La pequeña del Alpha. ©

Los lazos que nos unen

El tiempo para ambos parecía haberse detenido. Envueltos en un lazo suave y caótico. Abrumador y confuso.

Las palabras de Hérmes taladraban su cabeza y su corazón. Esperó que, la rechazara o incluso la insultara. Pero no pasó, Hérmes la había estrechado con calidez y fuerza, como si temiera perderla una vez más.

Eso cambio por completo su panorama, las ganas inmensas de alejarlo, de rechazarlo para siempre no llegaron a su mente.

¡Cuantas noches soñó con algo como esto! Donde él fuera el hombre de quien se enamoro y no esa bestia cerrazónica. Hérmes con ese solo toque había derribado todo vestigio de amargura y de rencor en su corazón.

- ¡Dios mío! ¡Odette!... - tomo su rostro y beso su labios de una forma tímida y lenta. Disfrutando del momento, de cada fracción de segundo.

Eso ojos azules se fundieron con los marrones de la chica.

La piel reconocía a su compañera. Era como ver un eslabón ser unido de nuevo.

La miro intensamente, mientras la retenía en sus brazos. Estaba hermosa, la mujer mas bella del planeta entero. No tenia palabras para describirla. De echó no tenía ni idea de como comenzar con una disculpa realmente sincera. ¡Toda maldita palabrería se había borrado de su mente! Las palabras se habían esfumado.

¡Que seria lo suficientemente bueno para demostrarle que sus sentimientos eran en verdad genuinos!

¡La había lastimado de muchas formas! El daño no era fácil de reparar.

- ¿Odette?... - una voz detrás de ambos los hizo girarse.

Kelvin llevaba ambos helados en las manos y su cara reflejaba molestia y sorpresa.

¡Como había olvidado a kelvin!

Odette trató de responderle, pero Hérmes la oculto detrás de él. Sus músculos se tensaron al mirar al mismo idiota del las fotografías.

¡¿Quien coño era este imbécil?!

- ¿Quien eres? ¿Por que la llamas? - sus ojos se habían contraído de tal forma que se achicaron. Sus aletas nasales parecían abrirse y cerrarse con rapidez.

- Creo que yo debería hacerte esa pregunta... ¿Por que abrazas de esa manera a mi novia? -

Hérmes abrió los ojos a mas no poder. ¡Novia! ¡Que jodidos...!

Se alejo de Odette, solo para darle un puñetazo a rubio. Este callo de espaldas al suelo, la nariz le sangró a chorros. Por un segundo creyó que le habían golpeado con baté de béisbol.

- ¡Hérmes! ¡Ya basta, que diablos crees que hacés! - trato de correr en ayuda del pobre humano, pero el lobo la sujeto de la cintura deteniéndola.

La pegó a su rostro, fue cuando la chica se dio cuenta que estaba mas que furioso, sus ojos estaban rojos como si hubieran inyectado sangre dentro de ellos. Su temperatura se elevaba.

Su boca estaba tan apretada que podía oír el rechinar de sus dientes. Petrificada solo podía mirarlo con esos ojos marrones aguados.

- ¡TU ERES MÍA! ¡MI MATE, MI COMPAÑERA... MI ESPOSA! -

No pudo siquiera responderle, en un segundo las unidades policiacas rodearon el lugar. Todo se transformo en un caos.

Todo paso tan rápido que Cicerón no pudo siquiera reaccionar. El parque se lleno de gritos de terror y de conmoción. Los niños corrieron asustados a brazos de sus padres, mientras estos los alejaban lo mas posible del lugar.

Las autoridades llegaron y los rodearon. Como una plaga de hombres vestidos de azúl. Con armas y corazas sobre sus uniformes. Hostiles. Amenazantes. Todos y cada uno de ellos, apuntando con esas enormes armas a Odette y Hérmes.

De pronto entre todos esos hombres, solo uno con un altavoz comenzó a llamarlo.

- ¡Hermes Cold! ¡Estas arrestado! ¡Sube las manos y alejate de la chica! ¡Alejate de la chica, ahora! - su mirada era dura y sin compasión alguna. El teniente Smmith llamaba a Hérmes por el altavoz, mientras daba ordenes por el radio en su mano.

¡¿Que demonios estaba pasando aquí?! Hérmes, estaba aturdido y sorprendido. Odette por su lado, estaba asustada y confundida.

Hérmes miraba a todos y cada uno de los uniformados. Con hostilidad y odio. De pronto, se giro y parecía buscar algo o a alguien.

¡No estaba! ¡Cicerón no estaba! ¡¿Adonde demonios se había metido?!

- ¡No lo volveré a repetir... Alejate de Odette, Cold! ¡Ahora! -

Odette, clavo sus ojos en los de él hombre a su lado. No entendía. Tenia miedo, miedo de que algo malo le sucediera.

< ¿Enloqueciste cierto? ¡A caso has olvidado lo que te hizo? ¿Lo que pasarte por su culpa? ¡Y ahora resulta que te preocupa! Deja de soñar Odette. ¡Estos hombres están aquí por alguna razón, algo que hizo, tal vez por tu secuestro! No puedes estar de su lado >




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