La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO

— ¡Miranda! —Bianca observó a Mark levantarse y abrazar a la recién llegada, sentía su ceño fruncido y más cuando las gemelas y sus parejas se levantaron a recibirla, solo Kate estaba igual o más tensa que ella. 

Odiaba a esa mujer, era otra de las “mejores amigas” de Mark, pero ella estaba segura de que quería algo más con él, desde que habían comenzado a salir, ella era una constante pelea entre ellos.

— ¡Bianca! —cuando fue libre corrió hacía ella y la abrazo. La pelirroja rodó los ojos. Miranda Fuller era alta, con unas impresionantes curvas y largas piernas, su cabellera negra caía hasta su cintura y labios voluptuosos, típica zorra para ella— Estoy tan feliz de verlos —la mujer volvió a su lugar, junto a Mark— y que sigan juntos. ¡Oh Por Dios! ¡Tuvieron hijos! Y se parecen tanto a su padre aunque esa rebelde cabellera de Bianca tuvo que sobresalir— la mujer siguió hablando sin notar la incomodidad de la mesa, se presentó con los mellizos y con Leila— No puedo creerlo...

—En realidad están divorciados —esta vez las miradas cayeron sobre Liam, quien disfrutaba ver la mirada enfadada de Mark.

—Oh... yo... lo siento, no sabia —Miranda frunció el ceño.

—Tranquila, no tenías porque —soltó Bianca fríamente y la pelinegra se mordió la lengua, había moderado su lenguaje al ver a los pequeños.  

—Eh... sí

— ¿Pero qué haces aquí Miranda? —preguntó Kate tratando de aliviar el ambiente. Miranda la miro de golpe como si no la hubiera notado, Mark se sorprendió de lo rápido que recompuso su expresión. 

—En realidad trabajo para Mike, fue una sorpresa enterarme de su parentesco con Bi —la pelirroja miró a su padre, pero este le sonreía a Miranda, sumándole puntos a su enfado— y bueno él me comentó que necesitas a un ingeniero Mark, creo que es una excelente oportunidad para mi y me pidió venir esta noche.

—Sí, me urge, pero hablaremos de eso después ¿te parece?— Miranda sonrió asintiendo mientras Bianca sentía su sangre bullir ¿Hablar después? ¡¿Pensaba verla después?!

Entonces llegaron los meseros repartiendo la cena y todo se fue caldeando un poco, pequeñas conversaciones aquí y allá.

Bianca comía y trataba de poner atención a lo que Liam le decía, pero no podía dejar de mirar a Mark y su amiguita, quienes sonreían muy divertidos.

Sentía que los cubiertos sufrirían algún tipo de daño en sus manos. Amber requirió un poco de su atención y dejo de pensar en la pareja frente a él.

Luke observaba a su primo y a su hermana, tenía que estar atento a los dos, pues no quería perderse nada, los dos actuaban muy raro, se dieran cuenta o no y para él era muy divertido, Emma lo miró y supo que su mujer pensaba lo mismo.

Thomas comía con una mano, pues la otra sostenía su rostro. No había dejado de mirar a Kate, la chica estaba sonrojada de sentir la mirada del castaño sobre ella.

Kate miró a Thomas y este le dedico una sonrisa traviesa haciéndola sonreír también. 
Luke también miró a su hermana que hablaba con Liam aunque en realidad no le estaba prestando atención.

—Tío Liam ¿Puedes pasarme la sal? —ahora todas las miradas cayeron sobre Amber.

— ¿Como me dijiste princesa?

—Tío Liam, eso eres ¿no? Nuestro tío —Mark tuvo que morderse la mejilla para no reírse de la cara de Liam— Mira, ÉL es mi papi —señaló a Mark, su hija hablaba como si le estuviera explicando  a un niño pequeño— mi abuelito, mi abuelito, tío Lucas, tío Parker, tío Luke, tío Thomas y tu eres el amigo de mi mami ¿cierto? siempre has sido un como un tío ¿O no puedo decirte así?

Amber puso una carita triste, Bianca se sentía muy incómoda por las palabras de su hija y sentía a Liam completamente tenso.

—Claro que sí, corazón. Puedes llamarme como gustes.

Amber y Andrew sonrieron y siguieron comiendo como si nada, los adultos tardaron un poco en regresar a la normalidad, por supuesto que Mark ya estaba disfrutando más la velada, pensaba en que era hora de una nueva bicicleta para Amber o simplemente lo que ella quisiera.

—Creo que tú y yo tenemos un chingo de qué hablar, idiota —Miranda se acercó a susurrarle, mientras una verde mirada no les perdía la pista.

—Lo sé, es una larga historia, sólo prométeme que no me matarás, tengo dos hijos 
Miranda sonrió ladinamente.

—Sí, bastante listillos por lo que veo y claro que lo heredaron de su pinche preciosidad madre —Mark le dedico una hermosa sonrisa, que hizo que ligeras arrugas se marcarán en sus ojos. Siempre  sería  un hombre  guapísimo.  

—Lo sé.

Bianca estaba llegando a su límite ¿Como podía estar coqueteando frente a sus hijos? ¡Esa mujer no tenía límites!

Sintió una mano sobre la suya, Liam había tomado su mano bajo  la  mesa para que los demás no se dieran cuenta.

— ¿En que piensas?

Bianca lo miró y se quedó observando sus hermosos ojos verde oscuro. 

—En realidad en nada, solo divagaba —Bianca le sonrió y el castaño reprimió las ganas de besarla.

La cena continuó nuevamente tranquila.

— ¡Tio Mark! ¡Tio Mark! —Leila se levantó de su asiento y corrió junto al rubio, Mark sonrió y la cargo sentándola en sus piernas.

—Dime Princesa.

— ¿Bailaras conmigo? ¿Cómo cuando la princesa baila con su príncipe?

Mark comenzó a reír, todos en la mesa notaron el sutil rubor en él.

—Por supuesto que sí, todas las veces que quieras.

La pequeña sonrió encantada y después  de darle un beso regresó a su lugar.

Los tres niños se juntaron cuando los adultos se concentraron en hablar.

— ¿Crees que funcione Amber?

Andrew miraba a su hermana, no estaba muy de acuerdo con eso, él quería a Liam, no entendía por qué Amber se comportaba así, Liam siempre había sido amigo de su mamá.

—Claro que funcionara. Yo no quiero otro papá, más que a mi papi.

—Está bien Amber, pero no creo que Liam quiera ocupar el lugar de papá, él siempre ha sido bueno con nosotros.
 




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