CAPÍTULO SESENTA Y TRES

—Entonces señor Turner ¿Puede repetir los hechos?

Mark suspiró todo ese papeleo se había vuelto un caos, Bianca estaba en cama, toda la familia estaba vuelta loca entre Jane, el embarazo de Jenna y Kate. 

Su mejor amiga estaba a punto de volverse loca y él, no podía ayudar a nadie, Christensen había tratado de ayudar pero nada había funcionado.

—Tiffany y yo tuvimos una... relación... hace bastantes años, yo lo termine, pero ella nunca quiso aceptarla, desapareció, solo la vi un par de veces más, pero después enloqueció totalmente secuestro a mi hijo y casi me mata y ahora ¡CASI MATA A MI MUJER Y A MI OTRO HIJO!

—Cálmese señor Turner —susurro Christensen, que estaba tras de él.

—Llegamos al departamento después de estar con mi hermana, la deje frente a la casa pues necesitaba ir al baño, mientras con los niños estacionaba el auto, estaba claro que Bianca no aguantaría. La vi entrar, después pensé que podríamos ir a cenar así que Andrew fue a buscarla mientras Amber y yo esperábamos… —Mark le relato los acontecimientos siguientes al oficial frente a él— es obvio que tuvo que habernos vigilado, de otro modo ¿cómo supo que estábamos ahí?

Después de que Andrew la empujara Tiffany resbaló y al caer ella misma se hirió con el cuchillo, sin embargo eso no fue lo que la mató, su cabeza había caído en un ángulo mortal, nada podían haber hecho los paramédicos para ayudarla. 


 

******* 



 

Mark moría por regresar a casa y estar junto a Bianca, no estaría tranquilo hasta verla sana, pero por órdenes de la mujer que amaba, iría a ver a Kate.

Cuando Thomas fue el que abrió la puerta, no le sorprendió, pero sí lo hizo el verlo tan tenso, pero cuando entro y vio a Miranda entendió porqué.

— ¿Dónde está?

—En la habitación... —dijo Thomas después de un suspiro.

Mark se detuvo a saludar a Miranda y después entró en la habitación. Kate estaba sentada en la cama mirando por la ventana de su habitación.

— ¿Cómo estás? —la morena no se volvió, solo se quedo ahí mirando a la nada.

—No lo sé —dijo en voz baja, rodeando sus piernas con los brazos— No lo sé... ¿Qué hago Mark? Yo simplemente creo que voy a enloquecer... esto es demasiado para mi.

Mark la abrazo cuando rompió a llorar, no sabía qué decirle, el padre de Tiffany había estado acosándola por la muerte de su hija, pero era una prófuga y los atentados contra su familia no había mucho que hacer.

—Kate, esto no es tu culpa. Ni siquiera pienses en ella como una hermana, no lo merece solo llegó a arruinar nuestras vidas y nosotros, YO, se lo permití, le di el poder de hacernos esto si tienes que culpar a alguien es a mi no a ti, tú sólo hiciste lo mejor que podías con toda esta situación.

Mark estuvo ahí sosteniéndola hasta que se durmió, sabía que estaría bien era la mujer más fuerte que conocía y entendería que no era su culpa.

— ¿Qué te dijo?  —preguntó Thomas, al parecer Miranda ya se había ido pues no había señales de ella.

—Estará bien ella es fuerte, pero no es tan dura como parece ha soportado demasiadas cosas y no imaginas lo sensible que puede llegar a ser —pero cuando miró Thomas supo que él ya lo sabía, conocía a Kate, él era lo que su mejor amiga necesitaba— No la dejes, sola.

—No lo haré su resolución lo dejo más tranquilo. 

 

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— ...entonces Martín dijo que no le importaba que Andrew se enojara con él.

Bianca se rio de lo que su hijo había dicho.

— ¿Y tú qué hiciste, cielo?

Amber se sonrojo, lo cual era gracioso dado su color de cabello. Bianca ya se imaginaba el porqué de su sonrojo, pero quería que ella lo dijera. 

—Te contaré mami, pero ni papi ni Andrew deben saberlo —Bianca asintió mientras su hija se inclinaba y le contaba sus secretos.

Cuando Mark llegó la encontró sonriendo mientras acariciaba su barriga.

— ¿Qué te tiene tan feliz?

Bianca palmeo el sitio junto a ella y él se apresuró a sentarse a su lado.

— ¿Qué vas a hacer cuando Amber sea grande?

— ¿A qué te refieres?

—Pues a cuando tengas toda una fila de muchachos en la puerta esperando por tu hija.

Mark comenzó a reírse, Bianca se sentó con cuidado y el rubio recostó su cabeza sobre sus piernas pegado a su abultado abdomen.

— ¿Oíste bebé? Parece que mamá ha perdido la cabeza, ¿Chicos para tu hermana? eso nunca sucederá, tú, Andrew y yo no lo permitiremos ¿Cierto?

— ¿Ahora es niño?— Mark le sonrió desde su posición.

—Sí ahora estoy seguro de que será un niño. Bianca, mi hija es hermosa ningún niño se le va a pegar yo no lo voy a permitir.  

Bianca volvió a reír.

—Hombre celoso, pobre de mi hija teniendo un padre y hermano como ustedes.

Mark sonrió mientras atrapa un mechón del cabello de Bianca, durante esos meses su cabello había crecido, hasta llegar a su cintura en delicados bucles rojizos. Los cueles amaba con locura.

—Nunca creí que algún día volveríamos a estar así.

Bianca lo miró, tardando mucho tiempo en contestarle.

—Yo tampoco, pensé que lo habíamos perdido Mark.

—Puede que no me creas, pero... todas las noches de esos seis años soñaba contigo a veces al despertar creía que estabas junto a mí y no era cierto, pero estaba tan furioso, tan celoso, pensar que...

—Ya no hablemos de eso Mark, lo hicimos y nos lastimo a los dos, ese es nuestro pasado, no volvamos a cometer los mismos errores, ni dejemos que nuestros hijos lo hagan.

Y como ella se lo había pedido Mark no volvió a hablar de ello. 



 

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A los pocos días Jenna y Parker habían soltado la bomba de que no tendría uno, ni dos sino tres hijos.

Bianca había mirado con horror a su cuñada, para después gritar como loca de la emoción. Jenna tenía un mes menos que Bianca y ahora todos entendían porque estaba más grande.

Jenna había decidido que fueran Luke y Emma, Jane y Lucas y Bianca y Mark los padrinos de cada uno de sus hijos. Lucille no paraba de llorar pues cinco nietos seguidos era el mejor regalo para una abuela cómo ella. 

Kate parecía un poco más recuperada o eso les pareció a todos. Podían ver la batalla que se libraba entre Thomas y Miranda por el cuidado de Kate.