Desastre... Siguiendo las huellas

Unas semanas después...

Dentro del pequeño cuarto en la estación de policía, la mujer miraba con esperanza las fotografías sobre la mesa de metal.

Lágrimas silenciosas salían de sus ojos. Se le veía mas delgada y con evidentes ojeras debajo de sus hermosos ojos.

El detective, frente a ella, le permitió su espacio y su tiempo para que mirara a odette en calles de Oxford.

No podía creer que estuviera bien. Pero, estando lejos de ella.

— No entiendo ¿por que si saben su ubicación no la han traído hasta aquí?  — decía la mujer mientras trataba de prender el cigarrillo. Se notaba su molestia.

— Señora Jones, Odette es una chica mayor de edad, además, para haber sido secuestrada, pasea libre por las calles, tiene un empleo y renta un departamento a unas calles de ahí. No podemos simplemente llegar y subirla a la vagoneta a la fuerza. Es por eso que nuestro informante "anónimo" nos hizo llegar esta información —

Estrañada la mujer entre cerro los ojos desconcertada.



— ¿Informante anónimo? ¿Como..? —

— No lo sabemos, solo puedo decirle que esta persona dio ubicación y la dirección donde esta. No pudimos rastrearlo pues la llamada fue hecha en un teléfono público. Y no solo eso señora Jones.... Esta persona dio el nombre del responsable del secuestro de su hija —

Como era eso posible. La mujer estaba confundida. ¿Por que haría algo así?

— Dime el nombre... ¡Quiero saber quien fue el maldito! — la sangre parecía querer subir a su cabeza. Ni habría perdón de ningún tipo, esos desgraciados pagarían por lo que hicieron.

— Fue compañero de Odette en el instituto... Su nombre es Hérmes Cold —

Sorprendida abrió los ojos a mas no poder, al parecer la intuición de Mía era correcta. Ése chico fue el culpable.

— El informante, hará una llamada. Al parecer, Hérmes Cold, se llevara a Odette de Oxford. Debemos interceptarlo y capturarlo. De ése modo ella estará a salvo —

— No entiendo, ¿que ella no estaba con él? ¿No era su prisionera? —

El detective se encogió de hombros.

— Todo apunta a que ella escapó, y por algún motivo no se contacto con usted, así que este hombre, quiere recuperarla. Y cuando este allí, lo tendremos y pagará, se lo aseguro —

— Iré con ustedes, quiero ver a mi bebé — decidida miro al severo detective. Este asintió.

— Habrá que esperar... —

Mientras revisaba unos documentos y se los mostraba a la delgada mujer, otro oficial llamo a la puerta con violencia.

Precipitado el detective abrió.

— ¡Es él... Esta en la línea! — se levantó como un resorte y corrió hasta donde atendían las llamadas.

Cogió el teléfono mientras los demás agentes se preparaban para rastrearlo.

— Teniente Smmith... ¿Tiene la información? —

Una voz masculina sonó del otro lado.

— Así es... Esta tarde, en el parque del centro de Oxford. Cold estará allí, junto con la chica... A las dieciocho horas, ni un minuto mas ni un minuto menos —

Tratando de ganar tiempo el detective, trató de mantenerlo en la línea.

— ¿Como sabemos que no es una trampa? —

— Tendrá que confiar... Teniente — sin mas la llamada se corto, no fue suficiente tiempo.

Maldiciendo colgó el auricular. Miró a los demás.

— ¡Que esperan señores! ¡Quiero un escuadrón directo a Oxford de inmediato! ¡Esta vez atraparemos al maldito! ¡Andando! —

Comenzó el movimiento, todos corrieron a sus respectivos puestos. Alertas.

Mientras tanto en una lujosa habitación de un hotel en Oxford, un hombre colgaba el celular.



Cicerón miró la hora en el celular. Lo había hecho, ahora era cuestión de esperar.

¿Fue lo correcto? Tal vez no, pero de ese modo Hérmes no podría interferir en sus planes. De ese modo, Amará se alejaría, de ese modo tal vez, ése "pequeño" estaría mejor.

< Lo siento Hérmes, pero no puedo dejar que sigas estorbandome. Odette estará bien  y tu futuro hijo, de eso me encargaré yo mismo, no les hará falta nada. Claro, contigo fuera de contexto. Así debe de ser >