La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO

Bianca abrió los ojos mientras un intenso dolor le atacaba los mismos. Tuvo que esperar un poco para lograr abrirlos de nuevo. Tiempo justo para recordarle la situación. Deseo con todas sus fuerzas que aquello fuera una pesadilla, pero al abrir los ojos y ver a Mark dormido en el sillón frente a ella la desolación laceró su pecho. 

Mark se veía terrible. Su barba estaba mucho más larga y completamente desaliñada.

Todos estaban bastante mal, quince días, habían pasado quince días sin que supiera de su pequeño bebé.

Su casa se había vuelto un hervidero de gente preocupados por Andrew, por ellos, a la que mantenían más alejada era a Jena toda la tensión no era buena para su bebé.

—Mark —Bianca noto a su cuñada acercarse a él— despierta —el rubio tardó en reaccionar al igual que ella tenía los ojos rojos e hinchados, miró a Bianca y luego a Emma.

—Lo siento me quede dormido, pero ya está bien, y ya desperté. 

—No, no está bien, no están bien, tienen que dormir, la policía  está aquí si sucede algo pueden levantarlos en cualquier momento —Bianca y Mark negaron, ninguno de los dos descansaría hasta tener a su hijo a salvo— Liam va a venir a reemplazarme.

Bianca se sintió irritada, todos estaban empeorando la situación.  

—No necesito una niñera Emma.

La rubia se sentó junto a ella y la miró seriamente.

—No, pero ninguno de los dos está bien y Amber está aún peor, ninguno de ustedes tiene mente para cuidarla, es imposible que los dejemos solos con ella.

Mark y Bianca fueron incapaces de replicarle.

— ¿Dónde está Amber?

—Durmiendo en la habitación de Andrew, logre que comiera un poco más que ayer. Bianca, Liam llegará en un par de horas ¿Estarán bien?

La pelirroja suspiro, entendía el punto de Emma, pero aún así, esos últimos días habían acabado con ella no podía pensar demasiado, sentía que cada segundo le arrancaban el corazón.

Entonces Emma se fue y ellos se quedaron solos, el silencio era tan desolador que  no tardaron en incomodarse, no había nada que pudieran hacer o decir para reconfortarse.

— ¿Quieres un té?

Mark se acercó hasta ella, pero Bianca no lo miró, estaba perdida en sus pensamientos mirando a la nada. El rubio simplemente camino a la cocina, tenía que hacer algo o perdería la razón.

Quince minutos después regresó a la sala y coloco la taza caliente entre sus manos.

—Gracias —los dos bebieron en silencio.

—Iré a ver a Amber —fueron las palabras de Mark para salir de la opresión de la sala.

Entró al cuarto de Andrew y encontró a su hija recostada en la cama, se acostó junto a ella y descubrió que estaba despierta. En cuanto estuvo a su lado Amber se apretujo contra él.

—Lo extraño papi —aquello le rompió un poco más el alma.

—Tranquila cielo, te juro que encontraré a tu hermanito.

Los policías estaban siguiendo el rastro del auto, el secuestrador había entrado a otro estacionamiento y ahí había abandonado el auto, lamentablemente ahí no había cámaras así que era una búsqueda enorme. Habían descartado la salida de la ciudad. Así que su hijo se encontraba ahí en algún lugar.

Cuando Bianca salió de su letargo, noto la casa en silencio se obligó a levantarse y buscar en cada habitación hasta que llegó a la de su pequeño niño.

Al entrar encontró que Mark estaba dormido junto con Amber, pero la tenía en un abrazo tan apretado que la niña sería incapaz de moverse sí llegaba a despertara. Entrar en la habitación la destruyo más, se sintió tan cansada que se sentó en la cama junto a ellos. 


 



****** 
 




Liam condujo hasta casa de Bianca, todos estaban un poco trastornados, una parte de él también quería caer, le mataba ver a Bianca en ese estado y la preocupación por Andrew aumentaba cada día,  amaba a ese niño desde que lo tuvo en brazos por primera vez.

Su pequeño hombrecito siempre lo había seguido, antes de conocer a su padre y aún así seguían pasando mucho tiempo juntos.

Toda la familia estaba preocupada por el estado mental de Bianca, Amber y Mark, no se imaginaba el sentimiento, pues aunque los amara, ellos no eran sus hijos, jamás podría sentir lo que Bianca o Mark sentían, pero comprendía la incapacidad de Mark para mantenerse fuerte. 
No tardó mucho en llegar, pero toda la casa estaba en silencio, comenzó a buscar a Bianca, pero no imagino lo que le recibiría.

Mark y Bianca estaban dormidos con Amber entre ellos, no podía molestarse, pero eso no evito que le doliera, recordándole que ellos siempre serian una familia.

Decidió que su formación como médico se apoderara de la situación, sería lo mejor para él y para Bianca. Los dos estaban pasando por una situación que estaba llevando al límite su psique. Ninguno había dormido bien, eran incapaces de cuidarse a sí mismos y a su hija, la desaparición de Andrew los estaba matando lentamente.

Pero Liam, se negaba a dejar caer a Bianca, ahora estaba con él y sería el apoyo que necesitaba. Decidió recoger el poco desastre que había en la casa, incluso está se veía sin vida.

Horas más tarde, Mark fue el primero en despertar y encontró a Liam en la cocina 
—Liam —saludó,  en esos días estaban en una especie de tregua.   

— ¿Sigue dormida? —preguntó después de contestar al saludo. Mark se revolvió el cabello tratando de despejarse.

—Sí, despertó hace unos minutos, pero creo que se siente culpable por no haber estado con Amber, no quiere separarse de ella.

Liam se limitó a asentir.

—Tal vez debas comer algo.

Mark se sentía un poco más relajado, más descansado, haber despertado con Bianca y Amber en sus brazos había sido una ola de paz sobre él.

—Liam —el castaño lo miro— Gracias, por estar aquí y cuidar de mi familia, en realidad, gracias por haber estado con ellos desde el principio,  y por cuidar a Jane ahora, nadie la había hecho entrar en razón. 

 




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