La Pascualita

Parte 1

Época actual. Año 2019

— Gracias por traerme a Chihuahua, mamá, y por regalarme el traje para mi boda, es precioso.

— Lo sé hija, yo también me compre mi vestido en esta tienda.

— Pero no entiendo la razón por la que viniste desde Estados Unidos para eso, sé qué hacía poco se habían ido con los abuelos para allá, pero no hubiera sido mejor mandarlo a hacer en Norteamérica, igual que conmigo.

— Se dice que quien usa uno de los vestidos que tenía puesto Pascualita tiene un excelente matrimonio.

— ¿Quién es Pascualita?

— La maniquí que está en la vitrina.

— Mamá, no pensé que fueras tan supersticiosa

— No soy solo yo, mucha gente cree en que si usas el vestido que ella tuvo puesta nada malo les pasará a los esposos — miró la hora en el reloj del automóvil — tenemos tiempo hasta que llevemos al hotel, te contaré su historia, y luego decides si creer o no — continuó — Todo empezó en 1930. La Srta. Pascuala Esparza, residente de Chihuahua, México, tenía una tienda donde vendía vestidos de novia y para quinceañeras, el negocio iba normal, daba para poder vivir, eso fue hasta el 25 de marzo, cuando en la vitrina se instaló un nuevo maniquí, de tamaño real, su cabello era largo, precioso, ojos de cristal, tenía cejas y pestañas echas también de cabello humano, sus manos tenían hasta arrugas y las marcas de las de una persona, sus uñas se veían muy naturales. La Sra. Pascuala, cuando le preguntaron por ella, decía se "llamaba" Chonita, que la había comprado hacía poco.

— La gente inventa cada cosa, lo que yo vi era solo un maniquí.

— Espera que termine de contarte todo, falta mucho para llegar al hotel, me ayudará a no dormirme — fijo la vista en el camino — el maniquí llego de Francia, unos dicen que ella lo encargo para poder subir las ventas de su negocio, otros que Pascuala no lo mando hacer, sino otra persona que al final no lo fue a buscar nunca, cuando la señora fue a comprar tela lo vio, y ofreció todo lo que tenía en ahorros por ella, consiguiendo que se la vendiera. Apenas lo instaló a mucha gente le gusto, pero otras tuvieron miedo porque decían que era una mujer de verdad, y que tenía un extraño parecido con la dueña de la tienda. Un tiempo después se le conoció como la Novia más linda de Chihuahua. Muchos supieron que la Sra. Pascuala lo peinaba, lo bañaba, y mientras le cambiaba la ropa le hablaba como si fuera una persona vida. No dejaba que nadie la tocara, y si alguien más le cambiaba el vestido, o la manipulaba exigía que debía tratarla con deferencia, como si fuera una persona viva. En vez de limpiarla del polvo con un paño, o un plumero, regularmente y con ayuda de gente de confianza, el maniquí era bañado, el cabello se le lavaba con shampoo y acondicionador. Fue tan rara la situación que en 15 años, 30 empleados renunciaron asustados por como la dueña trataba a esa figura. En 1967 cuando murió la dueña, la gente empezó a hablar que los ojos de la maniquí se movían, que sus manos cambiaban de posición sin la intervención de nadie. La gente pensaba que el espíritu de la Sra. Pascuala había entrado en el maniquí y allí se había quedado para cuidar de su tienda.

— Mamá, no me vas a decir que crees en eso.

— Solo te cuento lo que dicen, incluso hay más teorías de por qué la Pascualita se veía tan real, y son mucho más siniestras que solo una posesión.

— A ver cuenta, sabes que me gustan las historias de terror.

— La señora Pascuala tuvo una hija hermosa, pero por eso era muy vanidosa, y tenía un mal corazón, una vez que vio pasar una anciana que le pidió agua, no le dio, se rió de ella y la trato de vieja inútil, porque usaba un bastón para caminar. Eres una mala persona, le respondió la mujer mayor, por eso no mereces vivir, en un mes morirás, así no podrás volver a tratar mal a nadie más. La madre escuchó todo, corrió y dijo: Señora, por favor, quite la maldición, ella solo es una niña, no tiene conciencia de lo que dice. Lo lamento Sra. Pascuala, respondió la anciana, su hija es adulta, y ha dañado a muchos, por eso lo mejor es que deje este mundo. Madre no le haga caso — dijo la muchacha — no me asusta. Al terminar el mes la joven fue descubierta muerta en su cama, sin heridas visibles, daba la impresión que durante su sueño simplemente dejo de respirar. Eso destrozó a la madre, que para preservarla decidió embalsamarla, y para tenerla a su lado la hizo pasar por el maniquí que puso en la vitrina de su negocio, pero el espíritu de la joven trataba de hacerse notar para que la enterraran.

— Solo falta que me digas que le decía buuu a quienes la veían.

— No tanto, pero si quería que se descubriera la verdad y así poder lograr que la pusieran en un cementerio. Otra historia dice que la joven era muy buena, que tuvo la suerte de enamorarse de un buen muchacho, pero cuando se puso su vestido para ir a la iglesia la tragedia la atacó.

— AAAhhhh madre, quítamelo, me duele.

Apenas el vestido cayó al suelo, salió de él un alacrán muy grande, la joven cayó al suelo.

— Hija... ayuda — grito la mujer luego de matar al insecto a pisotones.

La joven murió antes del anochecer. La madre la mando a embalsamar y la puso en la vitrina porque no aceptaba haberla perdido de esa manera.

— Que mala suerte, mamá.

— También se dice que fue asesinada, era tan bella que muchos la amaban, y cuando ella eligió a su futuro marido, uno de los rechazados, cuando iba a casarse, la espero a la entrada de la iglesia y la mató, y la preparó para hacerla pasar por un maniquí.

— Eso es más creíble dentro de todo... alguien despechado.

 



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En el texto hay: misterios, maniqui

Editado: 09.08.2021

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