La pequeña del Alpha. ©

En otra parte

Solo para aclarar, la historia gira en torno a cuando ella ya ha escapado del Lobo. Pero habrá fragmentos de la historia donde se narra lo que ella vivió ANTES de huir, solo para que no se me vayan a confundir y así.

Día presente...

El lugar era bastante humilde, perfecto por no exagerar. Era justo lo que necesitaba. Al final, no había podido contactar con nadie. Hérmes tenia muchos "ojos" por donde quiera. Bancos, cajeros etc. Era como una maldita pesadilla la que ahora vivía y todo por ser una estúpida e ingenua chica de diecisiete años.

Había caminado demasiado buscando un lugar adecuado para alojarse hasta encontrar donde ganar plata.

¿A caso Hermes le dejaría vivir en esas condiciones? ¿Sufriendo? Sabia que no. Desde que la había llevado a su vida, a ese mundo lleno de oscuros secretos, él había satisfecho todos y cada uno de sus deseos así como necesidades.

Pero, ¿realmente valía la pena, vivir entre sabanas de seda, lujos y comodidades, a cambio de la libertad? La libertad de amar. De vivir.

¡No! No debía pensar en eso. En él. En... Su rostro, su mirada, su voz todas y cada una de sus manías. Incluso, ése olor a almizcle, mentas y orquídeas.

¡Ya basta! ¡Ya basta! ¡Todo eso representa tu carcelero Odette!

Incluso... Ésa noche. La primera que había pasado con un hombre. Y la única.

Ni siquiera a Ethan le había dado el gusto de "la prueba de amor".

Pero ése hombre, esa bestia. Había roto todos sus esquemas. Y es que habían sido tan ingenua al pensar que tal vez él cambiaría todo su egocentrismo y su posesiva forma de someterla a sus deseos.

Una letras desgastadas y carcomidas por el sol llamaron su atención.

"Hostal" era todo lo que decían, supuso que eso seria suficiente.

La dueña del lugar, una mujer bastante fría y sin corazón le dio una de las muchas pequeñas habitaciones, lucia como todo el resto del lugar. Completamente carcomido por en tiempo.

Sintiendo un nudo en el pecho, acepto sin mas. La mujer ni tarda ni perezosa tendió la mano para coger la poca plata que llevaba encima. Entró y con nostalgia se sentó en la mugrienta cama.
Fue cuando al fin, pudo respirar con tranquilidad. Al menos, ese agujero seria el ultimo en el que Hermes Cold buscaría a su futura "Esposa y Mate".

Tres meses antes...

— ¡Wow que envidia me das Odette! Ese bombón como compañero de clase. ¡Algo bueno debiste haber hecho!
Decía la pelinegra con ojos soñadores.
No podía apartar la vista del moreno con ojos color cielo. Odette por el contrario no pensaba igual, ese tipo se había acercado demasiado invadiendo su espacio personal. Y además por si fuera poco, casi... ¡CASI! le planta un beso en la boca.

¡¿Que mierda le sucede a ese tipo?!

Odette hastiada de oír lo " bien que vestía" y de lo "lindo que lucia su cabello" se levanto y echó a andar lejos de su amiga.

— ¡Que sucede! Oh vamos Odette, solo trata.

—¡Sabes, no me interesa nada lo que tenga que ver con ese "idiota" solo es como los demás imbéciles de por "aquí"... Lo siento. Sin mas sé alejó.

La pelinegra se quedo desconcertada. ¿Que le sucedía? Miro de reojo a la mesa donde estaban Ethan y Amber y si, eso sucedía. Por mas que su mejor amiga negara que eso no le afectaba, no podía ocultar su furia.

Le daba crédito a Odette, ella estaría igual o peor que la morena.

<Sólo espero que lo superes pronto...>

No podía sentirse peor. Mía no tenía la culpa de su mal humor, y ya estaba dejándola de lado.
Pero, simplemente la imagen de Ethan con esa " Zorra" como la llamaba Mía, la torturaban demasiado.




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