abrazando la cabeza de su padre y con sus piernitas abrazando sus hombros; mientras que Andrew estaba dormido sobre el brazo derecho de su padre. Se veían tan tiernos que Bianca no pude evitar sacarles una foto.

Así como estaban se podía ver lo parecidos que eran padre e hijo. A veces le fascinaba observar a su hijo junto a Mark, eran tan parecidos que parecía irreal.

Después de unos minutos hizo lo que toda mujer haría, despertar a su familia.

— ¡Despierten! —Bianca se lanzó a la cama haciendo que Mark soltara una maldición mientras caía al piso junto con los niños.

Fue increíblemente gracioso por lo que no pudo contener su risa.

— ¡Al ataque! —no pudo reaccionar hasta que Mark y los niños cayeron sobre ella.

—Ya, ya, ya si quieren llegar al parque es mejor que me suelten —gritó entre risas, logrando calmar a sus hijos.

Si alguien le preguntara, ese sería uno de los mejores días que tuvieron jamás.

 

******

 

—Bianca acaban de confirmar los envíos —anunció Lily entrando a la oficina.

Bianca asintió, estaba de muy buen humor, concentrada en los diseños que había comenzado apenas el lunes de esa semana, tenía que apresurarse pues en unos días las gemelas la absorberían completamente con la planeación de la boda de Jane, Jenna había decido que solo tendría una pequeña ceremonia civil después de la de su hermana, Bianca obviamente ya estaba diseñando la joyería exclusiva para ambas y las piezas que portarían Emma, Kate y ella.

— ¿Ocupada? —esa horrible voz la hizo levantar la vista de inmediato.

— ¿Qué haces aquí? ¿No te cansas? ¿No tienes algo mejor que hacer que estarme jodiendo la vida? Lárgate Tiffany —Bianca se preguntó cómo es que había logrado llegar hasta su oficina




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