Parte 2

— También se rumoreó que la joven se enamoró de un joven que trabajaba en un taxi, de estrato social bajo, por eso la familia de la muchacha no lo quería, así que la pareja de enamorados decidieron huir para vivir tranquilos, la Sra. Pascuala y su esposo descubrieron lo que pasaba, así que contrataron a alguien que mató al muchacho, cuando la jovencita supo lo que pasó, se tiró de un acantilado.

— ¡Qué triste las historias! Aunque ahora me entra la duda ¿En realidad la señora Pascuala tuvo una hija?

— Según se dice ella se casó a los 17, con el Sr. Enrique Pérez Lobera, con quien tuvo un hijo llamado Enrique Pérez Esparsa.

— Viste que todo son solo historias.

— Bueno, otros dicen que tuvo una niña, pero que a los 4 años murió ahogada en un río.

— Pero tenía cuatro años, no era una mujer.

— Hay una teoría que no involucra a una supuesta hija de la dueña, se dice que el maniquí era tan perfecto, que un chaman se enamoró de ella, y la hechizó para que durante las noches fuera una mujer de carne y hueso.

— ¿Cómo en la película "Me enamore de un maniquí"? Que romántico.

— Justamente, mucha gente dijo haberla visto moverse, una vez un hombre golpeaba a su mujer justo frente a la Tienda, cuando le iba a volver a dar una cachetada, una mano le tomó el brazo, él se dio vuelta para poder golpear a quien quería detenerlo. Quedó helado cuando vio una mujer con un traje de novia, miró a la tienda, y la vitrina estaba vacía, corrió asustado, la vestida de blanco ayudó a la caída, le sonrió y entró a la tienda, en ese momento la mujer golpeada cayó desmayada.

— No creo que nadie se creería algo tan raro.

— Aunque no lo creas, por muchos años a doña Pascuala la amenazaban para que quitara el cadáver que tenía en la vitrina, como no lo hizo, muchos quisieron sacarla personalmente. Varias personas fueron detenidos cuando entraron para enterrarle las uñas a la cera del maniquí, porque decían que abajo estaban los huesos. Incluso se hacían largas filas para verlo, fue tanto que más de una vez tuvieron que cerrar la calle para que no hubieran accidentes. Fue una locura.

— Era cosa que lo revisarán y punto, así se hubiera comprobado que era solo una figura de cera.

— Una vez dos inspectores recibieron la denuncia formal de un tercero que era un cadáver y fueron a revisar, en la primera visita no notaron nada raro, aunque no estaba el maniquí, dijeron que estaban limpiándolo. Así que fueron por segunda vez, de nuevo dijeron que estaban aseándola, su cuerpo estaba cubierto de toallas, solo su cabeza estaba expuesta, dijeron que era solo un ser de cera.

— Bueno mamá, yo la vi muy linda, pero no para que crean que es un ser vivo, la gente es muy ingenua.

— Hija, es que no es la misma que puso la Sra. Pascuala.

— ¿Qué pasó con la verdadera entonces?

— Cuando la dueña de la tienda murió, el local permaneció con el mismo nombre, pero pasó por varias personas, hasta que en 2017, para una exposición que se haría en el hotel de Las Leyendas, en la capital, los organizadores pidieron permiso para tenerla allí, los nuevos dueños aceptaron, la Pascualita fue embalada, y expuesta desde finales del 2017 a mediados de 2018. Pasó el tiempo y la maniquí no volvió a la tienda, cuando se le preguntaba a los empleados decían que la estaban arreglando, o que había pasado un problema con ella y pronto volvería, hasta que un dio apareció de nuevo uno en la vitrina, pero no era la misma, ya no tenía ese brillo de antes, esas manos que de verdad parecían humanas, y que se moverían en cualquier momento.

Busca la fotografía en internet. Hay muchas.

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— En realidad se parecen, pero no son iguales. A todo esto porque le dicen la Pascualita, me dijiste que la dueña le decía Chonita.

— Le decían así por la dueña de la tienda.

— ¿Qué crees que pasó con la otra?

— Se dice que fue vendida a algún coleccionista, o que descubrieron que dentro había un cadáver y por eso prefirieron cambiarla, y a la verdadera la enterraron.

— ¿Y qué dijeron los dueños?

— Que la habían mandado a restaurar, pero todos están de acuerdo que le quitaron el brillo a su mirada, que ahora si parece un maniquí. Ya llegamos al hotel, mañana nos toca volver a los Estados Unidos, vamos a dormir ahora.

Ya en el aeropuerto, mientras esperaban a tomar el vuelo, retomaron el tema del día anterior.

— Mamá, solo creo que todo eso fue por que la señora la trataba como a una persona — luego de pensar un rato — recuerdo que me contaste que se decía que tuvo una hija que murió muy pequeña, tal vez ella mando a hacer el maniquí tomando de base a su pequeña, y como ella pensaba que podría hacer sido si hubiera crecido.

— Puede ser, pero prefiero pensar que ella tenía algo especial, y que por eso los vestidos que uso traen buena suerte.

— Pero si cambiaron el maniquí, el vestido que compraste...

— Tranquila, me asegure que este lo hubiera usado antes que fuera a la exposición, creo que es de los últimos que se puso. Sé que piensas que solo son supersticiones, pero quiero lo mejor para ti, hija mía — la abrazó.

— Gracias mamá, te quiero mucho.

FIN