La Perla I: Por deber

Capítulo 19

Estaba siendo un día muy largo y parecía no tener cuando acabar. Luego de terminar de hablar con Orlando, fue corriendo a casa donde tía y las modistas la esperaban. La tía Cordelia estaba molesta porque obviamente había demorado mucho, pero no hubo tiempo para escándalos ni para explicaciones. Se aseó, empezaron a arreglarle el vestido y a ponerla bella para esa noche de concurso. 

A pesar de todo no podía negar que estaba emocionada, el concurso de la reina de la feria era más que una especie de certámen de belleza. Las concursantes tenían que demostrar lo que sabían de historia y cultura de la ciudad, además de otros concursos de talento, como el canto por ejemplo. No solo participaban las muchachas jóvenes del pueblo, también mujeres casadas y toda aquella que se sintiera con los deseos de hacerlo. Si, era cierto que muchos de los hacendados habían pagado para que su representante gane, quizá su prometido había puesto más dinero que todos, pero nunca se sabía lo que podía pasar.

—Un nuevo aplauso para nuestras bellas concursantes, por favor —pidió el maestro de ceremonias. Jennifer sonreía, no podía evitarlo. Desde donde estaba podía ver a todas y todos, pero ponía especial atención en Orlando, quien junto con Cuthbert se habían situado lo más cerca al escenario posible ya que las posiciones principales la tenían las autoridades y hacendados importantes, entre ellos Joseph—. Empezaremos el concurso de canto ahora.

Una a una empezaron a pasar las concursantes que se atrevían a cantar en público, otras preferían no hacerlo y claro que eso les restaba puntos. Aunque eran su competencia, desde su sitio Jennifer sonreía y cantaba como una más del público, amaba las canciones tradicionales de su pueblo y se emocionaba aún más cuando alguna cantaba una canción de su madre. Le llegó el turno, no podía negar que estaba nerviosa. Nunca había cantado en público y sentía que todos los ojos estaban fijos en ella, criticándola, murmurando. 

Luchó por controlar sus nervios, tenía que hacer sentir a mamá orgullosa donde quiera que esté. Pasó rápidamente la mirada por su público. Tía seria, Joseph observándola fijamente. Y ahí atrás Bert y Orlando, este sonriéndole, mirándola con ojos brillantes y hasta poniendo los pulgares hacia arriba para animarla. Respiró hondo y empezó. Los músicos empezaron con los acordes de la canción "Caballo de paso" que interpretó con más sentimiento que nunca y hasta terminó animando al público a que la siga.

¡Qué hermoso es mi Dechain y su caballo de paso!  —cantaron todos finalmente. Terminado su número hubieron aplausos, ella se retiró tranquila, al fin lo había logrado, hizo lo mejor que pudo. Le alegraba que al público le haya gustado, pero le alegraba principalmente que a la gente que quería le gustara su presentación. Damon y Orlando se pusieron de pie cada quien para aplaudir por su lado, hasta el señor Jonas lo hizo. Más allá vio a Elena aplaudiendo junto con otras chicas del burdel. Esa noche todos estaban invitados y a las mujeres de madame Neville parecía importarles muy poco las miradas de desprecio de las señoras.

Le tocó el turno a Santos y ella también se puso muy animada. "Acá está, la ganadora este año del Concurso de la Reina de la Feria de la Siega", se dijo Jennifer con una sonrisa. Esa noche Santos estaba radiante como nunca y todo lo que había hecho fue un éxito. No se engañaba, se estaba esforzando, pero no era precisamente una chica de modales y menos de desenvolverse bien en público. En cambio Santos se comportaba muy fina, respondía a todo con seguridad, sonreía, se llevaba aplausos y elogios. Para muchos era más que obvio que ella merecía la corona esa noche.

—Buenas noches —saludó al público sonriente, aunque había de timidez en su postura—, todos saben que la mejor compositora de La Perla fue Susan Deschain, quien fue también amiga de mi madre. Ella le ayudó a componer esta canción que voy a interpretar y espero sea de su agrado—. Aunque Jennifer sabía que no iba a ser así porque también sabía que de qué canción hablaba. De la misma que hizo ganar a su madre años antes en la Feria, la misma que causó polémica en ese tiempo y de la que aún se hablaba. Muchos podrían decir que ese sería un error en la brillante participación de Santos, pero Jennifer sabía que no era así. Iba a ser hermoso. Santos estuvo en silencio un momento mientras una melodía suave y triste empezaba a sonar. Y la joven mitad india que al principio parecía muy tímida de pronto levantó la mirada, se puso firme y alzó la voz para cantar.

 

India soy. ¡Y no me compadezcas!

Esas son monedas que no valen nada

y que dan los blancos como quien da plata.




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