[Un encuentro inolvidable]
La mazmorra tenía un tamaño adecuado para que ingresara una persona, sólo que la entrada no era una típica puerta rectangular, se debía entrar desde el suelo por un agujero: tenía una cuerda atada al lado. Pero eso no era lo más extraño. Había alguien sentado en lo que parecía un puesto, nos pareció extraño; creímos que era un mercader, así que lo ignoramos y seguimos con lo nuestro.
—¡Oigan! ¿¡Qué creen que hacen!?
—Estamos por ingresar a la mazmorra. —contestó Calista—. ¿Sucede algo?
—Eso ya me doy cuenta. No pueden entrar sin más, deben tener la licencia para hacerlo.
—¿Se refiere a esto? —sacó el papel mientras nos acercábamos a él. —nos lo entregó la chica de la sede.
—Hmm. Sí, es ese. —dirigió la mirada al antebrazo de Calista. —con que son delincuentes…
—¿Eso es un problema? ¿Afecta en algo?
—No… Para nada, fue curiosidad. Eso es todo. Yo solamente estoy aquí para comprobar que las personas que quieran ingresar a la mazmorra tengan el permiso correspondiente. Por lo que veo aquí tienen un alquiler de tres días, pueden estar en la mazmorra todo ese tiempo o no, como ustedes prefieran.
—¿Entonces podemos entrar?
—Claro, cuando gusten. Pero les recomiendo llevar provisiones si es que se van a quedar todo ese tiempo, porque veo que no tienen. También pueden comprar el mapa.
—No tenemos dinero. —contesté.
—Es una pena. Les desearía suerte, pero… —cambió la mirada. —no me agradan los delincuentes. Deberían estar todos muertos.
Ignoramos sus palabras y fuimos a la mazmorra. El primero en entrar fui yo, estaba siendo un poco complicado bajar de esa manera, pero me las ingeniaba. Por suerte no había una gran profundidad.
Como en la otra, esta también se iluminó únicamente en la zona en que me encontraba; el resto del sitio tenía una oscuridad que era imposible de ver más allá de esta zona. El siguiente en bajar fue Shader, luego el resto. Los primeros movimientos lo hizo Shader caminando hacia adelante con su escudo en frente y su daga.
Así mismo comenzó a iluminarse también aquella zona. Escuchamos el sonido de una espada siendo arrastrada que provenía desde nuestra izquierda. Estando más cerca, bloquee el ataque con el batón. En el momento de contrarrestar, el bastón volvió a tomar la forma de la daga y se la introduje en la cabeza de aquel ser; que resultó ser un nigromante. Antes de padecer por completo lanzó un rugido, que interpretamos que fue de agonía: pero no resultó así, en ese momento varios pasos venían hacia nosotros desde la misma dirección; la cantidad era tanta que se podía sentir como un sismo debajo de nuestros pies.
Nos amontonamos con Shader, quedando él en la cabeza. Tenía el escudo postrado con firmeza, manteniendo una postura que daba la sensación de no poder ser derribada por ningún medio. Los pasos se hacían cada vez más fuertes, hasta que llegó el momento de actuar. A unos pasos, Shader activó una habilidad del escudo que lanzó una proyección de este, arrasando con los que estaban en el medio.
Throgar se colocó delante de Calista para protegerla, aunque ella no quisiese. Aplastó varios nigromantes con su gran martillo: obtenido del entrenamiento. No la dejaba pelear, estaba aferrado en protegerla. Isolde también hacía su parte con su hacha de guerra.
Eran demasiados, por lo que tomamos la decisión de usar nuestra habilidad de facción para terminarlo rápido: fue una gran sintonía.
—Estos no son tan fuertes. —comentó Shader.
—Al fin y al cabo, es una categoría baja. —contestó Isolde. —espero que podamos encontrar cosas buenas.
—Podemos obtener objetos de los monstruos. —comentó Throgar. —lo habías mencionado antes.
—Lo había olvidado. Entonces revisen estos cuerpos y vean qué cosas útiles tienen.
—Tú también. —replicó Calista. —no te hagas la tonta.
—Cielos… Bien, lo haré.
Me dirigí con Shader, que se lo veía desanimado.
—Por fin estamos en una mazmorra como aventureros. —comenté sonriendo.
—Sí… Pero no de la forma que yo tenía pensado. Nunca imaginé que iba a reencontrarme con él de esa forma, y que terminemos como criminales.
—Olvida eso, amigo. —lo tomé del hombro. —también no tengo energías para esto, ¿Se suponía que esto tenía que suceder? Quisiera que la zorra no se hubiera ido.
Obtuvimos algunos objetos como cristales negros de tamaños diminutos, algunos tenían túnicas rasgadas y las tomamos, por último, una runa; inactiva según Calista, pero dependiendo del tipo podría valer mucho. Yéndonos, Throgar estaba junto con uno quitándole la piel: lo cual nos pareció asqueroso.
—¿Qué haces? —preguntó Isolde mirándolo con asco.
—Podría tener algún tipo de valor.
—¿Y en qué crees que se podría usar?
—No sé, ¿En pociones…? ¿Los humanos hacen esas cosas?
—Algunos, pero muy pocos. Hoy en día están los artefactos mágicos. Sólo algunos que no tienen suficiente dinero las compran.
—Entonces lo llevaré por las dudas.
Proseguimos caminando sin saber a dónde nos dirigíamos: la oscuridad opacaba demasiado incluso con las luces flotantes. Chocamos con una pared y seguimos aferrándonos a ella, hasta que de repente la parte que tocaba desapareció; haciendo que me cayera. Shader, que iba delante de mí, se giró de inmediato para ayudarme. Cuando me puse de pie toqué dos paredes a la vez, dando a entender que habíamos entrado a un pasillo.
—Apareció de forma repentina. —expresó Calista—. ¿Descubrimos un cuarto oculto?
—Tal vez lo sea. —contestó Isolde. —podemos entrar, debe tener un buen botín, ¿Qué dicen?
—Hay que intentarlo. —contesté.
—No creo que sea buena idea. —añadió Throgar. —es una habitación que apareció de la nada, algo así nunca puede ser bueno.
—No hay nada de qué temer. —contestó Shader. —yo me encargaré de protegerlos sin importar el costo.
—De todas formas, es una mazmorra nivel ocho, no es gran cosa, ¿No? —indagué.